La humanidad es la principal responsable del metano que envenena el aire
Burbujas atrapadas en el hielo se?alan que los combustibles f¨®siles liberan una mayor cantidad de metano, gas de efecto invernadero
Burbujas de aire atrapadas en hielo hace casi tres siglos se?alan que las emisiones de metano provocadas por los humanos son mayores de lo que se pensaba. Este gas de efecto invernadero llega a la atm¨®sfera desde muchas fuentes, tanto naturales como antropog¨¦nicas. Ahora, un estudio de cilindros helados ha permitido repartir la responsabilidad con un mayor acierto. El trabajo reduce la aportaci¨®n natural de origen geol¨®gico y eleva las emisiones que proceden de la extracci¨®n y quema de los combustibles f¨®siles.
El metano es uno de los gases de efecto invernadero m¨¢s potentes. Formado por mol¨¦culas de cuatro ¨¢tomos de hidr¨®geno y uno de carbono (CH4) retiene hasta 28 veces m¨¢s radiaci¨®n solar que el di¨®xido de carbono (CO2) en un lapso de 100 a?os. Por fortuna, su concentraci¨®n es decenas de veces menor y su vida media en la atm¨®sfera apenas es de nueve a?os, frente a las d¨¦cadas que permanece el CO2. Por eso, su reducci¨®n tendr¨ªa un efecto casi inmediato en el calentamiento global en curso. El problema es que a¨²n sabiendo la cantidad de metano que hay en la atm¨®sfera, la ciencia a¨²n no ha repartido bien las culpas entre las distintas fuentes del gas.
Ahora, un amplio grupo de cient¨ªficos ha recurrido a n¨²cleos de hielo extra¨ªdos en Groenlandia y la Ant¨¢rtida para saber c¨®mo era la atm¨®sfera del pasado. Como anillos de ¨¢rboles, el hielo se acumula en capas anuales y dentro de cada capa quedan atrapadas peque?as burbujas de aire. Su an¨¢lisis ha permitido conocer la concentraci¨®n de metano. Las muestras m¨¢s antiguas que han usado se remontan a 1750, es decir, d¨¦cadas antes de que el carb¨®n (y despu¨¦s el gas y el petr¨®leo) alimentara las m¨¢quinas de la Revoluci¨®n Industrial. De esta manera, pudieron determinar el origen de gas que hab¨ªa y, sobre esa base, estimar mejor la aportaci¨®n humana posterior. Desde entonces, la presencia de CH4 en el aire se ha multiplicado en un 150%.
Con este estudio, las actividades humanas ser¨ªan responsables de casi el 75% de las emisiones de CH4
Seg¨²n publican en Nature, las emisiones actuales de metano procedentes de la extracci¨®n, transporte y quema de los distintos combustibles f¨®siles (carb¨®n, gas y petr¨®leo) rondar¨ªan los 177 millones de toneladas anuales, con un margen de 37 millones arriba o abajo. Eso supondr¨ªa elevar la aportaci¨®n de estos hidrocarburos al total hasta en un 55%. La incertidumbre procede de lo complicado que es determinar el origen de cada gramo de metano que hay hoy en la atm¨®sfera.
La principal fuente natural del gas es la descomposici¨®n de la materia org¨¢nica que se da en entornos h¨²medos con poco ox¨ªgeno. De hecho, al metano tambi¨¦n se le conoce como el gas de los pantanos. Otras fuentes naturales ser¨ªan la digesti¨®n de los rumiantes y los incendios forestales. Una tercera ser¨ªan los escapes geol¨®gicos, como los procedentes de lodos volc¨¢nicos o las filtraciones de dep¨®sitos naturales, como el permafrost o los hidratos de metano que hay en el fondo del mar. Este metano geol¨®gico o f¨®sil y el org¨¢nico se distinguen porque el carbono que contienen tiene una composici¨®n at¨®mica diferente (ver apoyo).?
Hasta ahora la estimaci¨®n de emisiones naturales de metano geol¨®gico rondaba entre los 40 y los 60 millones de toneladas anuales, alrededor del 10% del total del gas que llega cada a?o a la atm¨®sfera. Sin embargo, el estudio del aire de hace tres siglos rebaja la cifra hasta entre un m¨ªnimo de 1,6 millones y un m¨¢ximo de 5,4 millones de toneladas, es decir, un 1% como mucho del total. As¨ª que el resto habr¨ªa que endos¨¢rselo a la extracci¨®n y quema de los combustibles f¨®siles por los humanos. El ¨²ltimo informe del Global Carbon Project calcul¨® que, desde 2012, cada a?o llegan a la atm¨®sfera unos 560 millones de toneladas de metano. Se estimaba que, antes del estudio de estos n¨²cleos de hielo, entre la mitad y dos tercios de estas emisiones eran provocadas por actividades humanas.
