La cotorra de Carolina se extingui¨® de golpe por culpa del ser humano
La reconstrucci¨®n del genoma del p¨¢jaro demuestra que pod¨ªa haber sobrevivido hasta la actualidad

Todo empez¨® con una llamada de un periodista a un cient¨ªfico a finales de 2016, ¡°una manera muy extra?a de comenzar¡±, cuenta Carles Lalueza-Fox, investigador del Instituto de Biolog¨ªa Evolutiva, un centro mixto de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) y del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC). El bi¨®logo no era experto en p¨¢jaros ni mucho menos en la cotorra de Carolina, pero Pere Renom, bi¨®logo y presentador de TV3 especializado en la divulgaci¨®n cient¨ªfica, insisti¨®. Los dos expertos han reconstruido el genoma de la especie que se extingui¨® en 1918 gracias a un ejemplar naturalizado preservado en una colecci¨®n privada en Espinelves (Girona, Espa?a).?El esp¨¦cimen analizado fue recolectado por el naturalista catal¨¢n Mari¨¤ Masferrer (1856-1923).

Tras una comparaci¨®n con otras 400 especies de p¨¢jaros los cient¨ªficos han constatado una anomal¨ªa evidente: ¡°No hay se?al de una extinci¨®n progresiva como en otros casos por lo que concluimos que el ser humano acab¨® con ella en pocas d¨¦cadas. La diversidad del genoma es un reflejo de la historia de una especie y en este caso ha desaparecido de golpe¡±, confirma Lalueza-Fox.
La cotorra de Carolina (Conuropsis carolinensis) es un ave ic¨®nica de Am¨¦rica del Norte. Es el miembro de la familia de los loros que vivi¨® en latitudes m¨¢s al norte y se distribuy¨® desde el sur de Nueva Inglaterra hasta el Golfo de M¨¦xico y el este de Colorado. El estudio que se publica este jueves en la revista Current Biology refleja que ten¨ªa un nivel muy bajo de endogamia, por lo que esta no puede ser la raz¨®n de su extinci¨®n. Se sabe que hasta que desapareci¨® en el siglo XX, se cazaba a esta cotorra para adornar sombreros con sus plumas, de intensos colores verdes, naranjas y amarillos.
Los investigadores han tomado muestras de la tibia y las almohadillas de los dedos del?esp¨¦cimen conservado en Girona. Para obtener el genoma completo del ave han secuenciado el de un pariente vivo cercano, la Aratinga solstitialis o cotorrita del sol de Am¨¦rica del Sur. El an¨¢lisis demuestra que la cotorra de Carolina y la cotorrita del sol divergieron hace unos tres millones de a?os, coincidiendo con el cierre del istmo de Panam¨¢.
Una especie llena de curiosidades

La cotorra de Carolina es una caja de sorpresas. Lo m¨¢s destacado es que este p¨¢jaro ten¨ªa una predilecci¨®n por comer las semillas de Xanthium, que son t¨®xicas. La cotorra de Carolina es la ¨²nica entre las 400 especies de p¨¢jaros comparadas que mostraba adaptaciones gen¨¦ticas que le permit¨ªan comer un producto venenoso. Esto a su vez la proteg¨ªa de sus depredadores. ¡°Fue muy curioso pensar que un gato morir¨ªa al devorarla¡±, comenta Lalueza-Fox.?
La desaparici¨®n de este ave reposa sobre otra curiosa paradoja. La cotorra estaba en todas partes, se mov¨ªa en grupos abundantes y ruidosos. Nadie se planteaba que pudiese desaparecer. Sin embargo, esa percepci¨®n la perjudic¨® hasta convertirla en un ejemplo paradigm¨¢tico de extinci¨®n en Estados Unidos.
Una idea para el futuro
La desaparici¨®n de las aves se ha incrementado en las ¨²ltimas d¨¦cadas y algunas poblaciones han disminuido hasta el 90%. Frente a ello, la metodolog¨ªa desarrollada podr¨¢ emplearse para prever otras posibles extinciones y proteger las especies en peligro de extinci¨®n mediante la aplicaci¨®n de planes de conservaci¨®n a tiempo.?¡°Este m¨¦todo se puede aplicar para otros casos. En general, las especies han ido perdiendo mucha diversidad gen¨¦tica¡±, asegura Lalueza-Fox.?
El investigador catal¨¢n asegura que las t¨¦cnicas de conservaci¨®n cl¨¢sicas no funcionan. ¡°En un futuro, tendremos que dise?ar y editar gen¨¦ticamente a las especies¡±, previene. En el genoma de los animales en v¨ªas de extinci¨®n, por causas humanas o naturales se acumulan mutaciones negativas que afectan la reproducci¨®n y los aspectos cognitivos del animal. La soluci¨®n es quitar esas mutaciones negativas que destruyen la especie y volver a a?adirle la diversidad perdida. ¡°Tenemos que meternos en la cabeza que deberemos intervenir directamente en la naturaleza para protegerla¡±, concluye.
"Es cierto que el ser humano es el ¨²nico que puede cambiar el medio ambiente tan r¨¢pido, pero en este estudio faltan algunas precisiones", opina Toni Gabald¨®n, investigador del Instituto de Investigaci¨®n Biom¨¦dica en Barcelona (IRB). Lo que demuestra el genoma de esta ave es que ten¨ªa la diversidad gen¨¦tica suficiente para vivir hasta hoy, especifica. Gabald¨®n cree que la causa de la desaparici¨®n podr¨ªa deberse a una infecci¨®n masiva proveniente de las granjas de pollos, una posibilidad mencionada y descartada en el estudio. El problema, a?ade el genetista, es que este estudio se centra en un solo esp¨¦cimen cuyas condiciones de vida se desconocen y por lo tanto podr¨ªa haber muerto por causas distintas del resto. "Hay que investigar m¨¢s para poder confirmar las causas", concluye el experto del IRB.
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