La carta ¨ªntima de Ricky Rubio a su madre fallecida de c¨¢ncer

En 2015, me mud¨¦ a un nuevo apartamento que me gust¨® mucho en el centro de Mine¨¢polis, cerca de donde jugaban los Timberwolves. Por las ma?anas, cuando la niebla se despejaba, pod¨ªa mirar hacia abajo y ver el r¨ªo Misisip¨ª. El apartamento era grande, pero no demasiado. Me asegur¨¦ de que tuviera dos habitaciones, as¨ª que cuando mi mam¨¢ y mi pap¨¢ ven¨ªan a verme, siempre ten¨ªan una habitaci¨®n para ellos solos. Aquel verano, mis padres vinieron de visita desde Espa?a, lo que hab¨ªan hecho varias veces al a?o desde que me mud¨¦ a los Estados Unidos en 2011. Por lo general, ven¨ªan a verme jugar o para pasar unas vacaciones. Hac¨ªamos turismo en Mine¨¢polis y St. Paul. Los llev¨¦ al museo de arte y a mis restaurantes favoritos. Los llev¨¦ al Mall of America, cosas as¨ª. Siempre nos divert¨ªamos, como si estuvi¨¦ramos de vacaciones.

En aquel viaje en concreto, ¨ªbamos a salir de la ciudad y ten¨ªamos que conducir. Fue como la mayor¨ªa de los viajes por carretera que hice con mis padres. Escuchaban m¨²sica, me contaban chismes sobre amigos y familiares en casa. Se quedaban callados un momento, y luego, mi pap¨¢ comenzaba a contar alguna historia de mi infancia. A mi pap¨¢ le encanta hacer eso. Le encanta contar historias sobre m¨ª, especialmente las que ya he escuchado.

Esta vez cont¨® la historia de c¨®mo hab¨ªa elegido entre el f¨²tbol y el baloncesto. Ten¨ªa 10 a?os y, seg¨²n cuenta, mi madre me hizo elegir uno u otro. Eleg¨ª el f¨²tbol. Era el deporte m¨¢s popular y era mejor en eso. Mi pap¨¢ prefer¨ªa el baloncesto. En realidad, fue entrenador de un equipo femenino de baloncesto. Era su deporte. Yo sab¨ªa que le decepcion¨® un poco que renunciara al baloncesto. Pero, al cabo de unas semanas, el f¨²tbol y yo realmente no nos llev¨¢bamos bien. Entonces le dije a mi mam¨¢ que hab¨ªa cometido un gran error. Quer¨ªa volver al baloncesto. Recuerdo que ella dijo que no iba a ser f¨¢cil: ya hab¨ªan pagado la matr¨ªcula para que jugara al f¨²tbol. ¡°No se puede cambiar a mitad de temporada¡±, me dijo.

Mi padre trabajaba en el Club Deportivo de El Masnou. Pregunt¨® si hab¨ªa alguna manera de incluirme en uno de sus equipos de baloncesto. Por lo general, no se permit¨ªa unirse a un equipo una vez que la temporada ya hab¨ªa comenzado. Pero le dijeron que si trabajaba algunas horas extra en el club, me dejar¨ªan jugar. Mi pap¨¢ no se lo pens¨®. Estaba orgulloso de que quisiera volver a jugar a su deportivo favorito. Mi padre hizo ese trabajo extra y mi mam¨¢ hizo toda la tarea en casa para que pudiera ser as¨ª. Mi mam¨¢ y mi pap¨¢, mi familia, ese es mi equipo. Siempre ha sido as¨ª. Los amo por eso.

