¡®Madagascar¡¯ | No pasa nada porque lleves a tu hijo al zoo
Si queremos que aprendan, disfruten, conozcan, respeten y amen a los animales en toda su complejidad, mejor que los vean en vivo que no en pel¨ªculas de Disney
Hemos tardado varios a?os en llevar a nuestra hija al zoo porque ten¨ªamos el coraz¨®n dividido. No nos gusta ver animales encerrados y fuera de su h¨¢bitat natural, pero quer¨ªamos que la ni?a viviera la emoci¨®n de descubrirlos en vivo y en directo. Los futuros cambios del zoo de Barcelona me llevaron a llevarla ya, para que lo vea al menos una vez en la vida, antes de que se transforme el modelo de parque, que eso ya se lo dejo a los expertos.
(Esta introducci¨®n es para que no me pong¨¢is muy a caldo en los comentarios, que a los animales tampoco los he encerrado yo, y si queremos que los cr¨ªos valoren las condiciones de vida del zoo y quieran mejorarlas, antes tiene que conocerlas).
Lo primero que me ha maravillado es verla maravillarse con la multitud de especies que no conoc¨ªamos. Me sorprende tambi¨¦n la cantidad de vocabulario animal que conoce mi hija, porque para m¨ª, que ya empiezo a olvidarme de cosas b¨¢sicas como la filmograf¨ªa de Bruce Willis, que antes me sab¨ªa de memoria, muchos eran ¡°el bicho ese¡± y poco m¨¢s.
Si queremos que nuestros hijos aprendan, disfruten, conozcan, respeten y amen a los animales en toda su complejidad, mejor que los vean en vivo que no en pel¨ªculas de Disney y que les llamen toda la vida Simba, Tim¨®n y Pumba, cuando son un le¨®n, un suricato y un fac¨®quero (no es un jabal¨ªn com¨²n, y s¨ª, yo tambi¨¦n lo he tenido que buscar en internet).
Y adem¨¢s, aqu¨ª el tama?o s¨ª que importa. De la misma manera que no es lo mismo haber visto los grandes cuadros de la Historia del Arte en los libros de texto y luego descubrir La Gioconda con la marabunta de turistas y decir con decepci¨®n ¡°oh qu¨¦ peque?a¡±, una jirafa tienes que verla al natural para sentirte fascinado por su majestuosidad y altura.
Supongo que si no vamos al zoo, los animales seguir¨¢n igual de bien o maltratados. Y no podremos darle a la instituci¨®n el apoyo que necesita en momentos tan de cambio de paradigma como este. No me imagino que los trabajadores de un zoo no amen con locura a sus animales y quieran lo mejor para ellos, aunque si quer¨¦is hablar de crueldad es inevitable pensar en el precio de la entrada o de un simple refresco en las m¨¢quinas del parque.
Con la gran extensi¨®n del zoo puedes pasarte el d¨ªa all¨ª, con lavabos limpios, ¨¢reas de picnic para la comida que puedes entrar para no arruinarte y bancos para descansar, y as¨ª te ahorras el safari y vacunarte.
Decenas o centenares de especies -no s¨¦, eran muchos y me cans¨¦ al contarlos- est¨¢n a tu alcance. Aprov¨¦chalos y comparte la fascinaci¨®n de tus hijos ahora que los animales a¨²n est¨¢n ah¨ª. Y sobre todo aprovecha para explicarles la importancia de defender el medioambiente y a todas las especies para que no se extingan.
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