Gobierno bi¨®nico
Muchos creen que ser¨¢ un ejecutivo inestable, pero S¨¢nchez sabe que, en la pol¨ªtica como en el deporte, no importa la fragmentaci¨®n de tu equipo, sino la de tu rival
El bronco debate de investidura es malo para el PP. Porque hoy la noticia es la evitable crispaci¨®n de la oposici¨®n y no las ineludibles diferencias entre los socios del PSOE. En un Parlamento tan agriado, las cartas juegan a favor de S¨¢nchez. El presidente conf¨ªa en que el suyo no ser¨¢ un Gobierno Frankenstein, compuesto de miembros incompatibles entre s¨ª, sino un Gobierno bi¨®nico. Un Ejecutivo biol¨®gicamente del PSOE al que se le van poniendo y sacando aliados de forma instrumental, cual extremidades mec¨¢nicas. Para hacer unas pol¨ªticas, las formaciones de izquierdas y, para otras, las nacionalistas. Todas necesarias, todas menores.
Muchos creen que ser¨¢ un Gobierno inestable, pero S¨¢nchez sabe que, en la pol¨ªtica como en el deporte, no importa la fragmentaci¨®n de tu equipo, sino la de tu rival. ?Y alguien imagina a Vox, PP, Ciudadanos, JxCat y la CUP orquestando una moci¨®n de censura constructiva? Una vez investido, y aprobados unos presupuestos (el aut¨¦ntico Rubic¨®n), S¨¢nchez consigue casi agotar la legislatura, pues tiene gasolina para ¨¦ste y dos a?os m¨¢s (prorrogando las cuentas p¨²blicas). Y, en la pol¨ªtica moderna, tres a?os es una eternidad.
Pero, con las prisas, S¨¢nchez se ha saltado dos normas can¨®nicas en la formaci¨®n de Gobiernos multicolor. La primera es que, antes de sentarte con otros partidos, aseg¨²rate el apoyo del tuyo. Como estamos viendo a diario, los barones territoriales socialistas no est¨¢n contentos con las cesiones, por vagas que sean, a ERC. En una ¨¦poca en la que los partidos est¨¢n en manos de reyes absolutistas, se menosprecia la resistencia de los se?ores feudales, pero, para llevar a cabo la agenda de reformas presentada por S¨¢nchez, la cooperaci¨®n de las comunidades aut¨®nomas no s¨®lo es deseable, sino necesaria.
Y la segunda regla es dialoga al mismo tiempo con todos los socios que vas a necesitar para gobernar, ya sea en una misma mesa (ideal) o en partidas de ajedrez simult¨¢neas (m¨¢s realista). Si, como ha ocurrido en este caso, pretendes que el documento firmado con uno solo de tus aliados (Unidas Podemos), por importante que sea, constituya el programa de un Gobierno que necesita entre media y una docena de partidos para aprobar cualquier ley, o eres ingenuo o deshonesto.
S¨¢nchez debe tener presente que un ser bi¨®nico da menos miedo que Frankenstein, pero no siempre funciona mejor. @VictorLapuente
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