Y 15 a?os despu¨¦s de haber elegido el baloncesto en lugar del f¨²tbol, conduc¨ªa con ellos en un viaje por carretera en Minnesota. Despu¨¦s de un par de horas llegamos a nuestro destino: la Cl¨ªnica Mayo, en Rochester. Esperamos en una peque?a habitaci¨®n a que entrara el m¨¦dico. No era algo nuevo para nosotros: tres a?os antes, a mi madre le hab¨ªan diagnosticado c¨¢ncer. Comenz¨® en sus pulmones en 2012. Nos mantuvimos positivos. Sab¨ªa que ella pod¨ªa superarlo. Ten¨ªa que creerlo. Esa es mi mam¨¢ ?sabes? Ella es mi superh¨¦roe. La hab¨ªa visto criar una familia. La hab¨ªa visto trabajar duro y luego encontrar tiempo para llevar a su hijo a jugar a f¨²tbol y baloncesto. Y ella venci¨® al c¨¢ncer. Como dir¨ªa mi padre: ¡°Todos lo superamos. Como una familia¡±.

Ahora est¨¢bamos de vuelta en un hospital. Entr¨® el m¨¦dico y, antes de decir nada, lo supimos. Lo pod¨ªas ver en su cara. Hab¨ªamos asistido a muchas de aquellas pruebas, hab¨ªamos estado en muchas de aquellas salas, en muchas de aquellas reuniones. As¨ª que pod¨ªamos verlo en sus ojos. Era la misma mirada que ten¨ªa el m¨¦dico en Barcelona en 2012 cuando diagnosticaron a mi madre por primera vez. Esta vez, el m¨¦dico dijo que el c¨¢ncer hab¨ªa regresado y se estaba extendiendo r¨¢pidamente. Era maligno. Apret¨¦ la mano de mam¨¢. Todos nos abrazamos. En el camino a casa, mi pap¨¢ no cont¨® ninguna historia. Esa noche, aprend¨ª algo sobre mi apartamento. Las paredes eran delgadas. Escuch¨¦ a mis padres llorar toda la noche. Apenas pod¨ªan dormir. Yo tampoco pude. No s¨¦ c¨®mo expresar en palabras c¨®mo me sent¨ªa. Me sent¨ª tan impotente. Todo lo que quer¨ªa era que mi madre se sintiera mejor. Y no sab¨ªa c¨®mo. Estaba tan perdido. Al d¨ªa siguiente no quer¨ªa estar cerca de una cancha de baloncesto.

Una parte de m¨ª se rompi¨® aquella noche. Mi vida cambi¨® para siempre. Llegu¨¦ a odiar aquel apartamento.

Cuatro a?os antes, en 2011, consegu¨ª un apartamento en Los ?ngeles. Me gust¨®. Estaba cerca de la playa. Fue el verano del cierre patronal en la NBA, y fue antes de que jugara mi primera temporada con los T-Wolves. Hab¨ªa alquilado un lugar peque?o para poder hacer ejercicio todos los d¨ªas y disfrutar del clima mientras se solucionaba la situaci¨®n de bloqueo.

Mi agente me habl¨® de un partido de entrenamiento. Dijo que habr¨ªa otros profesionales all¨ª, as¨ª que acud¨ª. La primera vez que fui, ya hab¨ªa un partido en marcha. Vi a K.G. (Kevin Garnett), Paul Pierce, Paul George, Danny Granger... Todos esos t¨ªos a los que hab¨ªa visto y de los que hab¨ªa o¨ªdo hablar durante a?os. Me dejaron correr con ellos ese d¨ªa. Regres¨¦ todas las veces que pude durante aquel verano.

A veces, cuando se lo cuento a mis amigos en casa, me preguntan si alguna vez me sent¨ª intimidado. S¨ª, tal vez un poco. Pero muchos se olvidan de 2008. Se olvidan de Espa?a. No recuerdan lo buena que era nuestra selecci¨®n. Llegamos a la final de los Juegos, disputamos el partido por la medalla de oro ol¨ªmpica. Ten¨ªa 17 a?os. ?Diecisiete! Perdimos ante Estados Unidos. Ten¨ªan un equipo muy bueno, con Kobe, LeBron, Dwayne Wade y muchos otros grandes jugadores.

