Mar¨ªa Blasco y Marta Macho: ¡°Lo precario es muy femenino y la ciencia lo es¡±
LAS CUATRO plantas del Centro Nacional de Investigaciones Oncol¨®gicas (CNIO) est¨¢n atravesadas por una enorme escalera por la que su directora, Mar¨ªa Blasco, asciende con la profesora de geometr¨ªa y divulgadora cient¨ªfica Marta Macho. La primera, alta e imponente en sus dimensiones, le cuenta a la segunda, liviana y menuda, que estas mujeres que las rodean, yendo y viniendo a la hora de comer en la sede madrile?a de esta instituci¨®n de ¨¦lite que acorrala al c¨¢ncer, ya no piden la jornada reducida. Las investigadoras constituyen, con un 69%, el grueso de su talento. ¡°La clave es un horario continuo y flexible, estamos cerrando la brecha de g¨¦nero econ¨®mica¡±, dice la anfitriona. Ambas fueron ni?as de matr¨ªcula en la misma generaci¨®n ¡ªBlasco naci¨® en Alicante en 1965, y Macho, en Bilbao tres a?os antes¡ª enamoradas de las matem¨¢ticas y que se toparon con paternalismos y miradas excluyentes. La conversaci¨®n revela que les une el empe?o en colocar a las cient¨ªficas en el podio del poder y la visibilidad.
Precedida de una fulgurante carrera, Blasco, la investigadora que puso en nuestro diccionario la telomerasa ¡ªuna especie de vacuna molecular contra el envejecimiento¡ª, s¨ª ha alcanzado la cumbre de este centro con medio millar de empleados. De alguna manera, tambi¨¦n su sue?o juvenil de ¡°entender el origen de las enfermedades y quiz¨¢s alg¨²n d¨ªa curar una dolencia incurable¡±. Pero cree que el hecho de que otras cient¨ªficas (las mujeres son el 38,8% del total de investigadores en Espa?a) no den el paso de liderar equipos es un enorme problema. ¡°No es culpa de ellas ni much¨ªsimo menos, hay que cambiar muchas cosas para que se animen¡±. Con menos mujeres arriba, sigue presente el heredado estereotipo del cient¨ªfico con ¡°o¡±. Coincide con su contertulia, editora de la exitosa web Mujeres con ciencia de la Universidad del Pa¨ªs Vasco. Un espacio de descubrimiento, con 1.300 nombres que han contribuido al avance de la ciencia, cuenta la profesora: ¡°Y las que nos quedan por incorporar¡±.
Desgrana entonces Blasco pausadamente la munici¨®n de la que ha equipado al CNIO para pulverizar los estereotipos, adem¨¢s de cambiar los horarios sin impacto alguno en la excelencia del centro: la mitad de ponentes y conferenciantes en sus encuentros cient¨ªficos son mujeres, y el lenguaje inclusivo resulta tan com¨²n como el prop¨®sito de expulsar las conductas machistas. Regularmente escuchan a pioneras de todos los campos, a mujeres como Macho, invitada hace unos meses a la Oficina de la Mujer y Ciencia del organismo. ¡°Tampoco ponemos seminarios o reuniones m¨¢s all¨¢ de las cuatro de la tarde y hay que explicar al que desea hacerlo que entonces estamos excluyendo a los hombres y mujeres que quieren ir a recoger a sus hijos del colegio¡±, cuenta Blasco. ¡°Hemos de cambiar ese modelo de vida, estamos perdiendo el talento femenino. Esto no es sostenible, un mundo donde est¨¢s formando a las mujeres al m¨¢s alto nivel, con m¨¢ximas capacidades, y las est¨¢s perdiendo¡±.
El acerado diagn¨®stico del d¨²o incluye una triste reflexi¨®n. ¡°Un fen¨®meno interesante es que en pa¨ªses en que los salarios de los cient¨ªficos son menos atractivos hay m¨¢s mujeres y en los que los sueldos son mucho m¨¢s altos, como en Alemania o el Reino Unido, hay muchas menos¡±, expone Blasco. ¡°Al final es una lucha por el dinero. A m¨¢s poder econ¨®mico, m¨¢s dif¨ªcil es para ellas llegar a esos puestos, muy atractivos para los hombres, y quiz¨¢ ellos hagan todo lo posible para que no entren mujeres¡±. Replica la profesora: ¡°Espa?a es un pa¨ªs donde la ciencia tiene poca financiaci¨®n. Lo precario es muy femenino y la ciencia lo es¡±.
La l¨ªder del organismo cient¨ªfico regresa a la conciliaci¨®n. Dice que los permisos de paternidad y maternidad iguales e intransferibles cambiar¨¢n todo: ¡°Si hombres y mujeres nos encargamos de los cuidados, ya no tendr¨¢ sentido una discriminaci¨®n de g¨¦nero¡±.
No solamente son los cuidados, contesta Macho. ¡°Hay mundos muy masculinizados, muy hostiles. Muchas veces las mujeres no se enteran de lo que pasa porque lo que se cuece, se cuece cuando ellas desaparecen¡±. Blasco asiente: ¡°Muy cierto. El mundo del poder masculino es muy poco transparente¡±. Y Macho: ¡°Hay algo sutil, lo indemostrable, lo que sucede en ese terreno et¨¦reo¡¡±.
Terminada la conversaci¨®n, resulta duro imaginar a estas mujeres bajando por las escaleras.?
EL PA?S organizar¨¢ en noviembre, en Madrid, el encuentro Los estereotipos est¨¢n para romperlos, donde ponentes como la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie compartir¨¢n ideas sobre los t¨®picos que condicionan la igualdad real de g¨¦nero.
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