Izquierda, ?para qu¨¦ ?

En este tiempo de posverdades son m¨²ltiples las informaciones y las opiniones que impiden el acceso a una realidad incuestionable. La mentira pol¨ªtica tiene todas las bazas para suplantar a la verdad.

Los juegos de palabras para descalificar el traslado de Franco ¡ª¡°electoralismo¡±¡ª fueron una prueba de esa deformaci¨®n. M¨¢s grave es la lluvia de censuras dirigidas contra la supuesta negativa de S¨¢nchez a admitir a Podemos en un Gobierno de coalici¨®n. Es innegable que al l¨ªder socialista no le hac¨ªa gracia asumir tal presencia. Pero S¨¢nchez, p¨²blicamente y en el Congreso, acept¨® una participaci¨®n de UP en su Gobierno, concret¨¢ndola: una vicepresidencia y tres ministerios. No importa, la posverdad se ha impuesto: la egolatr¨ªa del socialista llev¨® al 10-N. Nadie se detiene a examinar la realidad y la campa?a sigue, alentada d¨ªa y noche por Pablo Iglesias, para quien ni Vox cuenta, para centrarse ¨²nicamente en machacar a S¨¢nchez.

No es extra?o que la cruzada anti-PSOE de Pablo Iglesias suscite aprobaciones compartidas tanto por la derecha como por el progresismo inconformista. En particular el PP debe encontrarse asombrado ante este leninista que le ha salvado los cuartos en 2016, en las municipales de Madrid frente a Carmena y en la investidura de julio.

El enemigo es S¨¢nchez. Sin miedo a incurrir en el rid¨ªculo cuando tapa la exhumaci¨®n con la impunidad de Billy el Ni?o. Enmascara su propuesta de refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n en Catalu?a como ¡°consulta¡± bajo la capa del inevitable ¡°di¨¢logo¡±, ¡°donde todos han de ceder¡±. La Constituci¨®n no cuenta; el dontancredismo de Torra tampoco. Torra no existe para Iglesias, tampoco los CDR incendiarios.

Es un juego de m¨¢scaras que culmina en el elogio a la colaboraci¨®n de ¡°mossos y polic¨ªas¡±, cosa que Iglesias presenta como colaboraci¨®n entre Gobierno y Generalitat. Otra posverdad, que sirve para acusar a S¨¢nchez de rechazar el di¨¢logo con Torra. ?Contempl¨® Iglesias la guerrilla urbana? ?Para qu¨¦ condenarla si el independentismo es pac¨ªfico? Podem en Catalu?a dijo m¨¢s: los polic¨ªas fueron la gasolina que prendi¨® el incendio. Y, tras sus lamentaciones, Colau apunt¨® en la misma direcci¨®n. Pablo entonces respalda el cerco a los Mossos. Podemos inaugura as¨ª un nuevo tipo de partido, capaz de emitir m¨²ltiples mensajes contradictorios entre s¨ª con tal de captar adhesiones, sembrando eficazmente el enga?o. Para el debate televisivo, tocar¨¢ cara de ¨¢ngel.

La pol¨ªtica de S¨¢nchez se dirigi¨® sin ¨¦xito a buscar distensi¨®n con la Generalitat, siempre mejor que recurrir al palo (PP, Cs) sin burlar la Constituci¨®n como Podemos. Pero ha carecido de capacidad para visibilizar tales v¨ªas muertas y definir una alternativa federal. Lo pagaremos.