En 2011, sent¨ª que ya sab¨ªa c¨®mo jugar a ese nivel. Y acud¨ª a aquellos entrenamientos de Los ?ngeles decidido a mostrarles a aquellos t¨ªos que pertenec¨ªa a su clase. Creo que todo en la vida sucede por una raz¨®n: el cierre patronal me dio la oportunidad de probar mi juego contra algunos de los mejores del mundo.

Tambi¨¦n fue as¨ª como conoc¨ª a KG.

Despu¨¦s de uno de los partidos de entrenamiento, recuerdo que se me acerc¨®. ¡°Ricky!!! Ni?o. ?He o¨ªdo que vas a Minny?¡±. Asent¨ª. Creo que ¨¦l sab¨ªa que mi ingl¨¦s a¨²n no era muy bueno. KG sigui¨® y sigui¨® habl¨¢ndome sobre Minnesota y la franquicia. Ven¨ªa a decirme: ¡°Hombre, escucha. Este lugar, Los ?ngeles, est¨¢ bien. Pero conf¨ªa en m¨ª. Cr¨¦eme. Vas a Minny ... ?le das a esas personas todo lo que tienes? Cr¨¦eme. Te devolver¨¢n todo. ?Confia!¡±

No pod¨ªa creer que un jugador como KG, el campe¨®n de la NBA, el Big Ticket, me hablara y conociera mi historia. Siempre recordar¨¦ aqu¨¦l d¨ªa. M¨¢s tarde, aprend¨ª lo que los aficionados de los Wolves ya sab¨ªan: KG dec¨ªa la verdad y ten¨ªa raz¨®n sobre Mine¨¢polis y sus aficionados. Cuando termin¨® el cierre patronal, era hora de presentarse en la cancha de entrenamiento. Todav¨ªa no sab¨ªa mucho sobre la NBA, solo lo b¨¢sico sobre la duraci¨®n de la temporada y c¨®mo sus reglas eran un poco diferentes de las internacionales.

Y sab¨ªa que Minnesota hab¨ªa ganado solo 15 y 17 partidos en las dos temporadas antes de que yo llegara all¨ª. Sab¨ªa que eso no era bueno. Para m¨ª, fue un nuevo comienzo en una nueva Liga y un nuevo pa¨ªs. Recuerdo la noche del estreno de la temporada 2011-2012 Fue simplemente incre¨ªble. Incre¨ªble. Mi mam¨¢ y mi pap¨¢ estaban all¨ª en el Target Center. Empec¨¦ el partido en el banquillo. Cuando me estaba preparando para entrar, recuerdo a la multitud cantando mi nombre.

Pude distinguir a mis padres entre la multitud. Mi mam¨¢, su cara. Recuerdo que ten¨ªa la sonrisa m¨¢s grande y orgullosa.

Mi familia. Ese es mi equipo.

A mitad de mi temporada de novato, me romp¨ª los ligamentos en partido contra los Lakers. Me recuper¨¦ aquel verano de 2012, el mismo en que mam¨¢ fue diagnosticada por primera vez con c¨¢ncer. Durante los dos a?os que siguieron, hubo muchos momentos dif¨ªciles. A veces me costaba concentrarme en el baloncesto debido a lo que estaba pasando mi madre en Espa?a. No todos sab¨ªan lo que estaba pasando, pero aquellos que s¨ª, dejaron su huella en mi familia. La gente de Minnesota fue maravillosa y solidaria. Los aficionados, el personal, mis compa?eros de equipo, todos hicieron todo lo posible para ayudarme con la situaci¨®n de mam¨¢. Se sent¨ªan concernidos. Lo recordar¨¦ por siempre.

Una de esas personas fue Flip Saunders.

