El pueblo en el que cada 6 de enero los ni?os fuman

Un a?o m¨¢s, y como cada 6 de enero, el peque?o pueblo de Vale de Salgueiro (Portugal) es noticia. Ese d¨ªa, y desde hace d¨¦cadas, los menores de edad pueden fumar. Por lo que durante esa jornada es algo normal ver a ni?os, incluso muy peque?os, con un cigarrillo en la mano. La localidad es una freguesia portuguesa del concelho de Mirandela, en la que viven menos de medio centenar de personas. Un v¨ªdeo mostrando tan pintoresca tradici¨®n se ha hecho viral en redes para sorpresa y espanto de muchos usuarios.

En el v¨ªdeo distribuido en Twitter, con miles de reproducciones y publicado esta semana por RT Espa?ol, los comentarios m¨¢s repetidos han sido contrarios a tan insana conducta, con mensajes como ¡°No toda tradici¨®n merece mantenerse¡± o ¡°Pues para tener permiso solo ese d¨ªa cogen muy bien el cigarro¡±, redactaba otra usuaria.

Carlos Cadavez, alcalde del pueblo, explicaba en 2019 a AFP que "darles tabaco a los ni?os es una tradici¨®n que se celebra el d¨ªa de la Epifan¨ªa (6 de enero), que se lleva haciendo desde hace a?os y que es un s¨ªmbolo de emancipaci¨®n, del paso de la ni?ez a la adultez". A pesar de que el alcalde menciona que esto se suele dar a los 14 o 15 a?os, en el v¨ªdeo sobre estas l¨ªneas se pueden ver ni?os de menos edad. En dicha celebraci¨®n, estos habitantes tambi¨¦n llenan sus calles de m¨²sica, baile y fuegos artificiales.

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Hace un par de a?os, el corresponsal de este peri¨®dico en el pa¨ªs luso, Javier Martin Del Barrio, indag¨® m¨¢s sobre esta sorprendente y poco saludable tradici¨®n: ¡°El d¨ªa 6 de enero, al alba, una banda de gaitas y tambores despierta a la aldea con sus mu?eiras, seguida por ni?os felices que, durante esa jornada, reciben de sus familiares adultos cigarrillos para que se desvirguen en el vicio del fumar. La tradici¨®n, como buena tradici¨®n, es secular, remont¨¢ndose a los tiempos paganos, aunque lo del tabaco es m¨¢s reciente, y nadie de la aldea recuerda c¨®mo empez¨® la historia, probablemente departiendo con los v¨¢stagos placeres de un d¨ªa excepcional¡±.

A pesar de que en Portugal existen leyes antitabaco como, por ejemplo, habilitar ¨¢reas separadas para fumadores y no fumadores en restaurantes o bares o multar a aquellos que tiran colillas en sus calles, entre otras, parece que nadie se acuerda de que existe un pueblo en el que un d¨ªa al a?o, sus ni?os se creen mayores por tener un pitillo en la boca.

Cabe recordar que, cada a?o, m¨¢s de ocho millones de personas fallecen a causa del tabaco. M¨¢s de siete millones de estas defunciones se deben al consumo directo y alrededor de 1,2 millones son consecuencia de la exposici¨®n involuntaria al humo de los cigarrillos, seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud.