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El mundo tiene que prepararse para la pr¨®xima gran pandemia letal

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Imaginemos el siguiente escenario. En cuesti¨®n de d¨ªas, una epidemia de gripe letal se propaga por todo el mundo, interrumpiendo el comercio y el turismo, desatando un caos social, destrozando la econom¨ªa global y poniendo en peligro decenas de millones de vidas. Un brote de enfermedad de gran escala es una perspectiva alarmante ¨Cpero completamente realista-. Para mitigar los riesgos, el mundo debe tomar medidas hoy para estar preparado.

En los ¨²ltimos a?os, se ha producido una letan¨ªa de brotes ¡ªdesde la fiebre amarilla hasta el ¨¦bola¡ª, inclusive en zonas densamente pobladas. Hoy, un nuevo informe de la Junta de Monitoreo de Preparaci¨®n Global advierte que la humanidad est¨¢ trastabillando hacia el equivalente del siglo XXI de la epidemia de gripe de 1918, que afect¨® a un tercio de la poblaci¨®n del mundo y mat¨® a aproximadamente 50 millones de personas.

Un brote similar hoy se propagar¨ªa mucho m¨¢s r¨¢pido y de manera m¨¢s generalizada, y podr¨ªa afectar seriamente a las econom¨ªas a nivel mundial ¡ªlo que resultar¨ªa potencialmente en una p¨¦rdida del 5% de la econom¨ªa global. Sin embargo, a pesar de la amenaza que esta y otras emergencias sanitarias plantean a la seguridad global, prepararse para ellas rara vez es una prioridad para los l¨ªderes pol¨ªticos. Hasta la fecha, ning¨²n gobierno ha financiado o implementado plenamente el Reglamento Sanitario Internacional, el principal tratado internacional para la seguridad sanitaria, al que se han comprometido todos los pa¨ªses. Por lo tanto, no sorprende que el mundo est¨¦ tan mal preparado para una pandemia transmitida por aire de avance r¨¢pido.

Si la epidemia estalla, ser¨¢ demasiado tarde para evitar un da?o serio a las comunidades. Por eso se necesita con tanta urgencia inversi¨®n para ofrecer tecnolog¨ªas sanitarias a los que m¨¢s lo necesitan

Sin duda, ya hemos desarrollado muchas de las herramientas que necesitamos para prevenir, tratar y contener la enfermedad, entre ellas vacunas, diagn¨®stico y medicamentos. Pero los l¨ªderes mundiales no est¨¢n haciendo lo suficiente como para que haya m¨¢s. Y si la epidemia estalla, ser¨¢ demasiado tarde para evitar un da?o serio a las comunidades. Es por eso por lo que se necesita con tanta urgencia inversi¨®n para ofrecer tecnolog¨ªas sanitarias que salvan vidas a las comunidades que m¨¢s lo necesitan.

Sin embargo, la preparaci¨®n para los brotes es una cuesti¨®n tanto social, pol¨ªtica y de seguridad como m¨¦dica, ya que factores como una menor confianza en las instituciones y la difusi¨®n deliberada de informaci¨®n err¨®nea impide una acci¨®n efectiva. Esto se puede ver en el brote actual de ¨¦bola en la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo.

En muchos sentidos, la Organizaci¨®n Mundial de la Salud y sus socios han mejorado significativamente sus capacidades de respuesta desde el brote del ¨¦bola en 2014-2016 en ?frica occidental, empleando vacunas, medicamentos y tecnolog¨ªas innovadoras de vanguardia. Pero el brote actual en la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo se est¨¢ propagando en un entorno much¨ªsimo m¨¢s complejo, caracterizado por la politizaci¨®n y la falta de confianza en las autoridades y los trabajadores de la salud, y est¨¢ afectando a comunidades que padecen una inseguridad severa y a largo plazo. En un contexto semejante, las soluciones impuestas desde arriba no son suficientes.

Los brotes empiezan y terminan en las comunidades; sin embargo, las autoridades nacionales e internacionales rara vez se toman el tiempo o hacen las inversiones necesarias para involucrarlas. Una mejor estrategia reconocer¨ªa las necesidades de cada comunidad y garantizar¨ªa que la gente local est¨¦ plenamente comprometida en la planificaci¨®n y en los mecanismos para asignar responsabilidades.

Un nuevo informe advierte que la Humanidad est¨¢ rodando hacia el equivalente del siglo XXI de la epidemia de gripe de 1918, que mat¨® a aproximadamente 50 millones de personas

Por supuesto, la protecci¨®n contra los brotes de enfermedad costar¨¢ dinero. Pero no tanto como uno podr¨ªa pensar: la mayor¨ªa de los pa¨ªses necesitar¨ªa gastar apenas entre uno y dos d¨®lares por persona por a?o para alcanzar un nivel aceptable de preparaci¨®n para una emergencia sanitaria, seg¨²n datos del Banco Mundial. Eso representa un retorno sobre la inversi¨®n de diez a uno, o a¨²n m¨¢s elevado.

Y el retorno sobre la inversi¨®n no considera los beneficios m¨¢s all¨¢ de la salud para la econom¨ªa y la estabilidad social. En el mundo profundamente interconectado de hoy, si una comunidad no puede prevenir o controlar los brotes de enfermedades, todo el mundo est¨¢ en riesgo. En vistas de esto, todas las partes de la sociedad, incluido el sector de la seguridad, deben estar involucrados en la prevenci¨®n y planificaci¨®n, y los pa¨ªses m¨¢s adinerados necesitan invertir m¨¢s para ayudar a los pa¨ªses de menores ingresos a alcanzar niveles adecuados de preparaci¨®n.

Esto incluye no solo iniciativas espec¨ªficas, sino tambi¨¦n inversiones m¨¢s generalizadas que mejoren la calidad, el alcance y la sustentabilidad de los sistemas de salud p¨²blica y el pleno compromiso de las comunidades. El mundo deber¨ªa estar haci¨¦ndolo igualmente: el Objetivo de Desarrollo Sostenible n¨²mero 3 de las Naciones Unidas apunta a ofrecer ¡°cobertura de salud universal, incluida protecci¨®n de riesgo financiero, acceso a servicios esenciales de atenci¨®n m¨¦dica de calidad y acceso a medicinas y vacunas esenciales que sean seguras, efectivas, de calidad y asequibles para todos¡± en 2030.

Durante demasiado tiempo, se hizo frente a las emergencias sanitarias con un ciclo de p¨¢nico y negligencia ¡ªuna estrategia que es sumamente ineficiente y costosa¡ª y eso nos pone a todos ante un riesgo creciente. Los gobiernos de todo el mundo deben empezar a pensar hacia adelante y aumentar la financiaci¨®n a nivel comunitario, nacional e internacional para apuntalar los sistemas de salud, mejorar nuestra capacidad de respuesta ante las emergencias sanitarias y prevenir la propagaci¨®n de los brotes, ya sean pat¨®genos conocidos como el ¨¦bola u otros desconocidos, digamos, que se transmiten de los animales a los seres humanos.

Tenemos el conocimiento y las herramientas. No hay ninguna excusa para que nos tomen por sorpresa sin estar preparados.

Gro Harlem Brundtland, ex primera ministra de Noruega y exdirectora general de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, copreside la Junta de Monitoreo de Preparaci¨®n Global. Elhadj As Sy, secretario general de la Federaci¨®n Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, copreside la Junta de Monitoreo de Preparaci¨®n Global. Copyright:?Project Syndicate, 2019.?

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