Flip regres¨® a los Timberwolves en 2014, y lo conoc¨ª a ¨¦l y a su hijo, Ryan. Es una familia muy cari?osa. Encarnan lo mejor de Minnesota. En 2015, cuando elegimos a Karl-Anthony Towns como n¨²mero uno del ¡®draft¡¯, Flip me llam¨®. Quer¨ªa que trabajara con Karl-Anthony durante el verano.

Vol¨¦ de vacaciones y comenc¨¦ a trabajar con KAT de inmediato. En nuestro primer d¨ªa, Flip apareci¨® unos minutos tarde. Est¨¢bamos haciendo algunos ejercicios, y vi a Flip al margen. Llevaba puesto un sombrero. Se le ve¨ªa flaco, muy flaco. Fui a saludarlo y le dije que era bueno verlo. Despu¨¦s del entrenamiento, me llev¨® a su oficina. Sufr¨ªa el linfoma de Hodgkin.

Se estaba sometiendo a la quimioterapia durante el verano. No supe qu¨¦ decir, as¨ª que le dije: ¡°Flip, te veo genial¡±. Lo dije en serio. Pero no s¨¦ si me estaba diciendo la verdad. Flip parec¨ªa p¨¢lido y flaco.

Hablamos un rato aquel d¨ªa. Le cont¨¦ por lo que estaba pasando mi madre, y ¨¦l me cont¨® sobre su quimioterapia y sobre la Cl¨ªnica Mayo. Por eso fue por lo que al final se la recomend¨¦ a mam¨¢. Flip me lo pregunt¨® todo sobre ella y c¨®mo estaba lidiando con la situaci¨®n. Hizo que los dos nos olvid¨¢ramos de su propia batalla, aunque solo fuera por unos minutos. Nunca trat¨® de llamar la atenci¨®n sobre s¨ª mismo. As¨ª era Flip. Tres d¨ªas antes de que comenzara la temporada, est¨¢bamos en Los ?ngeles, prepar¨¢ndonos para jugar contra los Lakers. El personal nos llam¨® a una reuni¨®n. Flip hab¨ªa fallecido.

Fue un d¨ªa muy duro. Y pens¨¦ en mam¨¢. Para entonces, su c¨¢ncer hab¨ªa vuelto. Ella estaba bien, pero daba miedo pensar en Flip. La ¨²ltima vez que lo vi, no sab¨ªa que su estado fuera tan malo. Llam¨¦ a mi pap¨¢ y le exig¨ª que me dijera la verdad sobre el pron¨®stico de mam¨¢. Necesitaba saber exactamente lo que estaba pasando. Fue durante la temporada, en 2015-2016, pero le dije que volar¨ªa a casa cuando ¨¦l me lo dijera. Aquella temporada fue un infierno, con muchos altibajos. Llam¨¦ a mi pap¨¢ casi todos los d¨ªas para estar al corriente. A veces ten¨ªa que colgar porque mi madre no se sent¨ªa bien, o necesitaba cocinarle una comida, o ten¨ªa que vomitar.

Me sent¨ª muy lejos. Estar¨ªa en alg¨²n hotel, en alguna ciudad, despu¨¦s de un partido, pregunt¨¢ndome ?qu¨¦ estoy haciendo aqu¨ª? Deber¨ªa estar con ella.

Durante el receso para el All Star de aquel a?o, reserv¨¦ un billete para viajar a casa. El descanso fue de solo cuatro d¨ªas. El viaje dur¨® 17 horas, pero tuve que hacerlo. Recuerdo haber pensado en Flip. Sab¨ªa que ¨¦l habr¨ªa entendido que ten¨ªa que irme.

Cuando mam¨¢ abri¨® la puerta y vi su rostro... fue la mejor sensaci¨®n del mundo. Pap¨¢ me dijo que el hecho de que yo estuviera all¨ª, era la mejor medicina que ella pod¨ªa tener. Pude ver que estaba sufriendo. Le cog¨ª de la mano tanto como pude y me sent¨¦ junto a su cama. No quer¨ªa dejarla. Ella me dijo que no iba a renunciar.