"Nuestros datos indican que las emisiones antropog¨¦nicas son mucho mayores, cercanas al 75%", dice en un correo el autor principal del art¨ªculo, el investigador de la Universidad de Rochester Benjamin Hmiel. "Quiero pensar que son buenas noticias", a?ade. "Como nuestros resultados indican que el componente antropog¨¦nico es mayor, esto coloca m¨¢s emisiones bajo el control humano. As¨ª que, en la pr¨¢ctica, tenemos m¨¢s capacidad para mitigar el calentamiento global en curso de lo que se cre¨ªa hasta ahora si reducimos estas emisiones en el futuro".
El director del Global Carbon Project, el catal¨¢n Pep Canadell, aclara: "En la atm¨®sfera hay el mismo metano, lo que cambia es la atribuci¨®n". Este investigador del CSIRO, agencia de investigaci¨®n cient¨ªfica del gobierno australiano, lleva a?os estudiando las emisiones de CO2 y CH4. "Lo que significa este estudio [en el que no ha intervenido] es que las emisiones de los combustibles f¨®siles son mucho m¨¢s grandes de lo que pens¨¢bamos", a?ade. "Estos nuevos datos son relevantes para planificar estrategias de mitigaci¨®n", concluye un Canadell que tambi¨¦n es uno de los coordinadores del pr¨®ximo informe del Panel Intergubernamental del Cambio Clim¨¢tico, el AR6, que se publicar¨¢ en 2021 y marcar¨¢ la pelea a corto plazo contra el cambio clim¨¢tico.
El 'permafrost' no ser¨¢ la temida bomba de metano
Los mismos investigadores que han analizado el metano atrapado en el hielo hace tres siglos han hecho lo mismo con burbujas de aire de hace entre 15.000 y 8.000 a?os.
Con una docena de cilindros de hielo recuperados de la Ant¨¢rtida y Groenlandia, los cient¨ªficos buscaban en el pasado la respuesta a una de las preguntas que m¨¢s preocupa a la ciencia: ?Qu¨¦ pasar¨¢ con las ingentes cantidades de gases atrapados en las tierras permanentemente heladas de la taiga siberiana, la meseta del Tibet o el norte de Canad¨¢, conocidas como permafrost? ?Qu¨¦ impacto tendr¨¢ el aumento de la temperatura en el fr¨¢gil equilibrio entre presi¨®n y temperatura que mantiene toneladas y toneladas de metano atrapadas por el agua casi helada de las profundidades marinas?
"Hemos demostrado que cuando el permafrost se derriti¨® en el pasado, no se produjo mucho metano, por lo que es poco probable que el permafrost actual genere tampoco mucho", dice en un correo el investigador de la Universidad de Rochester y principal autor de este segundo estudio Michael Dyonisius.
El trabajo, publicado en Science, se remonta al final de la ¨²ltima glaciaci¨®n, un deshielo que se produjo durante varios milenios, con la retirada del hielo de la mayor parte del hemisferio norte hasta sus fronteras actuales. Se estima que la temperatura media global subi¨® unos 4?, una subida similar a la que dibujan algunos escenarios del cambio clim¨¢tico en curso, aunque m¨¢s paulatina.
El an¨¢lisis del hielo desvela que se produjo un aumento significativo de metano en la atm¨®sfera, pero "nuestro estudio muestra que este incremento de las emisiones no se debi¨® a fuentes f¨®siles [permafrost e hidratos de metano], deb¨ªa de proceder de fuentes contempor¨¢neas", explica Dyonisius. Por contempor¨¢neas se refiere a las de origen natural, como pantanos o quema de biomasa.
Para diferenciar un metano de otro despu¨¦s de miles de a?os, los cient¨ªficos se apoyaron en el carbono 14. Este is¨®topo del carbono es radiactivo y es el mejor reloj que tienen a mano los arque¨®logos. El 14C tiene un periodo de semidesintegraci¨®n conocido, de 5.730 a?os. Como la? ¨²ltima glaciaci¨®n dur¨® m¨¢s de 100.000 a?os, el metano de origen f¨®sil ya no pod¨ªa contener carbono 14. As¨ª comprobaron que ni el permafrost ni los hidratos de metano aportaron mucho metano en aquel calentamiento. Y, por eso, seg¨²n concluyen estos investigadores,? el deshielo del permafrost actual no ser¨¢ la bomba de metano que tem¨ªan muchos.
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