?Por qu¨¦ la Iglesia polaca ignora ostensiblemente al Papa Francisco?
Durante el comunismo, la Iglesia polaca apoyaba a quienes luchaban por la libertad. En la Polonia de hoy, apoya indiscriminadamente la deriva autoritaria del Gobierno
"El peligro viene de Occidente", afirm¨® recientemente el arzobispo de Cracovia Marek J?draszewski, un jerarca ultraconservador que apoya abiertamente a Ley y Justicia (PiS en sus siglas polacas), el partido nacional-conservador que gobierna Polonia desde oto?o de 2015. Por su parte, el Occidente contra el que alertaba era la Uni¨®n Europea, la cual sufre el c¨¢ncer de la corrupci¨®n moral seg¨²n el clero polaco. A ra¨ªz de las marchas del orgullo LGBT que recorren Berl¨ªn o Londres, la legalizaci¨®n del matrimonio homosexual m¨¢s la libertad para adoptar ni?os, la inclusi¨®n de los estudios de g¨¦nero en las universidades, la fecundaci¨®n in vitro... buena parte de la alta jerarqu¨ªa de la Iglesia polaca considera que Occidente le ha dado la espalda a Dios y se encamina hacia su destrucci¨®n. En consecuencia, la Iglesia polaca estar¨ªa haciendo todo lo posible para no consentir que esta "enfermedad" se propague en Polonia.
S¨ª, garantizar el derecho a la diversidad sexual se considera una enfermedad en Polonia
S¨ª, garantizar el derecho a la diversidad sexual se considera una enfermedad en Polonia. El arzobispo J?draszewski habl¨® incluso de la "plaga del arco¨ªris", a la que compar¨® con el bolchevismo. En Occidente, un obispo que se atreviera a hacer una declaraci¨®n tan humillante con el pr¨®jimo perder¨ªa toda autoridad moral para desempe?ar su funci¨®n. No as¨ª en Polonia, donde el poder nacional conservador se solidariza con ¨¦l.
La Iglesia polaca pr¨¢cticamente no se pronunci¨® cuando, durante la crisis migratoria de 2015, el PiS instig¨® a la poblaci¨®n contra los refugiados sirios. De hecho, su l¨ªder Jaros?aw Kaczy¨½ski recurri¨® a la ret¨®rica nazi cuando afirm¨® que los refugiados solo pod¨ªan traer "par¨¢sitos y g¨¦rmenes" a Polonia, neg¨¢ndose a aceptar a ning¨²n sirio.
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La Iglesia guard¨® silencio cuando el PiS destruy¨® los medios de comunicaci¨®n p¨²blicos y la independencia del poder judicial, pero es que tampoco reaccionaba mientras los pol¨ªticos de este partido sembraban constantemente el odio. El hecho de que esta campa?a acarreara consecuencias tr¨¢gicas ¡ªtras varios meses de acoso a cargo de los medios afines al poder, fue asesinado el alcalde de Gda¨½sk, Pawe? Adamowicz¡ª tampoco hizo mella a los cl¨¦rigos¡ Quiz¨¢s fuese porque el PiS agradeci¨® este respaldo destinando millones de eslotis a la Iglesia. Cuando toda una serie de esc¨¢ndalos ped¨®filos sacudieron a la Iglesia polaca, las autoridades se ocuparon de impedir que se depurasen responsabilidades. A diferencia de lo acaecido en Irlanda, no se design¨® ninguna comisi¨®n independiente, sino que la investigaci¨®n a los sacerdotes que hab¨ªan abusado de menores ha sido silenciada.
Este a?o, tanto el partido en el poder como la Iglesia instigan al un¨ªsono contra los homosexuales. Sostienen que as¨ª defienden a los ni?os y a las familias polacas de la degeneraci¨®n moral. En la campa?a previa a las elecciones parlamentarias del pasado mes de octubre, la Iglesia se convirti¨® en la plataforma de una propaganda electoral del PiS m¨¢s o menos expl¨ªcita. En concreto, Kaczy¨½ski afirm¨® que ¡°fuera de la Iglesia solo cabe el nihilismo¡±.
Durante el per¨ªodo comunista, la Iglesia polaca proteg¨ªa a los disidentes que luchaban por la libertad, movilizaba a las personas y les insuflaba esperanzas. Sin su apoyo, sin la autoridad del Papa polaco Juan Pablo II, no se habr¨ªa podido derribar el Tel¨®n de Acero en Europa.
Y sin embargo, la Iglesia actualmente camina de la mano con aquellos que quieren limitar las libertades por las que luchamos en 1989, para instaurar un r¨¦gimen neoliberal, pero autoritario. En ese sentido, nuestra Iglesia empieza a asemejarse a la ortodoxa rusa, que apoya fervorosamente el poder, alertando a sus fieles de la supuesta corrupci¨®n que entra?a Occidente.
Bartosz T. Wieli¨½ski es director adjunto del diario Gazeta Wyborcza.
Traducci¨®n del polaco por Amelia Serraller.
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