Virus
La r¨¢pida difusi¨®n del coronavirus surgido en la ciudad china de Wuhan ha desencadenado en las recientes semanas una oleada global de sinofobia
En la segunda mitad del siglo XIV la incidencia de la peste negra aument¨® el sentimiento antijud¨ªo en Espa?a. Los jud¨ªos fueron acusados de sembrar el contagio y comenz¨® una oleada de persecuciones seguida por las conversiones en masa y la acusaci¨®n de judaizantes a los falsos conversos, de lo cual surgi¨® la Inquisici¨®n. En el resto de Europa el antijuda¨ªsmo se reactiv¨® con fuerza despu¨¦s de las epidemias de 1648. M¨¢s tarde, en un tiempo no muy lejano, volver¨¢ a resurgir en los totalitarismos del siglo XX. Precisamente este a?o se conmemora el 75? aniversario de la liberaci¨®n de Auschwitz.
El miedo y las reacciones de rechazo son lugares comunes durante las epidemias desde antiguo. Lo explica Jean Delumeau en El miedo en Occidente (Taurus). El orden recurrente de los hechos ser¨ªa el siguiente. Inicialmente, al aparecer el peligro, las autoridades rechazaban aceptarlo. Encargaban a los m¨¦dicos el examen de casos sospechosos, y en general estos decretaban un diagn¨®stico tranquilizador. En caso contrario, eran apartados y se designaba a otros para continuar la investigaci¨®n (hoy como ayer). A continuaci¨®n, ante la innegable evidencia, se desataba el p¨¢nico y sobreven¨ªa el gran miedo. Las ciudades sitiadas por la enfermedad ve¨ªan desintegrarse los marcos de solidaridad familiares y sociales, ¡°el hermano desamparaba al hermano, el t¨ªo al sobrino¡ y el padre y la madre hu¨ªan de los hijos tocados de aquella dolencia¡±, relata Boccaccio. La insostenibilidad de un estado de angustia permanente se resolv¨ªa desviando el temor hacia un enemigo, el chivo expiatorio, depositario de la ira colectiva, lo que permit¨ªa concretar y conjurar el miedo. Encontrar las causas del mal permite crear un marco de seguridad y establecer unas directrices para su remedio. Los potenciales culpables eran principalmente los extranjeros, viajeros, y aquellos que no estaban perfectamente integrados en la comunidad.
La r¨¢pida difusi¨®n del coronavirus surgido en la ciudad china de Wuhan ha desencadenado en las recientes semanas una oleada global de sinofobia. Las causas conjugan diversos factores, desde el miedo racional a contagiarse de una enfermedad sin cura, hasta el crudo racismo, pasando por un sentimiento antichino surgido a la sombra del auge econ¨®mico y militar de China. En Jap¨®n el hashtag #ChinesedontcometoJapan (chinos no veng¨¢is a Jap¨®n) ha sido tendencia. Algunos comercios de Hong Kong, Corea del Sur y Vietnam han colgado carteles indicando a los chinos que no son bienvenidos. Un peri¨®dico regional franc¨¦s sac¨® en portada el titular ¡°alerta amarilla¡±. Y, en Espa?a, el colectivo catal¨¢n Cat¨¤rsia denuncia el acoso de los ni?os en la escuela y el rechazo a la poblaci¨®n de origen asi¨¢tico.
La historia nos recuerda que el miedo, reacci¨®n habitual en circunstancias como la actual, puede f¨¢cilmente convertirse en causa de involuci¨®n de los individuos. Una sociedad que discrimina est¨¢ enferma, para s¨ª y para los dem¨¢s. En ese caso el virus no est¨¢ en el otro, sino en nosotros y la sociedad que lo permite.
@evabor3
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