Las se?ales m¨¢s habituales de que nos hacemos "oficialmente mayores"

"Eres oficialmente mayor si recuerdas usar un l¨¢piz para rebobinar cintas" o que "se te arruin¨® el plan de una noche al ir al Blockbuster y la peli que quer¨ªas ya estaba alquilada". Eres oficialmente mayor si te reconoces en las socarronas ocurrencias que los tuiteros dejan en hashtags como #youareofficiallyoldif ¡ªo una de sus versiones en espa?ol, #eresdemasiadomayor¡ª La gracia est¨¢ en que es cierto, y la brecha tecnol¨®gica es la responsable de los chistes m¨¢s graciosos y los lamentos m¨¢s apolillados. As¨ª lo refleja una encuesta de la marca brit¨¢nica de suplementos alimenticios Future You, en la que 2.000 personas detallaron los 50 signos que nos hacen sentir mayores.

La broma del casete y, en general, la brecha tecnol¨®gica, es una de las cosas que nos abren los ojos al imparable avance de la obsolescencia programada de nuestro cuerpo. "Tener compa?eros de trabajo tan j¨®venes que no saben lo que es una cinta" es frustrante, pero a¨²n lo es m¨¢s "no saber usar dispositivos como las tabletas o las teles inteligentes" o "tener un smartphone y no saber hacer con ¨¦l m¨¢s que llamar", son algunos de los ejemplos que recoge el listado. M¨¢s all¨¢ del hecho de no estar al d¨ªa con los ¨²ltimos aparatos y de pensar que todo en otra ¨¦poca fue mejor, existen otras se?ales que nos hacen sentirnos mayores.

El primer signo de la lista es "olvidar los nombres de las personas" y tambi¨¦n est¨¢ (en la s¨¦ptima posici¨®n) el cl¨¢sico de no saber d¨®nde se han dejado las llaves o las gafas. Los encuestados coinciden en que "tener m¨¢s pelo en la nariz, cejas y o¨ªdos", "evitar coger peso para que no duela la espalda", "enfermarse m¨¢s a menudo", "sentirse cansado desde el momento en el que te levantas" o "hablar demasiado sobre los problemas en las articulaciones" son algunas de las cosas que nos recuerdan que nos hacemos mayores.

La vejez, ?una cuesti¨®n subjetiva?

La edad media a la que llama a nuestra puerta este tipo de situaciones inc¨®modas ¡ªo hilarantes, para quienes no saben que el futuro les depara una nueva generaci¨®n que no sabr¨¢ qu¨¦ es Spotify¡ª es, seg¨²n la encuesta, 41 a?os, aunque no es hasta los 57 cuando las personas encuestadas aseguran sentirse, como dice el hashtag, "oficialmente mayores". Pero 57 (o 60, 67...) es solo una cifra. El concepto de vejez, madurez o veteran¨ªa, ll¨¢malo como quieras, cambia con la edad. A partir de los 30, con la llegada de cada nueva d¨¦cada echamos la vista atr¨¢s y revaluamos nuestras ideas sobre qu¨¦ significa ser mayor, apuntan las conclusiones de una investigaci¨®n publicada en 2018 en la revista Frontiers in Psychology. Podemos aprovechar para sentirnos m¨¢s j¨®venes por dentro. Por fuera, no hay debate ni reflexi¨®n que pare el reloj.

La ciencia indica que la flor de la vida est¨¢ en la veintena y nuestro cuerpo empieza a sufrir los cambios que dejan la juventud atr¨¢s en la treintena. A partir de aqu¨ª todo es dram¨¢tico: el cristalino pierde flexibilidad y la capacidad de enfocar es cada vez menor, el gusto y el olfato se resienten, perdemos m¨²sculo y ganamos grasa, el pelo empieza a caerse... A los 40, por si fuera poco, no es raro empezar a sentirse cansado, perdemos a¨²n m¨¢s masa muscular, la piel comienza a acartonarse y las arrugas dejan de ser peque?as l¨ªneas de expresi¨®n para convertirse en surcos cada vez m¨¢s marcados (no lo dice el espejo, sino la cara con la que te miran los biso?os compa?eros de colegio de tus hijos). Con la llegada de los 50, a las mujeres les llega la menopausia y a los hombres, la andropausia, como resultado de los bajos niveles de testosterona (a partir de los 30 pierden un 1% de esta hormona anualmente). Tranquilidad.

La lista de se?ales reales de la vejez va en aumento a?o tras a?o, y no podemos controlarlo. Lo que s¨ª podemos hacer es envejecer mejor, algo tan sencillo como llevar una dieta sana y equilibrada, y hacer ejercicio regularmente. Adem¨¢s, la literatura cient¨ªfica apunta se?ala otro factor determinante, la edad subjetiva: c¨®mo nos sentimos con respecto a nuestra edad. As¨ª, sentirnos mayores o m¨¢s j¨®venes de lo que somos determina c¨®mo nos comportamos ante la vida e incluso influye en nuestra salud. ?Se enfundar¨ªan el ch¨¢ndal todas esas personas que, en sus 40, salen a correr por el Retiro tres veces a la semana si se sintieran unos vejestorios? No. Adem¨¢s, la ciencia de la longevidad ha revelado que quienes se sienten m¨¢s j¨®venes disfrutan de una mejor salud mental y tienen un riesgo menor de padecer depresi¨®n, mientras quienes se consideran mayores para su edad aumentan su riesgo de sufrir diversas enfermedades, entre las que destacan las cardiovasculares.