La banquera que salva vidas
Mar¨ªa ?ngeles Mu?oz ha pasado de ver morir ni?os con sida a construir cerebros en miniatura con c¨¦lulas madre. As¨ª se trabaja en la red espa?ola de biobancos
En 1992 Mar¨ªa ?ngeles Mu?oz estaba en medio de la tormenta perfecta. Un virus poco conocido estaba haciendo estragos en Madrid y otras ciudades espa?olas. Las muertes aumentaban cada a?o sin que los m¨¦dicos pudieran hacer mucho para evitarlo. En 1995 fallecieron casi 6.000 personas en todo el pa¨ªs. Esta m¨¦dica y bi¨®loga madrile?a recuerda ver morir a ni?os de pocos a?os a los que hab¨ªan contagiado sus madres durante el embarazo. Eran los peores a?os de la epidemia mundial de sida.
¡°En el hospital ten¨ªamos una unidad espec¨ªfica para ni?os contagiados. Hab¨ªa siempre 20 o 30 y en Reyes les organiz¨¢bamos una fiesta. Era desolador. Ahora como mucho se dan dos o tres casos cada a?o en toda Espa?a¡±, explica Mu?oz en un s¨®tano del Hospital Gregorio Mara?¨®n de Madrid.
Detr¨¢s de ella hay unas enormes cubas y neveras met¨¢licas que conservan muestras de sangre de m¨¢s de 9.000 personas a 120 grados bajo cero. Mu?oz lleva recopilando estos tejidos desde aquel 1992, cuando vio claro que hac¨ªa falta crear una especie de biblioteca que acumulase cuantos m¨¢s casos de s¨ªndrome de inmunodeficiencia humana (VIH) mejor, pues era la ¨²nica forma de entender el virus y buscar tratamientos contra ¨¦l.
Hoy el biobanco del Mara?¨®n ¡ªuno de los primeros creados en Espa?a¡ª es el ¨²nico de Europa especializado en pacientes con VIH. Religiosamente cada seis meses se han recogido muestras de sangre de los pacientes para seguir su evoluci¨®n y la del virus. En los estantes de esta biblioteca hay vidas enteras. Entre ellas destacan las de algunos beb¨¦s que nacieron infectados en 1994 y que hoy, gracias al uso de la terapia antirretroviral, son sanos veintea?eros con una carga viral indetectable. ¡°Se puede decir que este banco salva vidas porque ayuda a que haya muestras de calidad para que haya resultados de calidad¡±, explica la cient¨ªfica madrile?a.
Uno de los sue?os de Mu?oz es tener que eliminar las muestras que conserva porque la epidemia de sida se ha erradicado y ya no es necesario conservarlas. Sabe que es un sue?o imposible, pues a pesar de los avances en Espa?a se sigue muriendo gente de esta enfermedad y hay nuevos contagios. ¡°El perfil del contagiado ahora es el de gente joven, mayoritariamente homosexual, que se infecta en salidas nocturnas tras tener relaciones sexuales con dos o tres personas¡±.
Mu?oz ha visto al virus del sida evolucionar ante sus ojos. ¡°Ha cambiado much¨ªsimo y para bien, pues es ahora menos agresivo¡±, resalta. El biobanco que dirige esta investigadora desde su creaci¨®n oficial en 2004 tiene 12 cohortes de pacientes: adultos y ni?os, incluidos los llamados ¡°respondedores de ¨¦lite¡± que no tienen carga viral y en los que apenas quedan pocas copias del virus agazapado en las c¨¦lulas del cuerpo.
En la actualidad, el biobanco atesora sangre todo tipo de pacientes y de cualquier patolog¨ªa. Cada d¨ªa se reciben muestras de hospitales de toda Espa?a, casi 1.000 al a?o. El propio hospital se encarga de enviar al origen un servicio de mensajer¨ªa especial que garantiza que la sangre se conserve de forma adecuada y cumpla su principal objetivo: investigar.
Esta biblioteca sirve a grupos de investigaci¨®n de toda Espa?a y tambi¨¦n a Europa. Normalmente, se cobra un canon por enviar las muestras, pero en esto el banco tambi¨¦n es at¨ªpico: ¡°Nosotros damos servicio siempre, solo pedimos que paguen si se lo pueden permitir¡±, resalta Mu?oz, que adem¨¢s de dirigir el repositorio lleva d¨¦cadas investigando con las muestras que recopila y custodia. Entre sus proyectos actuales est¨¢ desarrollar un gel basado en nanopart¨ªculas que bloqueen la puerta por la que el virus del sida entra a las c¨¦lulas y que pueda aplicarse antes de las relaciones sexuales para evitar el contagio. La investigadora tambi¨¦n proyecta la creaci¨®n de organoides, r¨¦plicas microsc¨®picas de cualquier ¨®rgano del cuerpo obtenidas a partir de c¨¦lulas madre. Ella quiere centrarse en crear un minicerebro en el que se podr¨ªa probar ¡°cualquier tipo de f¨¢rmaco¡±.
¡°El biobanco del Gregorio Mara?¨®n es la joya de la corona, permite hacer estudios muy serios que de otra forma ser¨ªan imposibles en beneficio de la investigaci¨®n cl¨ªnica y, por tanto, de la salud de los pacientes¡±, resalta Santiago Moreno, m¨¦dico e investigador del hospital Ram¨®n y Cajal de Madrid.
El del Mara?¨®n es uno de los 39 que forman la red espa?ola de biobancos, que en conjunto suman muestras de casi 200.000 pacientes y que permiten investigar cualquier patolog¨ªa. Estas colecciones unen a los pacientes ¡ªcuyos datos personales son confidenciales¡ª, los hospitales donde se recogen las muestras y los laboratorios de investigaci¨®n donde se intentan entender las enfermedades y buscar nuevos tratamientos.
¡°El trabajo que hacemos tiene un impacto directo sobre los pacientes y es fundamental para la nueva era de medicina de precisi¨®n¡±, resume la bi¨®loga Cristina Villena, coordinadora de la red. ¡°Es esencial que las muestras sean de calidad, que se tomen de forma sistem¨¢tica. No es lo mismo una muestra que se recoge en el quir¨®fano menos de 30 minutos despu¨¦s de una cirug¨ªa que otra que te trae el celador a las cinco horas. Y esta heterogeneidad es mal¨ªsima para la ciencia, pues en parte ocasiona que en torno al 50% de las investigaciones que se hacen con estas muestras no sean reproducibles. Eso quiere decir por ejemplo que cierto biomarcador o cierto tratamiento no llega a los pacientes o tarda m¨¢s en hacerlo. Ahora mismo estamos en un momento de especializaci¨®n profesional para garantizar que todas las muestras que se recogen sean de m¨¢xima calidad¡±, resalta Villena.
Algunos de los bancos de muestras siguen pasando aut¨¦nticas penalidades para obtener muestras de pacientes y donaciones de personas fallecidas, en parte porque a mucha gente este tipo de bancos ¡°le suenan a chino¡±, resalta Villena. ¡°Ojal¨¢ en alg¨²n momento se consiga normalizar la donaci¨®n al biobanco, que sea tan sencillo como quien va al m¨¦dico. La gente tiene que pensar que su donaci¨®n es en beneficio del que viene detr¨¢s, ya est¨¦ sano o enfermo¡±, a?ade.
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