El pueblo donde los Reyes Magos traen tabaco a los ni?os

Los Reyes Magos traen muchos regalos a los ni?os en su saco, incluso, hay algunos que vienen con cigarrillos. Entre estos se encuentran los Reyes de la aldea portuguesa de Vale de Salgueiro; en realidad no son tres majestades, sino uno solo, y del mismo pueblo, que durante esta velada visita cada casa de la aldea, repartiendo altramuces y vino. En la alborada del d¨ªa 6, una banda de gaitas y tambores despierta a la aldea con sus mu?eiras seguido por ni?os felices que, en ese d¨ªa, reciben de sus familiares adultos cigarrillos para que se desvirguen en el vicio del fumar.

La tradici¨®n, como buena tradici¨®n, es secular, remont¨¢ndose a los tiempos paganos, aunque lo del tabaco es m¨¢s reciente, aunque nadie de la aldea recuerda como empez¨® la historia, probablemente departiendo con los v¨¢stagos placeres de un d¨ªa excepcional. Aunque otras tradiciones, especialmente con animales, han sido suprimidas con los tiempos o denunciadas por atentar contra algo, en el caso del reparto de cigarrillos a menores no ha ocasionado nunca ninguna denuncia en Vale de Salgueiro, ni siquiera protesta, m¨¢s all¨¢ de la atenci¨®n que, por un d¨ªa, la prensa internacional dedica a esta aldea, olvidada de la mano de Dios.

Situada en el norte de Portugal, en la regi¨®n de Tras-os-Montes, Vale de Salgueiro apenas cuenta con 400 habitantes, y en d¨ªas laborables sobran dedos para contar los ni?os que se ven por la aldea. A diferencia de los carnavales -cuando hasta el Gobierno permite a los funcionarios cogerse puente-, los Reyes Magos no son una tradici¨®n ni una festividad en Portugal. Ni familias ni ciudades lo celebran, aunque s¨ª existe su versi¨®n del rosc¨®n de reyes, el bolo rei o el bolo rainha, que si originariamente se com¨ªa el 6 de enero, en la actualidad es un pastel que se vende durante todas las fiestas navide?as.

A falta de fiestas, regalos y cabalgatas, sobresale una vez al a?o la tradici¨®n de Vale de Salgueiro, donde un hombre del pueblo es entronizado en la iglesia el 6 de enero, al recibir la corona del rey del a?o anterior. El nuevo monarca se encarga de organizar la fiesta, lo m¨¢s generosa que se pueda, aunque eso depende de los donativos que recoja de los vecinos. Si los mayores disfrutan de vino y altramuces, ni?os de diez, doce o trece a?os, echan humo por sus bocas como si fueran ya unos adultos.

Si los mayores disfrutan de vino y altramuces, ni?os de diez, doce o trece a?os, echan humo por sus bocas como si fueran ya unos adultos.

En Portugal, las leyes proh¨ªben vender y dar tabaco a menores ¨Cque generalmente se cumple¨C y tambi¨¦n proh¨ªben fumar en lugares cerrados. En bares y restaurantes, se permite si hay una zona apartado, aunque en la pr¨¢ctica eso se limita a una pegatina. En la actualidad se tramita una ley para prohibir fumar en los alrededores de escuelas y hospitales, una pr¨¢ctica que llega incluso a las gasolineras, donde los clientes salen a fumarse un pitillo junto a los surtidores y bombonas de butano, porque dentro de la cafeter¨ªa de la gasolinera no pueden hacerlo.

Alrededor del 24% de los portugueses fuma y, aunque un tercio dice que intenta dejarlo, la mayor¨ªa fracasa. Cada a?o, mueren m¨¢s de 11.000 personas en el pa¨ªs por causa del tabaco, seg¨²n el Servicio Nacional de Salud. Ni este ni ning¨²n otro organismo oficial ha levantado queja alguna de la costumbre de la aldea de Tras-os-Montes.

Es decir, que los ni?os del Vale de Salgueiro van a seguir fumando una vez al a?o por muchos a?os en nombre de la tradici¨®n y gracias a que nadie se acuerda de ellos, ni para bien ni para mal, excepto en la Noche de Reyes, que les traen altramuces, pitillos y tintorro.