Sara y Diana: historia de una transici¨®n de g¨¦nero en pareja

Sara Soler naci¨® en Barbastro (Huesca) hace 27 a?os, es dibujante de c¨®mic e imparte clases. Diana Franco, barcelonesa, trabaja como ilustradora de juegos de mesa tambi¨¦n a sus 27 a?os. Son pareja desde hace nueve. Cuando empezaron, Diana no se llamaba Diana ni era la mujer trans que es hoy. Hace ocho le hizo la confesi¨®n m¨¢s dif¨ªcil a su pareja. Se sent¨ªa mujer y quer¨ªa transicionar, como se dice en la jerga. Ella lo llama ¡°evento¡± o ¡°proceso¡±. ¡°Me dio su apoyo incondicional¡±, cuenta esta ma?ana de febrero sentada en la Gran V¨ªa madrile?a, mientras el resto de las convocadas posa para las fotos de grupo: ¡°Hay gente trans que desafortunadamente tiene que recorrer todo ese viaje sola¡±.

Lleva melena larga, vestido negro y chupa de cuero. Cuando plante¨® su dilema, ambas pensaron que a lo mejor tendr¨ªan que cortar, pasar de novios a amigas. A lo mejor no funcionaba. ¡°Al final ninguno de mis miedos se ha cumplido¡±, dice Franco. ¡°Con su salida del armario tambi¨¦n sal¨ª yo¡±, explica Soler. ¡°Pensaba que ¨¦ramos una pareja heterosexual normativa y me di cuenta de que yo era bisexual y de que a lo largo de mi vida me hab¨ªan hecho til¨ªn varias se?oras y ni me lo hab¨ªa planteado. A ra¨ªz de eso hemos hecho una transici¨®n muy muy profunda¡±.

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Decidieron contarlo ¡°en clave de humor¡± en un fanzine, titulado Us e ilustrado por Soler. ¡°Nos dimos cuenta de que la gente est¨¢ muy desinformada¡±, explica la dibujante. En una veintena de p¨¢ginas y a trav¨¦s de personajes en blanco y negro, describen su experiencia ¡°absolutamente personal¡± durante todo el recorrido: ¡°Lo que pas¨® con Sara y conmigo es inusual¡±, explica Franco. La vi?eta favorita de ambas refleja cuando Diana encontr¨® por primera vez ropa de mujer con la que se sent¨ªa c¨®moda, ¡°tal y como quieres ser¡±. Van de compras juntas. ¡°Como persona trans tengo muchas inseguridades con mi cuerpo¡±, confiesa. ¡°Me cost¨® much¨ªsimo ir a probarme mi primer vestido, era algo que no hab¨ªa hecho nunca¡±. El primero que le convenci¨® como para llev¨¢rselo fue un peto de falda: ¡°No me lo llegu¨¦ a comprar porque no hab¨ªa de mi talla. Se me rompi¨® el coraz¨®n¡±.

En las vi?etas describen con humor la primera vez que entraron juntas al ba?o de chicas, la reacci¨®n de sus abuelas al conocer la noticia o c¨®mo, ahora que es mujer, a Diana Franco le hacen mansplaining cada vez que entra a una tienda de miniaturas y juegos de rol, las mismas que lleva visitando m¨¢s de media vida: ¡°Sabes que hay que pintar los mu?equitos, ?no? ?Sabes c¨®mo se juega? ?Tienes pintura? Los mu?equitos vienen sin montar¡­¡±.

Tambi¨¦n ilustran con un monigote sin nombre todas las reacciones ¡°mal¡± que vivieron durante el proceso. Afirmaciones como ¡°pues yo te veo como siempre, no se te nota nada el cambio¡±, frente a una Diana vestida con un traje negro y con melena y flequillo. O la pregunta de si a¨²n tiene pene o se va a hormonar. ¡°Aunque intentemos llevar estas situaciones con filosof¨ªa, muy a menudo acaban haciendo mella en la moral¡±, dice el personaje que representa a Sara Soler en el c¨®mic. ¡°Te hacen sentir como un fraude y te invalidan¡±, a?ade el de Diana Franco tambi¨¦n en las vi?etas, desde las que se despiden: ¡°Aunque sabemos que queda camino por recorrer, por el momento este es nuestro granito de arena¡±.