El sarampi¨®n expone a los ni?os no vacunados a otros virus y bacterias
La infecci¨®n reduce la diversidad de anticuerpos provocando amnesia inmunitaria ante otras enfermedades
El sarampi¨®n compromete el sistema inmunitario de los ni?os no vacunados. Una serie de estudios con peque?os no inmunizados muestra c¨®mo, tras sufrir la enfermedad, sus anticuerpos pierden diversidad y capacidad para detectar a otros pat¨®genos. En experimentos con animales, esta especie de amnesia inmunitaria dur¨® varios meses y provoc¨® que se infectaran con otro virus del que estaban vacunados.
En 2013 se produjo un brote de sarampi¨®n entre varias comunidades protestantes del llamado cintur¨®n b¨ªblico, una regi¨®n de los Pa¨ªses Bajos donde pervive una interpretaci¨®n r¨ªgida del calvinismo. Aunque los niveles de vacunaci¨®n en el pa¨ªs rondan el 95% de la poblaci¨®n, entre estas iglesias el porcentaje baja hasta el 30%. Casi 2.800 personas resultaron contagiadas, la inmensa mayor¨ªa ni?os que no hab¨ªan sido vacunados por razones religiosas. Este drama permiti¨® uno de los mayores experimentos sobre el sarampi¨®n realizados hasta ahora en el que se tomaron muestras de muchos de los peque?os justo antes y semanas despu¨¦s del contagio.
Un grupo de investigadores holandeses, brit¨¢nicos y estadounidenses publica este jueves en la revista Science los resultados de una serie de estudios con un centenar de estos ni?os. Los trabajos podr¨ªan explicar la llamada paradoja del sarampi¨®n: los que pasan la enfermedad nunca vuelven a cogerla, pero presentan mayor incidencia de otras enfermedades infecciosas. En 2015, parte de este equipo investigador us¨® series hist¨®ricas de infectados de Inglaterra y Gales para observar que los ni?os que pasaron el sarampi¨®n ten¨ªan mayores tasas de morbilidad y mortalidad que los vacunados. Pero no ten¨ªan claro si la diferencia se deb¨ªa a la acci¨®n protectora de la vacuna o a la debilitadora del virus.
Un brote entre ni?os?no vacunados de comunidades calvinistas de Pa¨ªses Bajos ha permitido descubrir los 'efectos secundarios' del sarampi¨®n?
"Ahora hemos comprobado que la infecci¨®n por sarampi¨®n elimina hasta el 73% del recuerdo inmunol¨®gico?previo", comenta en un correo el epidemi¨®logo de la escuela de salud p¨²blica de la Universidad de Harvard (EE UU) y coautor del estudio Michael Mina.
Al comparar el abanico de anticuerpos presentes en la sangre de 77 ni?os antes de caer enfermos con los que ten¨ªan entre dos y tres meses despu¨¦s, los investigadores detectaron que su sistema inmune ya hab¨ªa generado defensas frente al virus del sarampi¨®n y que el n¨²mero de anticuerpos hab¨ªa vuelto a los niveles previos a la infecci¨®n. Pero tambi¨¦n vieron que su diversidad se hab¨ªa reducido. A medida que el organismo se expone a distintos pat¨®genos, la panoplia de anticuerpos se diversifica. As¨ª, los linfocitos B, una especie de sistema de alerta temprana, aprenden a reconocer los g¨¦rmenes y distintas l¨ªneas celulares recuerdan e identifican a distintos pat¨®genos. En estos ni?os, los guardianes no recuerdan qu¨¦ tienen que identificar.
"Supon¨ªamos que habr¨ªa una p¨¦rdida de anticuerpos. Pero no pod¨ªamos pensar que en algunos ni?os la p¨¦rdida de su recuerdo inmunitario preexistente superara el 50%", comenta el genetista del Instituto M¨¦dico Howard Hughes (EE UU) y coautor del estudio Stephen Elledge. Sin embargo, entre los ni?os vacunados con la triple v¨ªrica (sarampi¨®n, las paperas y la rub¨¦ola) usados como grupo de control, la diversidad de linfocitos B se mantuvo.
En el otro trabajo, publicado en Science Immunology, cient¨ªficos del Instituto Sanger de Cambridge (Reino Unido) y la Universidad de ?msterdam (Pa¨ªses Bajos) bucearon en los cambios gen¨¦ticos producidos en los anticuerpos de otros 26 ni?os holandeses tambi¨¦n infectados en el brote de 2013. Descubrieron que la colecci¨®n de linfocitos acumulada contra otras enfermedades hab¨ªa desaparecido de la sangre de los ni?os. En concreto, los nuevos clones de los anticuerpos no portaban las instrucciones para recordar el pat¨®geno al que se hab¨ªan expuesto sus antecesores.
Tras un brote en Nicaragua, la vacunaci¨®n hizo que el sarampi¨®n remitiera, pero tambi¨¦n otras enfermedades
"Vemos por primera vez que el sarampi¨®n reinicia el sistema inmunitario y lo deja como el de un beb¨¦, limitando su capacidad para responder a nuevas infecciones", escribe en una nota el profesor de la universidad holandesa y coautor de este segundo trabajo Colin Russell. "En algunos ni?os, el efecto es tan fuerte como si se les administrara un potente f¨¢rmaco inmunosupresor", a?ade.
En experimentos con animales, ambos grupos de investigadores quisieron comprobar, el primero, la duraci¨®n de esta amnesia del sistema inmune y, el segundo, sus consecuencias cl¨ªnicas. El primer experimento, realizado con macacos a los que se les inocul¨® el virus del sarampi¨®n, comprob¨® que la reducci¨®n de la diversidad de linfocitos B se manten¨ªa al menos durante cinco meses. En el segundo, hurones vacunados contra la gripe fueron infectados con un virus hom¨®logo al sarampi¨®n (que en condiciones naturales es exclusivo de los humanos). Al poco, comprobaron que contaban con una cantidad reducida de anticuerpos del virus de la gripe. Adem¨¢s, al ser reinfectados de influenza, los efectos de la enfermedad fueron mayores.
"En 1991 los ni?os se nos mor¨ªan", recuerda el catedr¨¢tico de medicina preventiva y salud p¨²blica de la Universidad Rey Juan Carlos, ?ngel Gil de Miguel, testigo entonces de un brote epid¨¦mico en Nicaragua. Y no era solo el sarampi¨®n, muchos mor¨ªan de otras enfermedades. "En aquellos a?os no hab¨ªamos oido hablar de amnesia inmune, pero ve¨ªas que el ni?o se te iba. ?Qu¨¦ est¨¢ pasando aqu¨ª?", se preguntaba. Tras una acelerada e intensa campa?a de vacunaci¨®n, el sarampi¨®n empez¨® a remitir "y la incidencia de las otras enfermedades tambi¨¦n". Para Gil de Miguel, ahora todo encaja.
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