Nacer y crecer con VIH
Para reducir la transmisi¨®n de madre a hijo es fundamental mejorar el diagn¨®stico, el tratamiento precoz en embarazadas o lactantes, y mejorar la adherencia de las que reciben tratamiento
Cerca de dos millones de ni?os y ni?as menores de 15 a?os viven con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), la mayor¨ªa en ?frica Subsahariana. El virus puede transmitirse de la madre al beb¨¦ (lo que se conoce como transmisi¨®n vertical) en el embarazo, el parto o durante la lactancia. En ausencia de cualquier intervenci¨®n, la transmisi¨®n vertical oscila entre el 15% y el 45%. Sin embargo, el riesgo transmisi¨®n puede reducirse a un 5% o menos con medidas que incluyen el tratamiento de la madre y la administraci¨®n preventiva de antirretrovirales a los reci¨¦n nacidos.
Con el objetivo de eliminar las nuevas infecciones por VIH entre la poblaci¨®n infantil y adolescente, adem¨¢s de asegurar el acceso a los medicamentos antirretrovirales para aquellos que ya viven con la infecci¨®n, ONUSIDA ha lanzado la iniciativa Start Free, Stay Free, AIDS Free, que se focaliza en 23 pa¨ªses que suman el 85% de las embarazadas, ni?os y adolescentes que viven con VIH en el mundo.
Entre 2010 y 2018 se han conseguido disminuir las nuevas infecciones infantiles en estos 23 pa¨ªses de 240.000 a 130.000. Pese a ello, el objetivo de reducir las nuevas infecciones infantiles a menos de 20.000 por a?o en 2020 todav¨ªa queda lejano y hay desigualdad en los avances: la mitad de las nuevas infecciones infantiles producidas en 2018 se concentraron en solo seis pa¨ªses: Kenia, Mozambique, Nigeria, Tanzania, Sud¨¢frica y Uganda.
Prevenir. Todos los ni?os merecen nacer sin VIH
Para reducir la transmisi¨®n vertical es fundamental mejorar el diagn¨®stico, iniciar el tratamiento precoz en mujeres embarazadas o que amamantan, y optimizar la adherencia de aquellas que ya est¨¢n en tratamiento.
Los reg¨ªmenes de tratamiento son todav¨ªa complejos y est¨¢n poco adaptados a la poblaci¨®n infantil
Pero tambi¨¦n es clave traducir las recomendaciones mundiales de prevenci¨®n en estrategias aplicables en los pa¨ªses con mayor prevalencia de la infecci¨®n. Un ejemplo es la profilaxis preexposici¨®n, m¨¢s conocida como PrEP, ya recomendada por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) en mujeres seronegativas durante el embarazo y la lactancia con riesgo de adquirir la infecci¨®n, pero con reducida implementaci¨®n hasta el momento.
Adem¨¢s, en los ¨²ltimos a?os se ha puesto de manifiesto la necesidad de aumentar la evidencia cient¨ªfica que avale que las madres seropositivas que mantienen el nivel de virus en sangre (carga viral) indetectable no tienen riesgo de transmitir el virus a sus hijos durante la lactancia y que por tanto, la premisa Undetectable=Untransmittable (indetectable es intransmisible) es extrapolable a esta pr¨¢ctica. Esto contribuir¨ªa al empoderamiento de todas las madres que viven con VIH, para poder tomar su propia decisi¨®n sobre la lactancia materna con seguridad y sin incrementar el riesgo de transmisi¨®n vertical a sus hijos.
Tratar. Todav¨ªa queda mucho por avanzar en el antirretroviral pedi¨¢trico
El tratamiento ha transformado el transcurso de la enfermedad. Actualmente, la mayor¨ªa de las personas que viven con VIH consiguen mantener la carga viral indetectable, viven saludables y sin riesgo de transmitir la infecci¨®n. Sin embargo, para ello es fundamental que una vez adquirida la infecci¨®n, los ni?os empiecen el tratamiento lo antes posible y lo tomen diariamente.
No obstante, los reg¨ªmenes de tratamiento son todav¨ªa complejos y est¨¢n poco adaptados a la poblaci¨®n infantil. Los comprimidos son dif¨ªciles de ingerir y el jarabe necesita ser conservado en nevera, un bien de lujo en muchos pa¨ªses. Las c¨¢psulas permiten extraer los gr¨¢nulos y administrarlos junto con leche o alimentos, pero el sabor desagradable dificulta su administraci¨®n, sobre todo durante los primeros meses, antes de la introducci¨®n de la alimentaci¨®n complementaria.
Uno de muchos ejemplos es el de Argencia, que vive en Manhi?a, una comunidad rural de Mozambique. Con tan solo siete meses de vida, tiene que tomar dos veces cada d¨ªa una dosis de tratamiento que ni siquiera cabe en su mano, como se puede ver en la fotograf¨ªa.
Resulta prometedora la posibilidad de que en un futuro pr¨®ximo nuevos f¨¢rmacos antirretrovirales que requieren solo una administraci¨®n por mes o incluso con menor frecuencia, puedan ser adaptados para ni?os. Cabe pensar que facilitar¨¢ la adherencia y mejorar¨¢ la calidad de vida de los ni?os que viven con VIH.
Pero tambi¨¦n curar. Un futuro lejano pero esperanzador
El tratamiento antirretroviral ha sido y es la piedra angular para el avance en la respuesta al VIH. Sin embargo, la terapia antirretroviral de por vida presenta desaf¨ªos como la adherencia a largo plazo, la toxicidad, las visitas frecuentes al hospital, etc. Otro gran problema es la resistencia a los medicamentos: cerca de la mitad de los menores de 18 meses diagnosticados con VIH son portadores de cepas resistentes a los medicamentos antes de iniciar el tratamiento.
Todos formamos parte de la comunidad que tiene que seguir marcando la diferencia en la lucha contra el VIH
En la actualidad no hay cura para el VIH; es decir, una vez adquirida la infecci¨®n no se puede eliminar el virus por completo. No obstante, hay un creciente inter¨¦s en desarrollar estrategias para encontrar una cura para la infecci¨®n o para poder vivir con VIH de forma saludable sin medicaci¨®n, lo que se conoce como remisi¨®n. Nuevas estrategias, que incluyen la administraci¨®n de anticuerpos por v¨ªa intravenosa o subcut¨¢nea, han conseguido controlar de la infecci¨®n sin tratamiento durante algunos meses en adultos, lo que resulta esperanzador.
Este a?o. el d¨ªa mundial contra el VIH, se dedica a Las comunidades marcan la diferencia. Es un reconocimiento a su papel fundamental en la lucha contra el virus. Estas hacen que la lucha resulte relevante y fundada, para que no se deje a nadie atr¨¢s.
Pero no olvidemos que las comunidades no solo la forman las personas que viven con VIH. Tambi¨¦n los trabajadores de salud, cient¨ªficos, gobiernos, organizaciones internacionales, sector privado, educadores, l¨ªderes de cualquier ¨¢mbito¡ Todos formamos parte de la comunidad que tiene que seguir marcando la diferencia en la lucha contra el VIH.
Sheila Fern¨¢ndez-Luis es pediatra e investigadora del Centro de Investigaci¨®n en Salud de Manhi?a (CISM) y del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por ¡±la Caixa¡±.
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