Redes de Internet para recuperar las relaciones de barrio de toda la vida
Mantener una vida social activa tiene muchos beneficios en la madurez. Varias ¡®apps¡¯ ponen en contacto a vecinos con los que compartir tiempo y aficiones
Cuando Carmen dej¨® su localidad natal de Cebolla, Toledo, hace m¨¢s de 30 a?os, tuvo claro que su barrio de Chamber¨ª (Madrid) tendr¨ªa que ser su nuevo pueblo. Desde el principio comenz¨® a tener una relaci¨®n estrecha con sus vecinos de escalera, y cuando llegaba la Navidad, se organizaban grandes fiestas con su Pap¨¢ Noel, regalos para los ni?os e incluso chocolatada (¡°?llegamos a ser unas 90 personas!¡±). Desarrollar este tipo de relaciones de cercan¨ªa era por entonces ¡°lo normal¡±, pero la sociedad espa?ola ha cambiado demasiado: los vecinos ya se conocen solo de vista y con frecuencia no comparten mucho m¨¢s que un saludo ocasional; una soledad que, si indeseada, puede llegar a tener serias consecuencias en la salud de los m¨¢s mayores. Pero hoy, esa misma tecnolog¨ªa a la que tanto se acusa de reemplazar las relaciones tradicionales puede ser la llave de acercar a las personas de nuevo.
Si los cambios generacionales, de estilo de vida y tecnol¨®gicos han ido separando a las personas, son precisamente esas nuevas comunidades virtuales las que pueden ayudar a desandar el camino recorrido. El grupo de vecinos del madrile?o barrio de Prosperidad en Facebook, por ejemplo, tiene casi 7.000 miembros que peri¨®dicamente dan y reciben consejos, intercambian noticias o ideas y se hacen o responden preguntas. Son redes de apoyo vecinal que tambi¨¦n toman forma a trav¨¦s de apps como ?Tienes Sal? (originaria de Alemania), Mi Plaza (nacida en Gran Canaria) o Nextdoor (Silicon Valley, California), que adem¨¢s ha impulsado entre sus usuarios la iniciativa Mi puerta est¨¢ abierta, para luchar contra la soledad no deseada. Como ¨²nico requisito, vivir en un barrio y querer relacionarse, tomar un caf¨¦, compartir aficiones o ayudar a un vecino, por citar unos pocos casos.
Seg¨²n datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE), ya son m¨¢s de dos millones los espa?oles de m¨¢s de 65 a?os que viven solos, y de ellos 850.000 alcanzan o superan los 80. Eso no significa que todos necesiten ayuda (nada malo hay si la soledad constituye una fuente de bienestar y tranquilidad), pero es cierto que la soledad no deseada afecta cada vez a un mayor n¨²mero de personas. ¡°El caso m¨¢s f¨¢cil de detectar es el de una persona que vive sola y se siente sola, porque no tiene a nadie con quien hablar y ya no se ve ¨²til¡±, reflexiona la psicogeront¨®loga Montse Celdr¨¢n y miembro del patronato de Amigos de los Mayores, con sede en Barcelona. ¡°Somos seres sociales y tenemos la necesidad de hablar y compartir nuestra vida diaria y nuestros intereses... Si nadie te llama ni te viene a visitar en largos periodos de tiempo, es normal que te cuestiones lo que aportas aqu¨ª¡±.
En el barrio madrile?o de Chamber¨ª, Carmen organiza encuentros con vecinos para compartir vivencias especiales y dar a conocer establecimientos centenarios: ¡°Es una pena que se est¨¦n cerrando, porque forman parte de nuestra identidad como barrio... En un primer encuentro fuimos a la papeler¨ªa Salazar, que es extraordinaria, y nos sirvi¨® para escuchar a ?gata y Amalia, dos vecinas de 99 y 93 a?os que siguen siendo personas aut¨®nomas y en activo, que van a clases de ingl¨¦s y franc¨¦s, hacen ejercicio... Y que nos contaran c¨®mo vivieron la posguerra y c¨®mo viven ahora, y compartieran sus ganas de vivir¡±. En otra ocasi¨®n, adem¨¢s del establecimiento de turno conocieron la historia de Juan, que consigui¨® salir de la calle despu¨¦s de 10 a?os y que ahora se dedica a ayudar a otros sin techo para que tambi¨¦n puedan salir adelante.?
La soledad no deseada puede provocar efectos especialmente negativos en la salud de los mayores. ¡°De forma cr¨®nica, hace que te cuides menos y que tengas menos ganas de hacer actividades. Te vas aislando cada vez m¨¢s, y eso hace mella en la identidad y la autoestima de las personas¡±, sostiene Celdr¨¢n. Desde el punto de vista f¨ªsico, la movilidad se reduce a¨²n m¨¢s y aumenta el riesgo de sufrir una ca¨ªda, y sobre todo merma su capacidad de atenci¨®n, memoria y aprendizaje. ¡°Al no hablar con nadie, tu cerebro no est¨¢ estimulado y vas perdiendo habilidades comunicativas y cognitivas¡±. Cuando los voluntarios de Amigos de los Mayores hacen sus visitas, dos d¨ªas por semana, ¡°se produce un aumento de las emociones positivas en estas personas, porque est¨¢n expectantes por la visita, se preparan, arreglan el piso... Al final, m¨¢s que voluntarios, son amigos¡±, a?ade.
Al final, apps como Nextdoor o ?Tienes sal? sirven en cada barrio a necesidades y sensibilidades muy diferentes. A Susana, una vecina del madrile?o barrio de La Guindalera con su propia empresa de formaci¨®n, Nextdoor le vali¨® para juntar un grupo multidisciplinar de profesionales, compartir ideas y formar una red de contactos boca a boca, pero tambi¨¦n para encontrar una estudiante biling¨¹e que jugara con su hijo en ingl¨¦s, y poder formar un grupo con madres de entre 40 y 50 a?os con ni?os de edades similares al suyo. Y Lola, una vecina de Mirasierra (Madrid), ayud¨® a su madre a juntar una pandilla de mayores que se re¨²ne semanalmente a tomar un caf¨¦ y hablar de la vida.
Se trata, en definitiva, de redes cercanas de apoyo que crean tejido social y ayudan a devolver a los barrios esa calidez humana que una vez tuvieron. ¡°Cuando es el cumplea?os de alguna vecina mayor, la vamos a visitar con un ramo de flores¡±, explica Carmen. Y aunque sus fiestas de Navidad ya no sean como las de antes, porque casi no quedan ni?os peque?os, este a?o han vuelto a poner un ¨¢rbol en el portal donde los vecinos pueden colgar tarjetas con sus buenos deseos para la comunidad. Y, por supuesto, hacen una fiesta con dulces y bailes. ¡°Para algunas personas, esas son sus Navidades. Hay una vecina que se mud¨® a una residencia cercana y nos pidi¨® que, por favor, no la olvid¨¢ramos, que la avis¨¢ramos cuando hici¨¦ramos la fiesta. Pero tambi¨¦n vamos a visitarla¡±.
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