?Es necesario saber lo que cobra el vecino?
Finlandia permite a sus residentes la consulta de los ingresos de cualquier ciudadano del pa¨ªs. ?Es deseable tanta transparencia?
Suecia, Noruega y Finlandia publican cada a?o los ingresos de los ciudadanos m¨¢s ricos y permiten que cualquiera consulte y vea los de los dem¨¢s. Cualquier ciudadano noruego puede entrar en la p¨¢gina web del ministerio fiscal e introducir el nombre de otro para averiguar cu¨¢les son sus ingresos y lo que paga en impuestos. El a?o pasado esa base de datos oficial recibi¨® 1,6 millones de b¨²squedas. Un n¨²mero considerable teniendo en cuenta que Noruega apenas supera los cinco millones de habitantes.
Algo muy parecido pasa en Suecia. Supuestamente estas medidas de transparencia econ¨®mica son democratizadoras e higi¨¦nicas: que se sepa todo, que se ventilen los secretos, que se sepa cu¨¢nto gana cada uno, que no nos enga?en. Tambi¨¦n supuestamente as¨ª se muestran, con la precisi¨®n propia de los datos desnudos, las dimensiones reales de las brechas salariales, sean de g¨¦nero, raciales o de cualquier otro tipo; y el mero conocimiento conduce a una toma de conciencia que puede contribuir a reducirlas.
Al d¨ªa en que esa informaci¨®n se publica en Finlandia se denomina ¡°el d¨ªa de la envidia¡± ¡ªpor la envidia que supuestamente sentir¨¢n los m¨¢s pobres al constatar lo que ganan los m¨¢s ricos¡ª, pero la verdad es que, en las sociedades relativamente igualitarias y donde la gente se considera en t¨¦rminos generales bien remunerada, como las escandinavas o la suiza ¡ªdonde solo un 20% de los j¨®venes van a la universidad y la mayor¨ªa estudian en escuelas superiores, pero los sueldos de un docente y un electricista no distan mucho¡ª, lo que gane el pr¨®jimo, aunque sea m¨¢s rico, es menos ofensivo.
Como estas medidas de ¡°transparencia¡± que han adoptado los pa¨ªses n¨®rdicos son acordes al esp¨ªritu de los tiempos y probablemente acabar¨¢n infiltr¨¢ndose hacia el sur, no es ocioso preguntarse: ?tanta transparencia es positiva, es necesaria, es democr¨¢tica? ?Contribuye a hacer una sociedad m¨¢s justa, m¨¢s humana, m¨¢s tolerante, emocionalmente m¨¢s sana? ?Y qu¨¦ beneficios se derivan de que el Estado te informe con exactitud de cu¨¢nto dinero gan¨® tu cu?ado el a?o pasado?¡
Lo importante para la vida no son los datos de las cosas, sino el relato que se organiza detr¨¢s de ellas y que sustenta el deseo
La respuesta correcta es: facilitar el acceso de cualquiera a las cuentas del pr¨®jimo no es una iniciativa emancipadora ni democratizante. Es una medida intrusiva de ribetes fascistas. (Adem¨¢s de una ordinariez, pero no entraremos en consideraciones est¨¦ticas).
Porque lo importante para la vida no son los datos de las cosas, sino la fantas¨ªa o el relato que se pueda organizar detr¨¢s de ellas, y que sustenta el deseo. El fil¨®sofo esloveno Slavoj Zizek pone el ejemplo de las relaciones sexuales, donde si los participantes no tuvieran una fantas¨ªa sobre el otro y sobre su relaci¨®n con ¨¦l, no podr¨ªan llevarla adelante: se ver¨ªan a s¨ª mismos como bichos haciendo gestos raros, como lord Chesterfield en su admonici¨®n a su hijo: ¡°El placer es moment¨¢neo, la posici¨®n es rid¨ªcula y el gasto, desorbitado¡±. La mentalidad materialista y factual minusvalora lo decisivo, lo no reductible a datos. Porque sin una proyecci¨®n, o, en la jerga psicoanalista, sin un fantasma, la realidad resulta invivible.