Un d¨ªa despu¨¦s, tuve que volar de regreso.

Pasaron dos meses m¨¢s antes de que terminara la temporada. Hice lo que necesitaba hacer en la cancha. Pero fue muy dif¨ªcil. Mi mente estaba muy lejos. Pens¨¦ en mi madre todo el tiempo. Despu¨¦s de nuestro ¨²ltimo partido de la temporada, vol¨¦ a casa nuevamente.

Mam¨¢ muri¨® unas semanas despu¨¦s.

Cuando alguien que amas muere, es como si te envolviera una niebla. As¨ª fue para m¨ª. Me sent¨ª desorientado. Cuando volv¨ªa a Minnesota para los campus de entrenamiento, comenzaba todos los d¨ªas de la misma manera: FaceTiming Mama. La primera temporada despu¨¦s de su muerte, me despertaba y pensaba en llamarla. Me hizo querer romper mi tel¨¦fono. Pero no pude borrar su n¨²mero. Incluso le envi¨¦ mensajes de texto a veces. Todav¨ªa lo hago Durante un tiempo, sent¨ª que me estaba volviendo loco, como si estuviera hablando conmigo mismo.

Durante la mayor parte de aquel a?o, estaba enojado. Culp¨¦ a muchas cosas. Culp¨¦ al baloncesto. Culp¨¦ a las personas a m¨ª alrededor por c¨®mo me sent¨ªa. Le ech¨¦ la culpa a todo. Pas¨¦ por una depresi¨®n.

Y mir¨¦ el baloncesto de manera diferente despu¨¦s de aquello. Vi la vida de manera diferente. No me tomaba nada tan en serio como sol¨ªa. Ya sabes, solo estamos jugando un partido... Y a veces, fue un alivio para m¨ª salir y bailar y olvidarme de las cosas. Pero eso no funciona para siempre. Sent¨ªa que sacaba cabeza lo mejor que pod¨ªa, pero a¨²n me ahogaba. No s¨¦ c¨®mo explicarlo. Y no sab¨ªa c¨®mo solucionarlo solo. Aprend¨ª eso cuando finalmente recib¨ª ayuda, cuando fui a hablar con un terapeuta.

Tambi¨¦n me apoy¨¦ en mis amigos y en mi padre, hermano y hermana. Lograron que volviera a ser quien soy, a quien siempre he sido: el hijo de una mam¨¢.

Sab¨ªan que a pesar de que mam¨¢ se hab¨ªa ido, a¨²n pod¨ªamos estar cerca de ella.

Record¨¦ lo que le dije a mam¨¢ en uno de nuestros viajes de regreso de la Cl¨ªnica Mayo. Toda su vida, todo lo que siempre hab¨ªa querido hacer era ayudar a otros a ser felices. Cuando mis amigos ven¨ªan a casa cuando yo era peque?o, ella siempre me preguntaba cu¨¢l era su plato favorito y lo cocinaba para la cena. As¨ª era ella.

Entonces, durante un viaje en autom¨®vil de regreso a Mine¨¢polis desde Rochester, despu¨¦s de m¨¢s malas noticias, le dije algo importante: le dije que me asegurar¨ªa de que, sin importar lo que le sucediera, ¨ªbamos a ayudar a mucha gente que pasa por luchas similares. Le promet¨ª eso.

En 2017, alquil¨¦ una casa en Salt Lake City.

Me acababa de mudar, con un grupo de amigos cercanos. Unas semanas antes me hab¨ªan cambiado de Minnesota a Utah Jazz. Todo sucede por una raz¨®n.

Yo amaba a Minnesota. Todav¨ªa lo hago Y ese lugar, esas personas, siempre estar¨¢n en mi coraz¨®n.

