¡°Es urgente el reencuentro de los ni?os con la naturaleza¡±
La primat¨®loga Rebeca Atienza y el naturalista Jos¨¦ Luis Gallego nos cuentan los valores que esconde 'Las aventuras del Doctor Dolittle' que llega este viernes a las salas
Hab¨ªa una vez una ni?a gallega que so?aba con salvar chimpanc¨¦s en ?frica. El motor de que esa peque?a so?adora lo tuviese claro fue el guarda forestal que salv¨® a los animales del entorno natural en el que viv¨ªa tras un devastador incendio. Despu¨¦s de estudiar Veterinaria lo tuvo claro y le dijo a sus padres que quer¨ªa ir a el Congo para reintroducir chimpanc¨¦s. Una vez all¨ª, descubri¨® que hab¨ªa encontrado su lugar en el mundo.
De esta manera, la primat¨®loga Rebeca Atienza se fue convirtiendo poco a poco en una m¨¢s del grupo. Eso s¨ª, ella no jugaba en igualdad de condiciones. Los primates pod¨ªan subirse a los ¨¢rboles, moverse m¨¢s r¨¢pido... Pero ella enseguida empez¨® a comunicarse con ellos. Sus nuevos compa?eros de la selva la alertaban de los peligros latentes. Y como ocurre en las relaciones humanas, all¨ª tambi¨¦n hizo amigos... y enemigos. Con las curas a Kut¨² se convertir¨ªa en su mejor amigo. Con ¨¦l estableci¨® un peculiar lenguaje durante los siete d¨ªas que dur¨® el tratamiento.
Al borde del abismo. Tiempo despu¨¦s, un chimpanc¨¦ llamado Chinu¨¢ la ataca en el cr¨¢neo, creyendo que estaba marcando el territorio para conquistar a Lucy de la que estaba enamorado. Esta peculiar doctora Dolittle a la gallega se vio rodeada por un animal que la mordi¨® el cr¨¢neo, ?C¨®mo saldr¨ªa de all¨ª viva? Su angustia aument¨® cuando escuch¨® la vocalizaci¨®n de ataque con la que llam¨® a sus compa?eros primates. De repente, se abri¨® un halo de esperanza al ver que Kut¨² se puso por encima de sus compa?eros y la hizo un gesto para que corriera. Ese momento marc¨® tanto su vida que su hijo lleva su nombre.
¡°De repente me dijeron que ven¨ªa Jane Godal y que ten¨ªa que hablar para ella¡±. Un d¨ªa, le comunicaron que alguien muy especial iba a venir a ver su trabajo y tras el nerviosismo inicial, todo tuvo un final feliz. Godal lo tuvo claro y la invit¨® a trabajar en su emblem¨¢tico santuario de primates. Adem¨¢s, la insisti¨® en que contara su historia m¨¢s all¨¢ del Congo para inspirar a las nuevas generaciones.
Un ni?o consigue prohibir los circos con animales en Iznalloz. En una de esas charlas que empez¨® a dar se encontr¨® con un caso inspirador. Un peque?o llamado David consigui¨® con su carta a la alcaldesa de esa localidad granadina que se prohibiesen los espect¨¢culos circenses con animales all¨ª. Todo ello redunda en la idea que mantiene Atienza de que con un peque?o gesto se puede hacer mucho sin necesidad de viajar al otro lado del mundo.
¡°Muchas veces realidad y ficci¨®n se juntan¡±. De entrada, la primat¨®loga no sab¨ªa qu¨¦ pod¨ªa aportar su visi¨®n sobre una pel¨ªcula como Las aventuras del Doctor Dolittle. Eso s¨ª, tras descubrir el original literario que ley¨® a sus hijos, fueron sus peque?os los que la incitaron a ir a salvar a un primate en pleno d¨ªa de Navidad. Sin duda, que los animales fueran hechos por ordenador tambi¨¦n la anim¨® a ser parte de esta iniciativa. Para ella, la pel¨ªcula tiene un mensaje muy inspirador: ¡°En un primer momento es el Dr. Dolittle el que inspira al ni?o y llega un punto en que el protagonista se ve influenciado por el joven¡±. De alguna forma, ella ve que esta pel¨ªcula de aventuras ¡°muestra la realidad desde el punto de vista de un cuento¡±.
¡°Yo quer¨ªa ser como F¨¦lix Rodr¨ªguez de la Fuente¡±. Jos¨¦ Luis Gallego, naturalista y divulgador ambiental, pertenece a una generaci¨®n de ni?os para la que el m¨¢s famoso era: ¡°Un naturalista, alguien que observa la naturaleza para contarla¡±. Le sedujo la parte divulgativa de la naturaleza. Todos los viernes por la noche entre las noticias y el 1,2,3 en La 1 se quedaba ¡°prendado del lir¨®n careto y del sapillo moteado¡±. Quer¨ªa ir y verlo, pero tambi¨¦n contarlo.
Desde su barrio de Barcelona quer¨ªa seguir la obra de F¨¦lix, as¨ª que convenci¨® a sus padres para que lo apuntaran al Campamento F¨¦lix Rodr¨ªguez de la Fuente en pleno p¨¢ramo castellano. Juntaron dinero en 1980 para mandarlo. Justo ese a?o falleci¨® rodando en Alaska la versi¨®n canadiense de El hombre y la tierra. Ahora que se cumplen 40 a?os de aquel momento es triste recordar las emociones de aquel verano: ¡°Nos hab¨ªamos quedado hu¨¦rfanos¡±. Sin duda, el amor por la naturaleza que le inculc¨® F¨¦lix le llevar¨ªa a ser divulgador ambiental, sin olvidar que ¡°soy naturalista ante todo, me gusta estar en la naturaleza¡±.
¡°Es urgente el reencuentro de los ni?os con la naturaleza¡±. El especialista hizo hincapi¨¦ en el S¨ªndrome de D¨¦ficit de Naturaleza, que ya est¨¢ diagnosticado. Es un trastorno del comportamiento que estalla en Estados Unidos a ra¨ªz del libro El ¨²ltimo ni?o en el bosque. Este s¨ªndrome afecta a los ni?os que viven en las ciudades y que no tienen contacto jam¨¢s con la naturaleza. Ocurre en Manhattan, en Calcuta, Ciudad de M¨¦xico... Esos trastornos son severos en algunos casos. ?Su terapia? Que vayan al campo y se mojen con la lluvia, que se manchen con el barro, que abracen a un ¨¢rbol, que cojan un f¨®sil... En definitiva ¡°naturaleza b¨¢sica¡±.
El mensaje naturalista detr¨¢s de Las aventuras del Doctor Dolittle. Para ¨¦l, esta cinta ¡°deber¨ªa ser pasada en los colegios¡±. M¨¢s all¨¢ del mero entretenimiento, de una historia de aventuras con la que desconectar, est¨¢ seguro de que muchos ni?os pedir¨¢n a sus padres ir al campo tras ver esta cinta. En ella se esconden valores como el de una familia que refleja muy bien el concepto de biodiversidad. Y es que en esta pel¨ªcula se juntan animales con humanos de una forma natural. Adem¨¢s, se huye de la cosificaci¨®n de los animales, y es que aqu¨ª no son tratados como mascotas.
Aunque las cr¨ªticas hayan vapuleado a la cinta por su escaso inter¨¦s cinematogr¨¢fico, est¨¢ claro que los valores ambientales enganchar¨¢n a muchos ni?os, no tanto a sus mam¨¢s y pap¨¢s que probablemente echar¨¢n alguna que otra cabezadita en la sala ante este naturista filme de aventuras sin rumbo claro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.