En un contexto social es claro que cuando algo se oculta a modo de enga?o, el saber es importante y valioso: ¡°Transparencia¡± fue el lema de la pol¨ªtica de Gorbachov que llev¨® al fin del totalitarismo en la URSS. Saber, por ejemplo, qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s de unos fondos de inversi¨®n o de una corporaci¨®n que explota determinados recursos; o d¨®nde est¨¢n las f¨¢bricas de noticias falsas; la contradicci¨®n que se da entre el discurso p¨²blico de un l¨ªder supuestamente progresista y sus propiedades inmobiliarias privadas, o que una alcaldesa vendi¨® los pisos de protecci¨®n oficial a un fondo buitre; o, ya que hemos mencionado Rusia, saber que el 80% del suelo de Mosc¨² pertenece a la Iglesia ortodoxa¡, es fundamental para entender su actual vida pol¨ªtica. Hay un conocimiento emancipador, ¨²til para luchar contra el poder y sus abusos. En este plano, hacer visible lo invisible es positivamente pol¨ªtico para dar poder a la ciudadan¨ªa y para reparar la maltrecha democracia, sencillamente porque las grandes cuestiones de geopol¨ªtica, de econom¨ªa y del binomio justicia/injusticia social se resuelven en un terreno altamente abstracto que tiende al ocultamiento y que resulta dif¨ªcil de explicar y de entender.
Esta transparencia tiene, como todo, sus l¨ªmites. Uno de los l¨ªmites es por descontado el de la seguridad como bien com¨²n superior. Ahora bien, hay otros l¨ªmites, relativos al derecho del ser humano a jugar y a inventarse, que no deber¨ªan cruzarse y que se conculcan con reiterada frecuencia: por ejemplo, el derecho a mentir, que solo se le reconoce al acusado ante el Tribunal de Justicia.
No es solo que la mentira haga posible la sociedad, sino que es tambi¨¦n un signo de libertad. Su escudo. As¨ª, un hombre debe poder decir a su esposa (o una mujer a su marido) que est¨¢ en el trabajo cuando en realidad est¨¢ con otra persona. Un padre de familia tiene derecho a que sus hijos no sepan de cu¨¢nto dinero dispone, si la casa donde viven es de alquiler o de propiedad, y a cu¨¢l de ellos quiere m¨¢s de verdad. Neg¨¢rselo es atentar contra su posibilidad de inventarse y de inventar sus relaciones, y un ejercicio de totalitarismo.
En realidad, la transparencia total ¡ªa la que apunta la publicidad de las cuentas bancarias y datos fiscales¡ª es terror¨ªfica; es una de las condiciones para el control total del individuo, tal como se expone en la seminal antiutop¨ªa Nosotros, donde el novelista ruso Yevgueni Zamiatin imagina una futura sociedad comunista donde todos los ciudadanos viven en casas con paredes de cristal: supuestamente si no han hecho nada malo no tienen nada que ocultar y, por consiguiente, nada de qu¨¦ preocuparse aunque est¨¦n siempre expuestos a la mirada de los otros, por otra parte disuasiva de cualquier desv¨ªo del recto camino.
Se empieza pudiendo leer la cuenta corriente del vecino y quiz¨¢s con un poquito m¨¢s de desarrollo tecnol¨®gico podr¨¢s leer tambi¨¦n su pensamiento y concretamente lo que piensa de ti. Es el sue?o h¨²medo de los tiranos, el anhelo de los Estados totalitarios. No existir¨ªa nada de lo que nos hace humanos, ese algo que est¨¢ ¨ªntimamente relacionado con el derecho a la reserva, al silencio, a la mentira, a la ficci¨®n, a la ambig¨¹edad, a la construcci¨®n de un relato sobre la realidad, al juego.
El derecho a ocultar y a mentir es un derecho fundamental. Est¨¢ directamente relacionado con el ser humano como complejidad, que es lo que permite la libertad, mientras que la transparencia total es la simplificaci¨®n: el fascismo.
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