?Es bueno que se reconozca el s¨ªndrome del quemado como fen¨®meno laboral?
El estr¨¦s y el agotamiento laboral se consideran ahora problemas asociados con el empleo y el desempleo. ?Qu¨¦ implica esta nueva definici¨®n?
EL PASADO MES de mayo, la 72? Asamblea General de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), reunida como cada a?o en Ginebra, acordaba modificar la ubicaci¨®n del llamado s¨ªndrome del quemado (burnout en ingl¨¦s) en la pr¨®xima edici¨®n de la Clasificaci¨®n Internacional de Enfermedades, conocida como CIE-11. A partir de su entrada en vigor en 2022, el s¨ªndrome pasar¨¢ de la categor¨ªa ¡°problemas para el manejo de las dificultades de la vida¡± a otra denominada ¡°problemas asociados con el empleo y el desempleo¡±. La medida no supone ning¨²n avance en el tratamiento de este trastorno ni aporta ning¨²n conocimiento cient¨ªfico que ayude a prevenir su incidencia. ?A qu¨¦ se debe entonces la enorme cobertura que ha recibido la noticia?
Para entender la expectaci¨®n de los medios es importante comprender los diferentes papeles que desempe?an los manuales de diagn¨®stico m¨¦dico. M¨¢s o menos, todo el mundo tiene claro que estos sistemas sirven ¡ªo deber¨ªan servir¡ª para identificar el problema de la persona, dar orientaciones al cl¨ªnico para su tratamiento y ayudar a predecir con cierta fiabilidad el curso del trastorno. En efecto, son algunas de sus funciones, pero no las ¨²nicas. Las clasificaciones m¨¦dicas cumplen tambi¨¦n una importante funci¨®n legal y legitimadora. Si una persona acude a su m¨¦dico de atenci¨®n primaria porque no se encuentra con ¨¢nimo para ir a trabajar, solo tendr¨¢ derecho a una baja laboral si el m¨¦dico etiqueta su estado como depresi¨®n o ansiedad. En el caso de ser enviada a una unidad de salud mental, solo tendr¨¢ derecho a recibir asistencia por parte de psiquiatras y psic¨®logos si sus problemas, aquellos que no son enfermedades, son identificados con alguno de los trastornos reconocidos. Los diagn¨®sticos psiqui¨¢tricos tambi¨¦n pueden servir para denegar derechos, como ocurre con la limitaci¨®n de acceso a salas de juego a algunas personas que reciben la etiqueta de ludopat¨ªa. Tambi¨¦n se utilizan para retirar custodias y como atenuante de la condena en procesos judiciales. Sin atender a este aspecto legal y legitimador es muy dif¨ªcil entender la importancia de la noticia sobre el s¨ªndrome del quemado.
Reconocerlo como fen¨®meno laboral puede visibilizar el sufrimiento, pero tambi¨¦n hacer responsable al trabajador
La OMS es perfectamente consciente de estas implicaciones legales y se ha cuidado mucho a la hora de redactar el texto, dejando bien claro que se trata de un ¡°fen¨®meno ocupacional¡±, no de una enfermedad, cuya causa no es el estr¨¦s cr¨®nico, sino la falta de ¨¦xito de la persona a la hora de ¡°manejarlo¡±. Con esta definici¨®n se cierra la puerta a que los trabajadores puedan demandar a una empresa y exigir una indemnizaci¨®n en caso de ser diagnosticados. Al fin y al cabo, su problema no es el estr¨¦s al que hayan estado sometidos, sino su propia incapacidad para afrontarlo, lo que otorga derecho a recibir atenci¨®n sanitaria p¨²blica y una declaraci¨®n de discapacidad permanente total en los casos m¨¢s graves, pero no m¨¢s.
M¨¢s all¨¢ de las importantes limitaciones de su definici¨®n, las reacciones ante la noticia no han sido un¨¢nimes. Entre los optimistas est¨¢ Antonio Cano, presidente de la Sociedad Espa?ola para el Estudio de la Ansiedad y el Estr¨¦s, que sostiene que esta modificaci¨®n ayudar¨¢ a que se preste m¨¢s atenci¨®n a los riesgos psicosociales en el trabajo. Por otra parte, los m¨¢s esc¨¦pticos se?alan que la propia consideraci¨®n del sufrimiento laboral como un s¨ªndrome convierte lo normal en excepcional y no es m¨¢s que una caricatura de lo que ocurre en el mundo del trabajo. El psiquiatra y autor de Las falsas promesas psiqui¨¢tricas, Guillermo Rendueles, se muestra partidario de renunciar a la etiqueta y propone ampliar el diagn¨®stico de estr¨¦s laboral para intervenir sobre el ambiente, en lugar de convertirlo en un asunto individual. ¡°El s¨ªndrome del quemado supone que la ¨²nica salida al sufrimiento laboral es la individuaci¨®n y nos priva de un viejo saber colectivo: solo podemos salvarnos conjuntamente¡±.
Y es que no hace falta volver a Tressell y sus Fil¨¢ntropos en harapos para encontrar muestras de esta agon¨ªa en el empleo. Los relatos de explotaci¨®n recogidos por Bourdieu y sus colaboradores en La miseria del mundo, la ola de suicidios que ha llevado al banquillo recientemente a seis exdirectivos de France T¨¦l¨¦com y los datos del bar¨®metro de cansancio de los espa?oles, que se?ala al trabajo como principal responsable de que el 70% de las personas declaremos sentirnos con frecuencia faltas de energ¨ªa, son ejemplos actuales de un padecimiento laboral que no cesa.
Es posible que ambas posturas tengan algo de raz¨®n. Reconocer el s¨ªndrome del quemado como fen¨®meno laboral puede ayudar a visibilizar el sufrimiento en el trabajo, pero tambi¨¦n puede acabar haciendo responsable de este al propio trabajador, ocultando el papel de las condiciones laborales, las exigencias del puesto y las presiones de la empresa. Que sirva para una cosa o la otra depender¨¢ en parte de nosotros.?
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