La lenta transici¨®n de Carlos de Inglaterra de pr¨ªncipe a rey
Las relaciones familiares condicionan el creciente poder de Carlos de Inglaterra, el eterno heredero del trono brit¨¢nico
Cuando los medios brit¨¢nicos ¡ªo los estadounidenses, igual de ¨¢vidos en esta materia¡ª intentan ponerle un nombre al estado de espera activa de Carlos de Inglaterra, el heredero de una Corona que nunca parece llegar, se exponen a ser desmentidos de inmediato. Le ocurri¨®, sin ir m¨¢s lejos, al tabloide sensacionalista The Sun, que el 27 de noviembre bautizaba al pr¨ªncipe de Gales como ¡°pr¨ªncipe regente¡± y daba por sentado que todo se hab¨ªa activado en el palacio de Buckingham para que, en el breve plazo de 18 meses, las funciones de jefe de Estado pasaran de facto a sus manos.
Como es habitual en todo lo que ata?e a la Casa de los Windsor, la fuente real era an¨®nima: ¡°El esc¨¢ndalo provocado por la relaci¨®n del pr¨ªncipe Andr¨¦s con [el multimillonario y ped¨®filo estadounidense] Jeffrey Epstein ha dado a Carlos una oportunidad para dar un paso al frente y demostrar que est¨¢ capacitado para gestionar La Empresa (The Firm, como se conoce habitualmente a la familia real)¡±. Nada est¨¢ por encima de la familia real. Ni siquiera Andr¨¦s, el favorito de la reina. Carlos se percat¨® de inmediato y actu¨® con firmeza, como el rey que pronto ser¨¢. Y en ese momento se convirti¨® en el ¡°pr¨ªncipe regente, en el rey en la sombra¡±, dec¨ªa la fuente real.
Una semana despu¨¦s, era otro informante igual de an¨®nimo el que aseguraba a la revista Vanity Fair que la idea de que Isabel II entregara el testigo a su hijo cuando cumpliera 95 a?os se alejaba bastante de la realidad y ¡°sonaba m¨¢s bien a algo salido del guion de The Crown [la exitosa serie de Netflix sobre la vida de la reina y su familia]¡±.
Los medios brit¨¢nicos navegan sobre este asunto sin se?ales certeras. Solo con la evidencia de que en a?os recientes se ha presenciado un lento traspaso de competencias de madre a hijo, de soberana a heredero, que se interpreta como una transici¨®n natural. La BBC, en su nost¨¢lgico papel de ¨²ltimo basti¨®n de la estabilidad brit¨¢nica, junto al servicio de espionaje MI6 y el Servicio Nacional de Salud, dedic¨® un documental especial a Carlos de Inglaterra a finales de 2018 ¡ªPr¨ªncipe, hijo y heredero: Carlos a los 70 a?os¡ª. Todo un ejercicio de relaciones p¨²blicas para pulir la imagen de un hombre respetado por muchos, despreciado por otros tantos y que ha solidificado en la mente de sus compatriotas la imagen de un eterno heredero a la espera m¨¢s que la de un rey en ciernes. ¡°Soy plenamente consciente de que ser soberano es un ejercicio completamente separado de otros¡±, reconoc¨ªa el pr¨ªncipe de Gales a las c¨¢maras de la cadena. Era un intento de explicar a sus compatriotas que las constantes intervenciones en la vida p¨²blica y pol¨ªtica del pa¨ªs durante todos estas d¨¦cadas de calentamiento desaparecer¨ªan cuando subiera al trono.
Carlos de Inglaterra es hoy, con diferencia, el miembro de la casa real que m¨¢s actos p¨²blicos tiene en su agenda. En 2018 particip¨® en 507. Isabel II va disminuyendo, lenta pero gradualmente, su actividad. Ese mismo a?o asisti¨® a 283 eventos. Ya ha renunciado a los viajes oficiales, que han sido asumidos por completo por el heredero. La desastrosa entrevista de su hermano Andr¨¦s, para intentar explicar su relaci¨®n con Epstein y desmentir cualquier encuentro sexual con Virginia Giuffre, una de las supuestas esclavas sexuales de la red del estadounidense, pill¨® a Carlos en Nueva Zelanda. Viajaba acompa?ado de su esposa la duquesa de Cornualles. Camilla Parker Bowles, quien tambi¨¦n particip¨® en el documental de la BBC y ha logrado ganarse a esa gran parte del p¨²blico brit¨¢nico que o bien no particip¨® en el llanto colectivo provocado por la muerte de Lady Di o bien ha dejado atr¨¢s aquel lapso.
Las especulaciones sobre el creciente poder del pr¨ªncipe de Gales aumentaron cuando acudi¨® a visitar a su padre, Felipe de Edimburgo, al palacio de Sandringham, en los d¨ªas posteriores a que la casa real tomara la decisi¨®n de retirar a Andr¨¦s de sus tareas oficiales en una maniobra de control de da?os. Con 98 a?os, el rey consorte lleva tres retirado de la vida p¨²blica, y algunos han cre¨ªdo ver en su ausencia y en la falta de su autoridad la causa de que 2019 haya sido un a?o de altibajos para la casa de Windsor. La idea prendi¨® como la p¨®lvora. Carlos, aventuraron los medios, se hab¨ªa reunido con el paterfamilias para preparar el relevo. Isabel II, como su marido, estaba dispuesta a retirarse de escena cumplidos los 95.
Puestos a buscar se?ales, ninguna m¨¢s contundente que la presencia del heredero junto a la monarca en la C¨¢mara de los Lores este mismo jueves. El discurso de la reina, que abre la legislatura y marca la agenda del Gobierno de los cinco pr¨®ximos a?os, es uno de los actos centrales y m¨¢s ceremoniales de la vida pol¨ªtica brit¨¢nica. Durante d¨¦cadas, el protagonismo era en exclusiva de Isabel II, aunque acud¨ªa casi siempre acompa?ada del pr¨ªncipe Felipe de Edimburgo. La imagen a su lado del pr¨ªncipe de Gales confirm¨® una voluntad de relevo escalonado a la que los medios cada vez van a prestar m¨¢s atenci¨®n.
Y la relevancia creciente de su papel institucional, junto con los a?os y una imagen de abuelo venerable, comienzan a disipar esa figura elitista, exc¨¦ntrica y demasiado intelectual para el gusto de los brit¨¢nicos. En su caso, cada vez de modo m¨¢s evidente, la historia seguir¨¢ su curso. Como la biolog¨ªa. E Isabel II ser¨¢ reina en plenitud de funciones hasta la cama, como ella misma ha llegado a afirmar, mientras Carlos va asumiendo por completo pero sin rango cada una de las competencias de un jefe de Estado.
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