Las bolsas de papel no son m¨¢s ecol¨®gicas que las de pl¨¢stico

Una bolsa de papel necesita ser usada tres veces para que su ciclo de vida, desde la extracci¨®n de la materia prima a la fabricaci¨®n o el transporte, haya perjudicado menos al planeta que el de una de pl¨¢stico de un solo uso, seg¨²n un estudio de la Agencia Medioambiental de Reino Unido. Ahora bien, si la segunda se usa como contenedor de basura, por ejemplo, la de papel sale perdiendo. Por no hablar de lo complicado que resulta reutilizar esa mole r¨ªgida y de f¨¢cil rotura que, a veces, nos dan en el s¨²per como alternativa eco, idea que nos creemos¡­ solo porque es marr¨®n.

"La bolsa de papel no es una alternativa sostenible al pl¨¢stico. Ni el tetrabrik a la lata o la botella. El asunto es otro: hay que acabar con la cultura del usar y tirar. Y dejar de utilizar materias primas nuevas cuando ya hay otras que, para el mismo fin, pueden durar a?os", resuelve Alba Garc¨ªa, responsable de la campa?a de pl¨¢sticos de Greenpeace. Una bolsa de algod¨®n, cuya fabricaci¨®n es muy costosa para el medioambiente, tiene que ser utilizada 131 veces para que compense. Pero esto, sin duda, resulta mucho m¨¢s sencillo.

El qu¨ªmico Carlos Mayo del R¨ªo, del Centro de Estudios Superiores de la Industria Farmac¨¦utica, hila m¨¢s fino: "La producci¨®n de papel contamina la atm¨®sfera alrededor de un 70% m¨¢s de lo que representa la fabricaci¨®n de productos pl¨¢sticos, por lo que es peor para el cambio clim¨¢tico. Si atiendes al final de su vida ¨²til, en el resto de categor¨ªas de impacto (agotamiento de la capa de ozono, toxicidad humana, acidificaci¨®n y agotamiento de recursos acu¨¢ticos), las bolsas de pl¨¢stico son peores. Resumiendo, ninguno de los materiales es respetuoso con el medioambiente".

En cuanto a ese falso amigo que es la biodegradabilidad, Leyla Acaroglu, dise?adora creativa experta en sostenibilidad, recuerda en una charla TED de 2013: "El papel, en el medio natural, ciertamente se degrada. Pero la mayor¨ªa de las cosas van a parar al vertedero, no a la naturaleza. Y ah¨ª el medio es distinto, pues no hay ox¨ªgeno, y las mol¨¦culas del papel, la lechuga o lo que sea, se convierten en metano, un potente gas de efecto invernadero".

Casi todo es relativo. Y, como dice la responsable de Greenpeace, hay hasta pl¨¢sticos buenos: "Siempre que duren a?os¡­". La pauta, insisten los expertos, pasa por descartar lo desechable. Y, por supuesto, ya que el consumo de impacto cero no existe, conviene pensar antes si de verdad necesitamos ese nuevo objeto, sea del material que sea. As¨ª lo subraya la periodista Brenda Ch¨¢vez en el libro Al borde de un ataque de compras (Debate): "En la mayor¨ªa de las ocasiones, los recuerdos felices no tienen que ver con el consumo, sino con el conocimiento y el aprendizaje". Y para leer o compartir, adem¨¢s, no hay que hacer cola.