C¨®mo educar a los ni?os con el ejemplo
Nuestros hijos no aprenden nada de lo que les ense?amos. Aprenden de nosotros
Hace unos d¨ªas, mientras mi hijo contaba un altercado que hab¨ªa tenido lugar en el colegio, puse atenci¨®n en c¨®mo abr¨ªa sus ojos, su mirada es siempre ingenua, fiel reflejo de la curiosidad e inter¨¦s que siempre tiene por aprender, atento, esperaba mi respuesta, y reacci¨®n a lo que estaba contando. Esa mirada de ni?o, que como adultos alg¨²n d¨ªa perdemos, es la que tienen puesta en nosotros todo el d¨ªa. Los ni?os nos observan todo el rato.
Como adultos estamos siempre pendientes de lo que decimos o c¨®mo lo decimos. Pero en ocasiones nos olvidamos de lo que hacemos y, sobre todo, olvidamos que la palabra convence, pero el ejemplo arrastra. Los ni?os siguen nuestros pasos, cada d¨ªa podemos ense?arles algo: cuando cruzamos de manera adecuada por un paso de cebra, cuando somos tolerantes o respetamos la naturaleza.
Si te pidiera que elaborases una lista con todas las cualidades o habilidades para que tu hijo fuese feliz y competente el d¨ªa de ma?ana en esta sociedad, ?por qu¨¦ cualidades te inclinar¨ªas?
Probablemente pensar¨ªas en valores como la empat¨ªa, la capacidad de autocontrol, la tolerancia a la frustraci¨®n, el respeto a s¨ª mismo y a los dem¨¢s, la amabilidad o la honestidad, entre otros.
Y ahora trata de reflexionar sobre ello¡ ?c¨®mo es posible que los ni?os aprendan a ser todo lo que consideremos necesario para ser un adulto feliz y competente en esta sociedad, si nosotros como adultos no mostramos respeto, capacidad de empat¨ªa, no somos honestos con ellos o no mostramos tolerancia a la frustraci¨®n?
Como dice Mar Romera, maestra y experta en Educaci¨®n Emocional: ¡°Los ni?os no aprenden nada de lo que les ense?¨¢is. Os aprenden a vosotros¡±.
?C¨®mo podemos afrontar estos valores con los ni?os?:
La empat¨ªa: Reflexionando con los ni?os acerca de c¨®mo pueden sentirse los dem¨¢s ante determinadas actuaciones o como se sentir¨ªan ellos si alguien les hiciese algo que no le gusta. Las experiencias reales siempre son m¨¢s efectivas, de modo que si demostramos a los ni?os que somos capaces de escucharles sin juzgarles, teniendo en cuenta su punto de vista, poniendo nombre a lo que sienten, comprendiendo y validando su enfado, ser¨¢ m¨¢s probable que desarrollen este importante valor.
Capacidad de autocontrol: ante una rabieta o un conflicto cuando lo m¨¢s f¨¢cil es ¡°unirse al caos¡±. Hoy sabemos de la existencia de las neuronas espejo, a trav¨¦s de las cuales nos contagiamos del estado emocional del otro. Cuando estamos alterados es muy dif¨ªcil que un ni?o permanezca tranquilo. Nuestra calma es fundamental para acabar con el tsunami emocional en el que se han sumergido, de ah¨ª surge la necesidad de trabajar con nosotros mismos para poder transmitir a nuestros hijos la habilidad de la autorregulaci¨®n. Una habilidad indispensable en la vida.
Frustraci¨®n: cuando algo no sale bien tenemos la opci¨®n de estallar o la posibilidad de atajarlo de otra manera pensando en lo bueno que podemos obtener de esa situaci¨®n. El mensaje que podemos trasladarles es que no podemos controlar todo lo que nos pasa, pero lo importante es que puedo controlarme a m¨ª mismo. Si nos encontramos en la fila de un supermercado con nuestros hijos y surge alg¨²n problema, podemos estallar, enfadarnos con la situaci¨®n o tratar de llevar ese momento de la mejor manera posible.
Honestidad: es necesario ser honesto con ellos y con nosotros mismos. Los ni?os y los adultos nos equivocamos y no hay nada malo en ello. Por tanto, es necesario que los adultos pidamos perd¨®n por nuestros errores, de lo contrario transmitiremos la idea a los ni?os de que podemos da?ar a otras personas sin que pase nada. Cuando pedimos perd¨®n mostramos que somos capaces de ponernos en su lugar y que tenemos en cuenta sus sentimientos.
Respeto: respeto hacia los ni?os, pero no menos importante el respeto hacia nosotros como padres. ?C¨®mo? Estableciendo l¨ªmites, no permitiendo agresiones, estableciendo y no negociando lo que es importante para nosotros, cumpliendo lo que decimos¡ Evitando las luchas de poder y no permitiendo que aflore nuestro cerebro m¨¢s primitivo, y sin recurrir a los chantajes, amenazas y gritos; si los respetamos, ser¨¢n capaces de respetar el d¨ªa de ma?ana y adem¨¢s aprender¨¢n a no tolerar las faltas de respeto. El autocuidado como padres tambi¨¦n es vital. Los ni?os no necesitan padres perfectos, necesitan padres felices, reales que se sientan bien consigo mismos, dejando atr¨¢s el sentimiento de culpa e insuficiencia que en ocasiones aflora en nosotros.
Y as¨ª podr¨ªamos continuar elaborando una larga lista para llevar a cabo la fundamental tarea de educar, sin olvidar que ¡°educar es m¨¢s dif¨ªcil que ense?ar porque para ense?ar se precisa saber pero para educar se precisa ser¡± (Quino).
Ruth Alfonso Arias, Educadora Infantil, Educadora certificada de familias de Disciplina Positiva
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