Dime c¨®mo se comporta tu jefe y te dir¨¦ qu¨¦ mentalidad tiene
El estilo para dirigir y la capacidad para liderar depende del tipo de mentalidad: fija o de crecimiento
Los jefes tienen la facultad de convertir un trabajo maravilloso en una pesadilla. O todo lo contrario. De una manera u otra, ejercen una fort¨ªsima influencia en el d¨ªa a d¨ªa de sus trabajadores. Debemos reconocer que nadie nace sabiendo liderar, pero se puede aprender. Para conseguirlo hace falta abrir la mente. O mejor dicho, tener la mentalidad adecuada, como sugiere el maravilloso trabajo de Carol Dweck, profesora en la Universidad de Stanford. Dweck indica que la mentalidad de los jefes puede ser de dos tipos: fija o de crecimiento. Su estilo de dirigir y su capacidad para liderar depender¨¢ de cu¨¢l de ellas cultive. Da igual que sea una directiva, un mando intermedio o una coordinadora de un campamento, el resultado es siempre el mismo. Veamos qu¨¦ particularidades caracterizan a unos y a otros seg¨²n el resumen propuesto por la escuela de negocios de UNC Kenan-Flagler, en Estados Unidos.
Los estudios revelan que aquellos superiores que funcionan con mentalidad fija tienden a ver el mundo en absolutos: se tiene talento o no, se sabe hacer esto o no¡ Para ellos no existe la posibilidad del desarrollo o del esfuerzo. Con esta actitud se aparenta saber de todo o ser m¨¢s listo que nadie. Los jefes con mentalidad fija suelen rodearse de personas menos brillantes para impedir que les hagan sombra. Evitan hablar del error, porque sienten que les compromete. Se ponen todas las medallas, no reconocen los m¨¦ritos de los otros y utilizan a menudo la t¨¦cnica del palo y la zanahoria como herramienta de motivaci¨®n. Estos jefes valoran mucho la jerarqu¨ªa y se agarran al poder con fuerza porque saben que no son capaces de reinventarse. En el fondo, subyacen miedos e inseguridades que pueden haberse gestado durante la educaci¨®n que han recibido. La buena noticia es que la mentalidad fija se puede compensar con la otra mentalidad, la del crecimiento.
Las personas con mentalidad de crecimiento, en cambio, saben que la inteligencia y el talento se pueden desarrollar. A estos jefes les gustan los cambios y se esfuerzan en aprender de cuanto pueden. Si un superior tiene mentalidad de crecimiento contar¨¢ con una actitud de aprendiz eterno y asumir¨¢ retos, porque estos le permitir¨¢n seguir descubriendo cosas. Estos jefes aceptan y hablan de los errores abiertamente y los gestionan de manera positiva. Saben que es el precio para avanzar en cualquier proyecto que se propongan. Tienen inter¨¦s real por las personas, les ayuda a crecer y reconoce tanto los m¨¦ritos como los esfuerzos invertidos. Por eso, no es de extra?ar que este tipo de jefes sean los que m¨¢s impacto positivo tienen en la motivaci¨®n y en la productividad de sus equipos.
Cualquier persona, sea jefe o no, tiene las dos mentalidades. Alguien puede ser un apasionado del aprendizaje en su trabajo (mentalidad de crecimiento) y, sin embargo, haber tirado la toalla para aprender otro idioma porque no lo hizo de peque?o (mentalidad fija). Podemos encontrar a alguien que tenga pavor ante cualquier cambio en su profesi¨®n y, sin embargo, sea un creativo o un investigador constante en alguna de sus aficiones. Tambi¨¦n puede darse que una persona que tuvo much¨ªsimo ¨¦xito en el pasado por su capacidad de superaci¨®n, ahora, llegado un punto, se aferre al poder y haga gala de una mentalidad fija. En todos nosotros conviven ambas mentalidades, por eso es importante identificar cu¨¢l es la que gana en cada momento y, en especial, cuando se tienen personas a cargo. Que los trabajadores se consideren afortunados de trabajar con su jefe depender¨¢ de la importancia que estos den a una manera u otra de pensar. Algunos creer¨¢n que tienen suerte y otros estar¨¢n deseando que llegue el viernes como una tabla de salvaci¨®n.
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