Mal tiempo
Contra la rabia, el odio, etc., quiz¨¢s el estilo de Handke sea lo m¨¢s parecido a nuestro tiempo cuando es bueno: un airecillo que apenas se mueve entre los don nadie
El azar ha querido que la columna anterior coincidiera con la Nochevieja y la anterior a la anterior con la Nochebuena. Este martes de hoy no s¨¦ c¨®mo calificar la noche que nos aguarda, si buena, mala, vieja o difunta. En todo caso, ser¨¢ dif¨ªcil dormir, como presagiaba el se?or S¨¢nchez.
El oficio de columnista se ha puesto muy duro. Cuando los tiempos son bonancibles y hay un m¨ªnimo acuerdo entre las gentes para dedicarse cada cual a lo suyo y dejar los negocios del Estado en manos de quienes sepan, las columnas pueden entonces hablar del parch¨ªs, de la sopa de pistones, los suicidios rituales y las sinfon¨ªas de Schumann. Pero cuando no hay consenso ninguno y todo lo domina la rabia, la venganza, el odio, la desesperaci¨®n y el desprecio, no hay modo de escribir algo que haga m¨¢s llevadera la lectura del diario. Y a eso hemos llegado. De qui¨¦n sea la culpa es algo en lo que no conviene entrar porque lo cierto es que la culpa es de los votantes, pero no se puede decir.
As¨ª que les voy a hablar de una novela de Peter Handke que se llama La ladrona de fruta (Alianza) en la que no sucede nada, no hay argumento, tampoco hay personajes y los que hay no tienen contenido ninguno. La novela transcurre a lo largo de unos d¨ªas y el verdadero protagonista es el paso del tiempo, su tranquilo sucederse, el flujo de trivialidades que constituye la parte buena de nuestras vidas. El estilo de Handke, tan fluido, sin construir y sin apenas m¨¢s juego que las palabras mismas, se asemeja al tiempo de los personajes de la novela, un airecillo que transcurre y atraviesa a unos don nadie. Contra la rabia, el odio, etc¨¦tera, quiz¨¢s sea lo m¨¢s parecido a nuestro tiempo cuando es bueno: un airecillo que apenas se mueve entre los don nadie. A lo mejor por eso le dieron el Nobel.
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