Jos¨¦ Luis Cuerda, un hedonista con l¨¢tigo de esparto
El director y productor de cine ha publicado sus ¡®Memorias fritas¡¯ este oto?o, tres d¨¦cadas despu¨¦s de estrenar el filme ya m¨ªtico ¡®Amanece que no es poco¡¯
Hay una frase que recogi¨® Jos¨¦ Luis Cuerda de un compa?ero de la mili, y que incluy¨® en un libro de aforismos, que aporta muchas m¨¢s pistas sobre el realizador que varios estudios de cin¨¦filos empedernidos: ¡°Dulce amor de mi vida, m¨¢ndame m¨¢s latas de at¨²n¡±. Ah¨ª est¨¢ buena parte de lo que habitualmente llamamos Cuerda.
Se constata que escucha pues la frase no es suya sino de un colega sorchi. Y en eso sigue a uno de sus maestros, Rafael Azcona, quien aseguraba que la comedia italiana se hab¨ªa acabado cuando los guionistas dejaron de viajar en autob¨²s, en los que se oyen conversaciones extraordinarias. Naturalmente si era compa?ero de alguien que estaba haciendo el servicio militar quiere decir que ¨¦l tambi¨¦n cumpli¨®, mal que le pesara, con el deber patrio pese haber pasado un tiempo en el seminario.
Ese arranque de ¡°dulce amor de mi vida¡± demuestra la valoraci¨®n del oyente por la pasi¨®n amorosa. Si a eso se le a?ade lo de ¡°m¨¢ndame m¨¢s latas de at¨²n¡±, ya tenemos esa dualidad definitoria de su personalidad: el amor y la comida, dos conceptos esenciales en su vida y en su obra. A sus 72 a?os, ha publicado sus Memorias fritas (Pepitas de Calabaza, 2019) este oto?o pasado.
Ver comer a Cuerda en O Barazal, un restaurante de la Galicia profunda, es un espect¨¢culo inolvidable y contradictorio. Es capaz de comerse de postre una bandeja de pasteles y pedir luego sacarina para el caf¨¦. Sobre el amor no hay constancia visual pero s¨ª el lugar que ocupa en sus prioridades. Lo cont¨® Alejandro Amen¨¢bar, a quien produjo sus tres primeros largometrajes: ¡°Me dio varios consejos. No fueron muchos, pero siempre acertados: primero comer, luego dormir, luego follar y luego las pel¨ªculas¡±. Eso es un canon y lo dem¨¢s, zarandajas, adem¨¢s de coherente con su p¨²blica defensa del orgasmo.
Al hablar de Cuerda es inevitable hablar de Amanece, que no es poco y de lo complicado que es cubrir gastos en una producci¨®n espa?ola que, una vez m¨¢s, la sabidur¨ªa de Rafael Azcona lo explic¨® di¨¢fanamente: ¡°Si el cine fuera rentable, ser¨ªa del Banco de Santander¡±. Se estren¨® en 1989, tuvo un total de 306.000 espectadores y poco m¨¢s de 600.000 euros en taquilla, es decir, un fracaso discreto. 30 a?os despu¨¦s es una de las pel¨ªculas m¨¢s elogiadas por cr¨ªtica y p¨²blico, el grupo de Facebook de admiradores del filme tiene miles de seguidores, ya se ha celebrado la novena ¡°quedada amanecista¡±, una excursi¨®n de fin de semana por los pueblos donde se rod¨® la pel¨ªcula en la sierra del Segura (Albacete), y la Comunidad de Castilla-La Mancha le otorg¨® la medalla al m¨¦rito cultural en las artes esc¨¦nicas y m¨²sica. As¨ª es la vida: ?un asco!
El amor y la comida son dos conceptos esenciales en la vida de este director, guionista y productor
Claro que la relaci¨®n de Cuerda con la autoridad competente, celestial y terrenal, no siempre es relajada. El presidente de la Academia del Cine, Mariano Barroso, lo cont¨® en el homenaje que le tribut¨® la instituci¨®n: ¡°A Jos¨¦ Luis le ofrecieron cerrar el acto de una graduaci¨®n de estudiantes de cine. Alguien le avis¨® de que hab¨ªa gente de la di¨®cesis de Alicante y ¨¦l rompi¨® su discurso y acab¨® improvisando otro en el que nombraba todos los casos de pederastia de la iglesia¡±. Es lo que tiene ser de Albacete y dar rienda suelta a lo que sus lugare?os llaman ¡°ocurrencias¡±. En terrenos m¨¢s prosaicos, los de este valle de l¨¢grimas, tampoco desaprovecha a trav¨¦s de Twitter cualquier ocasi¨®n para analizar a su manera a los que mandan: ¡°Rajoy ayer en TVE 24h: ¡®Esto no es como el agua que cae del cielo, que no se sabe exactamente por qu¨¦¡¯. Estamos en buenas manos¡±. Ni, por supuesto, a los mandados: ¡°Parece mentira que en un pa¨ªs en el que hasta las patatas pueden ser bravas, la ciudadan¨ªa trague tanto como estamos tragando¡±, para rematar ontol¨®gicamente con un ¡°tendremos que colgarnos un cartelito al cuello que diga: ¡®No soy gilipollas¡¯. Porque es que est¨¢n convencidos¡±.
Manuel Vicent, por su parte, ampli¨® su car¨¢cter: ¡°Pese a su aire de un Pap¨¢ Noel risue?o que podr¨ªa llevar a cuestas un saco de regalos, Jos¨¦ Luis Cuerda tiene peligro cuando su lengua muy suelta pasa s¨²bitamente del ingenio a la c¨®lera, de la risa inteligente al l¨¢tigo de esparto ib¨¦rico con el que a veces fustiga las ruedas de molinos con las que de ni?o le obligaron a comulgar, la represi¨®n moral que soport¨® de joven durante la dictadura y la sumisi¨®n a que nos someten poderes invisibles¡±.
Comuni¨®n, represi¨®n y sumisi¨®n que super¨® con algo que resulta cada vez m¨¢s infrecuente: el sentido com¨²n de un hedonista de pro. ¡°Yo no s¨¦ si la buena vida es la que te lleva a la vida buena, me temo que no. A la buena vida te lleva muchas veces el pecado, no la vida buena¡±. En todo caso, aprovech¨® los estupendos r¨¦ditos de?Tesis, el filme que le produjo al novel Amen¨¢bar, para comprarse una bodega en Leiro (Ourense) en la que disfrutar entre pel¨ªcula y pel¨ªcula. A?¨¢danle un inhabitual sentido de la lealtad: su primer largometraje, Pares y nones, lo produjo F¨¦lix Tusell G¨®mez; el ¨²ltimo, 35 a?os m¨¢s tarde, Tiempo despu¨¦s, lo produjo F¨¦lix Tusell S¨¢nchez, su hijo, y ya tenemos otra peculiaridad de este manchego capaz de afirmar que en su pueblo son muy de Faulkner. Ni que decir tiene que en el nuestro, somos muy de Cuerda.
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