¡°Pedir un suplicatorio¡± es ¡°pedir una petici¨®n¡±
El sufijo '-torio' forma sustantivos que suelen se?alar el lugar donde se ejecuta el verbo
El uso incongruente de la palabra ¡°suplicatorio¡± ha ido en aumento a partir de que se hablase sobre los casos de Junqueras, Puigdemont y Torra. Encontramos ese problema en oraciones period¨ªsticas como ¨¦stas: ¡°Hay que solicitar el suplicatorio a la Euroc¨¢mara¡±, ¡°emplaza al Supremo a pedir el suplicatorio¡±, ¡°su obligaci¨®n era solicitar el suplicatorio¡±.
Quiz¨¢s quienes usan esas f¨®rmulas interpretan por error que ¡°suplicatorio¡± significa ¡°permiso para encausar o encarcelar a un parlamentario¡±.
Sin embargo, estas expresiones les resultar¨¢n inapropiadas a quienes conozcan o intuyan el significado com¨²n del vocablo en espa?ol. Un suplicatorio no es un permiso, sino un documento, una instancia, un oficio, en el que se suplica algo. Por tanto, ¡°pedir el suplicatorio¡± no ser¨ªa ¡°pedir el permiso¡± sino ¡°pedir la instancia en la que se pide algo¡±: es decir, en resumidas cuentas, ¡°pedir una petici¨®n¡±.
Estamos ante un t¨¦rmino di¨¢fano, porque se forma con elementos muy reconocibles: la ra¨ªz suplica y el sufijo -torio. El significado de ¡°suplica¡± se deduce f¨¢cilmente: la acci¨®n de rogar o pedir con humildad. El sufijo -torio, por su parte, lo adaptamos del lat¨ªn para formar palabras a partir de un verbo (vocablos ¡°deverbales¡± en la terminolog¨ªa gramatical). Con ese recurso se crean adjetivos (as¨ª, hablamos de algo aprobatorio, condenatorio, anulatorio¡) y sustantivos (el oratorio, el sanatorio, el auditorio¡). Cuando se trata de estos ¨²ltimos, el resultado designa casi siempre el lugar o el soporte donde se produce la acci¨®n del verbo. Un ¡°observatorio¡± es un sitio donde se observa, un ¡°escritorio¡± es el lugar donde se escribe, el ¡°paritorio¡± se?ala el espacio donde se pare. Y en consecuencia, ¡°el suplicatorio¡± designa el lugar en que se suplica: el documento donde se escribe la s¨²plica.
El sufijo -torio forma sustantivos en los que se suele se?alar el lugar donde se ejecuta el verbo: observatorio, paritorio¡
Su primer uso, sin embargo, fue adjetival, como recog¨ªan algunos diccionarios del XIX: ¡°Suplicatorio, -ria. Adj. Que contiene s¨²plica¡± (carta suplicatoria).
La historia de este vocablo en esas definiciones hist¨®ricas ofrece algunas curiosidades en cuanto al destinatario habitual. En el siglo XIX, el suplicatorio se remit¨ªa por lo general a ¡°un cuerpo legislativo¡±. En 1925 se enviaba al ¡°Senado o al Congreso¡±. Pero en la edici¨®n acad¨¦mica de 1936 desaparecer¨¢ la menci¨®n al Senado (porque la Segunda Rep¨²blica lo hab¨ªa suprimido); y en 1950, en pleno franquismo, el documento se dirig¨ªa ya ¡°a las Cortes¡± (denominaci¨®n establecida por la dictadura). La Academia cambiar¨¢ en 1956 esa visi¨®n hispanocentrista, y fija finalmente que la solicitud se remite, de nuevo, ¡°a un cuerpo legislativo¡±; definici¨®n que sirve, pues, para cualquier pa¨ªs hispanohablante.
A su vez, los diccionarios jur¨ªdicos de las academias de la lengua y de Jurisprudencia (ambos de 2016) definen esta palabra respectivamente como ¡°instrumento procesal¡± (...) y ¡°solicitud de autorizaci¨®n¡± (...).
Vemos, pues, que en los diccionarios, antes y ahora, se describe el suplicatorio como un documento, un oficio, una solicitud, un instrumento¡ donde se suplica o solicita algo; y no como un permiso en s¨ª mismo. Quienes usan un lenguaje esmerado dicen que el suplicatorio se presenta, se redacta, se elabora, se dirige, se traslada, se le da curso, se tramita. Y despu¨¦s se aceptar¨¢, se denegar¨¢ o se rechazar¨¢¡ lo que el suplicatorio planteaba (habitualmente, el permiso para encausar). No conviene confundir el documento donde se suplica algo con aquello que se suplica en ¨¦l.
En consecuencia con lo expuesto, el arriba firmante suplica a quien corresponda m¨¢s cuidado y precisi¨®n en el estilo period¨ªstico sobre este particular.
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