Qu¨¦ hacer para que todo el mundo pueda pagar una casa digna
El acceso a la vivienda es un problema universal. Desde las barriadas pobres, hasta las metr¨®polis modernas, cada ciudad sufre este problema a su modo. Un debate del Foro Mundial Urbano lo analiza
Desde las ricas metr¨®polis como Singapur, hasta las barriadas pobres de Yibuti. De las superpobladas urbes mexicanas, a los barrios gentrificados de Par¨ªs. Garantizar el acceso a una vivienda digna y que los ciudadanos puedan hacer frente a su alquiler o hipoteca es una situaci¨®n con la que todos los pa¨ªses deben lidiar. Pero nadie parece dar con la tecla. ?Viviendas sociales? ?regulaci¨®n estatal? ?rehabilitaci¨®n o nueva construcci¨®n?
El Foro Urbano Mundial, la mayor cita sobre ciudades organizada por la ONU que ha reunido esta semana a los mayores expertos en la materia en Abu Dabi, ha abordado el tema. Ministros, economistas, urbanistas, bancos y miembros del sector privado han aportado sus p¨ªldoras. Cada pa¨ªs tiene lo suyo. "Esa es la madre del cordero para todos los gobiernos: hacer que las casas sean asequibles", puntualiza Doris Andoni, directora de la agencia nacional de vivienda albanesa. "Y en el camino nos olvidamos de otros aspectos como construirlas acordes a un modo de vida, que sean accesibles y que sea adecuado y necesario realizar esa promoci¨®n", a?ade.
"?Qu¨¦ hacer cuando los precios suben tanto que los vecinos que tradicionalmente han vivido en un barrio no se lo pueden permitir?", se pregunta Mourad Limam, de la consultora McKinsey. Tras advertir que sus conclusiones pueden ser pol¨¦micas, menciona los llamados minipisos. "Estos apartamentos est¨¢n dise?ados para un grupo concreto de gente. Estudiantes o empleados j¨®venes que aceptan este tipo de vida a cambio de vivir en el centro. La cuesti¨®n aqu¨ª es: ?cu¨¢l es la residencia adecuada para cada circunstancia? En diferentes edades, tienes diferentes necesidades. Es algo m¨¢s dif¨ªcil que decir: este es el est¨¢ndar de vivienda ¨²nico", aventura.
El experto menciona que uno de los modos de mantener la identidad de una ciudad en el centro es a trav¨¦s de los artistas. "Los ?ngeles, por ejemplo, tiene algunos programas de fomento de la vivienda para creadores, algunos de ellos consisten en subsidios, otros en espacios compartidos", indica. A pesar de estos incentivos, diferentes medios locales recogen que el barrio de los artistas de la ciudad cada vez ve m¨¢s desahucios de sus vecinos.
M¨¢s regulaci¨®n, menos corrupci¨®n
La ministra Andoni describe el panorama de su pa¨ªs, Albania, en el que despu¨¦s de un control total por parte del Gobierno central se pas¨® en los noventa al todo vale. "Comenzaron a surgir asentamientos informales por todo el pa¨ªs sin un orden. Pero por otro lado, eso sirve para tener una idea de lo que quer¨ªa la gente: construyeron donde quisieron, all¨ª donde su comunidad estaba asentada". Con los a?os, se dise?¨® una regulaci¨®n moderna y unos est¨¢ndares que hab¨ªa que respetar. "Cuando llegu¨¦ a la agencia de vivienda encargu¨¦ a mi equipo que analizara por qu¨¦ se tardaba tanto en conceder permisos de construcci¨®n y urbanizaci¨®n. El resultado fue claro: burocracia. Y la burocracia lleva a la corrupci¨®n". Para ello puso en marcha la digitalizaci¨®n del papeleo y aglutin¨® en un ¨²nico portal todos los tr¨¢mites. "Se ha reducido el tiempo necesario, pero todav¨ªa no todo lo que quisi¨¦ramos", reconoce.
Hemos visto muchas veces c¨®mo se han desarrollado promociones de viviendas en medio de la nada, lo cual es absurdo
Por otro lado, Andoni explica por qu¨¦ no existe apenas vivienda social en el este de Europa: "Es una mezcla de factores, pero el principal es que no se ve como algo de inter¨¦s p¨²blico, como la salud o educaci¨®n, tener una casa sigue consider¨¢ndose como algo individual".
Si algo ha quedado claro de la experiencia, es que la construcci¨®n sin planificaci¨®n solo conduce al desastre. A M¨¦xico le faltan 9,4 millones de casas. Aproximadamente el 40% deber¨ªa provenir de nueva obra y el 60% restante de reformas de viviendas que llevan a?os desocupadas. "Hemos visto muchas veces c¨®mo se han desarrollado promociones en medio de la nada, lo cual es absurdo", indica Jorge Jileta, del Ministerio de Vivienda. Un pecado que comparten muchos pa¨ªses.
Gerry Muscat, jefe de desarrollo urbano del Banco Europeo de Inversiones, apunta que su instituci¨®n vigila mucho la idoneidad de la localizaci¨®n cuando les proponen un nuevo proyecto. "La planificaci¨®n urbana es fundamental, favorecemos las propuestas que incluyen aprovechar servicios ya existentes, porque hemos visto en muchas ocasiones que luego es muy dif¨ªcil implantarlos de cero", subraya. El organismo ha concedido pr¨¦stamos por valor de 10.000 millones de euros en los ¨²ltimos siete a?os para "vivienda asequible". "Nuestro foco ahora es apoyar la construcci¨®n de casas de alquiler. Tambi¨¦n valoramos la transparencia, la ¨²nica garant¨ªa de que no hay especulaci¨®n en este mercado", recalca.
En la OCDE, los hogares gastan en promedio alrededor del 20% de su ingreso disponible bruto para mantener un techo sobre sus cabezas. En Espa?a se sit¨²a en el 21%
Y, de nuevo, la corrupci¨®n en el mercado de la vivienda. El t¨¦rmino pelotazo urban¨ªstico no le es ajeno a casi ning¨²n pa¨ªs. "Nosotros apostamos por reducir un 25% el coste de construcci¨®n. Por un lado agilizando los permisos, si tardas un a?o en obtener la licencia de obras, eso es sin¨®nimo de gastos y por otro luchando contra las mordidas", apunta Jileta. Un informe de Transparencia internacional se?ala que M¨¦xico es el pa¨ªs con m¨¢s corrupci¨®n de su regi¨®n y apunta que el 51% de los encuestados admiti¨® haber pagado un soborno en el ¨²ltimo a?o para obtener un servicio p¨²blico. "Todos tenemos un derecho a tener una casa y la sociedad tiene que presionar", completa.
En la OCDE, los hogares gastan en promedio alrededor del 20% de su ingreso disponible bruto para mantener un techo sobre sus cabezas. El gasto en los presupuestos familiares var¨ªa del 26% en Nueva Zelanda y el Reino Unido al 15% en Corea. En Espa?a se sit¨²a en el 21%. "Este porcentaje se eleva hasta el 40% en los pa¨ªses menos desarrollados",?asegura Joaquim Oliviera, experto de esta instituci¨®n.
Oliviera apunta que los 36 pa¨ªses que componen la instituci¨®n, los m¨¢s ricos del mundo, solo el 4% del stock inmobiliario es vivienda social. Su opini¨®n es firme: "Cuando no garantizas el acceso a la vivienda digna, cualquier otra medida social que quieras poner en marcha fracasa".
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