China: el coronavirus y el cart¨®n piedra
Pek¨ªn tiene la capacidad de construir hospitales en tiempo r¨¦cord o de imponer el cierre de provincias enteras, pero no es capaz de conectar con una poblaci¨®n que necesita informaci¨®n veraz
Nadie sabe c¨®mo va a desarrollarse la epidemia del coronavirus, pero Pek¨ªn ya ha sacado sus conclusiones. El Ministerio de Propaganda acaba de publicar Una batalla contra la epidemia: China combate el Covid-19 en 2020. Pronto veremos la versi¨®n en espa?ol, franc¨¦s e ingl¨¦s. La agencia Xinhua dice que refleja ¡°el compromiso del l¨ªder Xi Jinping, su visi¨®n estrat¨¦gica y de largo plazo¡±. El libro posiblemente corra la misma suerte que otros panfletos escritos o audiovisuales: nadie lo comprar¨¢, las autoridades lo regalar¨¢n por miles. Pocos lo leer¨¢n. Ser¨¢ objeto de memes muy ingeniosos en Internet. Se censurar¨¢n algunos. Y hasta la siguiente crisis.
Lo interesante est¨¢ pasando tras el decorado de cart¨®n piedra: el dirigente no permite las cr¨ªticas, pero se le multiplican los frentes hostiles. Los chinos no quieren que se les trate como a menores de edad. Si les est¨¢n llegando mensajes de p¨¢nico sanitario a sus tel¨¦fonos, abren un medio oficial para informarse y solo leen reportajes maquillados de c¨®mo su pa¨ªs avanza, o llamamientos a la confianza, se enfadan. Muchos podr¨ªan estar de acuerdo con que su pa¨ªs mejora. Ese es otro tema. Pero del men¨² informativo no se f¨ªan.
Cuando muri¨® el doctor Li Wenliang (que intent¨® alertar de la epidemia en Wuhan y fue reprendido por la polic¨ªa), los medios oficiales tardaron d¨ªas en contar la noticia, y solo lo hicieron cuando el Gobierno les dict¨® c¨®mo. Mientras, los internautas ped¨ªan homenajes y un funeral de Estado. Aprovechaban las ventanas de tiempo desde que colgaban art¨ªculos, testimonios, fotos, hasta que se los censuraban, para enterarse de lo que pasaba. Sun Jiang, profesor de la Universidad de Nanjing, escribi¨® en su blog: ¡°Buscar la verdad necesaria precisa cierto coraje moral, tanto en un r¨¦gimen democr¨¢tico como en uno autoritario¡±. Ese art¨ªculo ya se ha borrado. Intelectuales conocidos como Zhang Qianfan han encabezado una petici¨®n a la Asamblea Nacional para que se garantice el derecho a la libertad de expresi¨®n de los chinos, contemplado en el art¨ªculo 35 de su Constituci¨®n.
Con el libro oficial del coronavirus, el Partido Comunista pretende tapar una de las mayores crisis de su historia. Est¨¢ habiendo purgas pol¨ªticas de funcionarios que no dieron la voz de alarma por miedo a represalias de Pek¨ªn. Algunos empresarios confiesan que las autoridades locales les piden que inflen las cifras de los obreros que vuelven a las f¨¢bricas y de consumo de electricidad para aparentar normalidad.
Es imposible capturar el sentimiento de 1.400 millones de habitantes. Pero para entender China, a las cifras oficiales hay que sumarle todo lo que se cuece tras el escenario. Pek¨ªn tiene la capacidad de construir hospitales en tiempo r¨¦cord o de imponer el cierre de provincias enteras, pero no es capaz de conectar con una poblaci¨®n que necesita m¨¢s que el cart¨®n piedra informativo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.