Cr¨®nica de una explosi¨®n social anunciada
Hasta las desigualdades m¨¢s grandes se hacen invisibles, seg¨²n Alexis de Tocqueville. Hasta hace poco tiempo esa era la situaci¨®n en Chile. Sin embargo, algo cambi¨®
Las recientes manifestaciones sociales que han congregado a m¨¢s de un mill¨®n de personas a lo largo de todo Chile, han despertado a una naci¨®n que parad¨®jicamente, a pesar de sus altos niveles de desigualdad, se distingu¨ªa en Latinoam¨¦rica por su estabilidad social.?Cuando la desigualdad es la ley de la sociedad, hasta las desigualdades m¨¢s grandes se hacen invisibles, seg¨²n Alexis de Tocqueville. Hasta hace poco tiempo eso era la situaci¨®n en el pa¨ªs andino. Sin embargo, algo cambi¨®
Si bien algunos se muestran sorprendidos con el surgimiento de estas masivas demostraciones, para la mayor¨ªa de los chilenos, su origen es conocido y experimentado en carne propia d¨ªa a d¨ªa. El origen es la profunda desigualdad social. No aquella que describe las naturales diferencias entre los individuos de una sociedad, sino aquella que es generada y perpetuada por marcos institucionales? ¡ª?normas legales y sociales?¡ª?que atentan contra la dignidad de las personas y que permiten abusos sistem¨¢ticos por parte de grupos privilegiados.
La desigualdad en Chile no es algo reciente, sino que constituye una marca que se remonta incluso a la colonia e inicios de la Rep¨²blica. Desde que existen registros, en 1850 aproximadamente, el coeficiente de Gini de desigualdad, ha oscilado entre 0.5 y 0.6, lo cual es extremadamente alto, en cualquier comparaci¨®n internacional. M¨¢s a¨²n, actualmente el 1% m¨¢s rico del pa¨ªs acapara aproximadamente 33% del Producto Interno Bruto (PIB).
Chile posee un modelo caracterizado por bajos niveles de innovaci¨®n, que genera empleos precarios: el 50% de los trabajadores percibe sueldos menores a 570 d¨®lares mensuales
La desigualdad posee profundas ra¨ªces. En lo econ¨®mico, Chile posee un modelo extractivo, caracterizado por bajos niveles de innovaci¨®n, que genera empleos precarios: el 50% de los trabajadores percibe sueldos menores a 570 d¨®lares mensuales. En cuanto a la dimensi¨®n pol¨ªtica, existe una crisis de representaci¨®n, legitimidad y participaci¨®n pol¨ªtica, debido entre otras causas, a los diversos casos de corrupci¨®n e intento de captura por parte de grupos que han buscado utilizar el proceso legislativo para legalizar y legitimar sus ventajas.
En el plano social, Chile se caracteriza por un sistema de protecci¨®n social fr¨¢gil y segregado, que no garantiza derechos sociales universales, sino que se centra principalmente en la reducci¨®n de la pobreza.
Adem¨¢s, desde la d¨¦cada de los ochenta, a partir de las propuestas de Milton Friedman, Chile adopt¨® l¨®gicas de mercado para la provisi¨®n de servicios sociales ¡ªsalud, educaci¨®n, pensiones¡ª, privatizando y desregulando sectores claves, que dificultaron la reducci¨®n de desigualdades. Hoy, las masas denuncian abusos del sistema y demandan un acceso de calidad y equitativo a lo que consideran derechos sociales.
El 68% de los j¨®venes LGTBI en Chile han sido sujetos de bullying homof¨®bico en sus propias escuelas
El caso de la educaci¨®n es emblem¨¢tico en este sentido. La propia OCDE ha manifestado en sus estudios que el sistema educativo chileno posee un dise?o que predeciblemente tiende a reproducir y perpetuar la desigualdad y estratificaci¨®n social.?
Chile posee uno de los sistemas m¨¢s privatizados del mundo, donde por mucho tiempo el acceso y calidad de la educaci¨®n escolar y superior a la cual accede cada ni?o, ni?a y joven ha dependido de la capacidad de pago de sus padres. M¨¢s a¨²n, el sistema no s¨®lo es desigual y estratificado, sino que tambi¨¦n es poco inclusivo. Por ejemplo, estudios demuestran que el 68% de los j¨®venes LGTBI han sido sujetos de bullying homof¨®bico en sus propias escuelas. Es decir, el sistema escolar a¨²n est¨¢ lejos de ser un espacio inclusivo de encuentro social y formaci¨®n ciudadana. M¨¢s bien, se caracteriza por la generaci¨®n de trayectorias educativas poco inclusivas, diferenciadas y divergentes.
Chile debe repensar su agenda de desarrollo. La desigualdad existente atenta contra la consolidaci¨®n de su democracia, cohesi¨®n social y desarrollo econ¨®mico.Para avanzar en este desaf¨ªo, se requiere impulsar un profundo di¨¢logo social que permita consensuar una nueva visi¨®n de sociedad y metas compartidas. Sin embargo, para lograrlas se debe innovar en las estrategias, bas¨¢ndose en los principios de un nuevo acuerdo social e inform¨¢ndose en la evidencia cient¨ªfica y conocimiento que ofrece la experiencia internacional comparada.
Se debe evitar experimentar utilizando la simple intuici¨®n y fervor del momento, como ocurre en la sociedad de la post-verdad, donde impresiones subjetivas sustituyen a la evidencia cient¨ªfica y conocimiento acumulados. Al mismo tiempo, se debe evitar que las soluciones t¨¦cnicas se impongan sin considerar los valores sociales que se pretenden impulsar. En efecto, tal como insist¨ªa John Rawls: "La justicia es la primera virtud de las instituciones sociales [...]. No importa que las leyes e instituciones sean eficientes: si son injustas han de ser reformadas o abolidas".?
Javier Gonz¨¢lez es economista especializado en educaci¨®n, desigualdad, movilidad social, innovaci¨®n y desarrollo social. Es director del Laboratorio de Investigaci¨®n e Innovaci¨®n en Educaci¨®n para Am¨¦rica Latina y el Caribe (SUMMA).?
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