Utah supuso una oportunidad comenzar de nuevo. Mi primer a?o tambi¨¦n fue el primer a?o en la NBA donde los equipos pod¨ªan poner anuncios en sus camisetas. Los Jazz llevaban uno que pon¨ªa 5 FOR THE FIGHT. Supe que ped¨ªa caridad para la investigaci¨®n del c¨¢ncer. Todo sucede por una raz¨®n.

Me reun¨ª con Ryan Smith, el CEO de Qualtrics, la compa?¨ªa que hab¨ªa ayudado a poner el anuncio en nuestras camisetas, y le pregunt¨¦ sobre diferentes aspectos y c¨®mo crear mi propia Fundaci¨®. Eso fue s¨®lo el principio. Aquel a?o, pap¨¢ y yo visitamos algunos hospitales diferentes en Utah, incluido el Huntsman Cancer Institute. Conocimos a muchos ni?os, vi tantas sonrisas. Creo que aquello hizo m¨¢s por m¨ª y pap¨¢ que por aquellos ni?os. De regreso a casa, pap¨¢ dijo lo que ambos est¨¢bamos pensando. ¡°Mam¨¢ estuvo all¨ª hoy con nosotros¡±, me dijo. ¡°La estamos haciendo sentir orgullosa¡±.

Un a?o despu¨¦s, comenc¨¦ mi fundaci¨®n. La Fundaci¨®n Ricky Rubio. En honor a mi madre. Quer¨ªa crear un proyecto que todos sientan como suyo. Quer¨ªa aprovechar mi plataforma como jugador de la NBA para atraer sonrisas y tambi¨¦n para recaudar dinero para causas sociales. No voy a mentir. La sonrisa de un ni?o en un hospital me hace seguir adelante. As¨ª es como me realizo. Es lo que mam¨¢ hubiera querido. S¨¦ que eso es lo que mam¨¢ hubiera querido. Ella est¨¢ ah¨ª conmigo.

Hoy no tengo 21 a?os, como cuando llegu¨¦ a Minnesota. En aquel entonces, cuando mi madre todav¨ªa estaba viva, hice una lista mental de lo que quer¨ªa lograr como jugador. Una de las cosas era utilizar mi influencia y plataforma para ayudar a las personas que lo necesitan. As¨ª que pude tachar eso de la lista. Todav¨ªa tengo algunas cosas que no he tachado de la lista.

Una de ellas es: ¡°Gana un campeonato de la NBA¡±.

Todav¨ªa estoy trabajando en ello. Estoy en Phoenix ahora. Otra ciudad nueva, otro apartamento nuevo y m¨¢s desaf¨ªos. Tenemos un buen equipo joven que tiene un gran potencial. Todas las cosas geniales llevan su tiempo. Llegaremos all¨ª. Otra cosa en la lista es: ¡°Gana una Copa Mundial con ¡®la familia¡¯, con mi selecci¨®n¡±.

Y este verano nuestra selecci¨®n gan¨® la Copa del Mundo FIBA en China. Realmente desear¨ªa que mi mam¨¢ lo hubiera visto. Fue incre¨ªble ver c¨®mo se vive all¨ª el baloncesto. Crec¨ª idolatrando el baloncesto espa?ol. Ser parte de otro cap¨ªtulo del ¨¦xito de nuestro pa¨ªs fue realmente especial para m¨ª. Fui nombrado MVP, y cuando Kobe present¨® el premio, 11 a?os despu¨¦s de los Juegos Ol¨ªmpicos de 2008, sent¨ª que estaba cerrando un c¨ªrculo.

El baloncesto es muy importante para m¨ª. Pero s¨¦ que puedo tener un impacto en este mundo de muchas otras maneras. S¨¦ que puedo ser muchas otras cosas. Y, por supuesto, una de ellos sigue siendo ser el hijo de una mam¨¢.

Todos los d¨ªas, trato de hacer algo para hacerla sentir orgullosa. Eso es lo que se merece. Somos un equipo Nos tengo para siempre. Te quiero mam¨¢.