La noria que Bego?a Villac¨ªs quiere para Madrid es ¡°banal¡± y ¡°rancia¡±. Hablan los urbanistas
Lo ¨²nico que aportar¨ªa esta atracci¨®n tur¨ªstica es el hecho de ser la m¨¢s grande de Europa. ?Quiz¨¢ eso salvar¨ªa el hecho de que se plantee ponerla en el punto m¨¢s bajo de ciudad?
La construcci¨®n de la mayor noria de Europa en Madrid, que ha anunciado la vicealcaldesa Bego?a Villac¨ªs, ya tiene la respuesta negativa de formaciones pol¨ªticas y de las asociaciones vecinales de Madrid R¨ªo, ubicaci¨®n prevista de esta atracci¨®n. Pero ?qu¨¦ opinan los urbanistas de este proyecto? Hablamos con varios expertos sobre este proyecto y no les parece ni original ni necesario.
?lvaro Ardura, profesor de Urbanismo y Ordenaci¨®n del Territorio en la Escuela T¨¦cnica Superior de Arquitectura (ETSAM), no es partidario de este tipo de propuestas ic¨®nicas del city branding: "Poner una noria no parece lo m¨¢s adecuado, en primer lugar porque ya es un elemento singular en otras capitales como Londres. Adem¨¢s es una importaci¨®n de modelo de ciudad que tiende a la banalizaci¨®n, a que todos los lugares sean iguales, y eso va en contra de la personalidad y complejidad de Madrid", asegura. "En el pasado ya intentaron vendernos la necesidad de tener un edificio simb¨®lico y construyeron las Torres Kio, y no han sido muy exitosas. A Madrid no le hace falta un icono porque ya lo tiene: es una de las ciudades con mejor calidad de vida", indica.
El plan es erigir una noria de unos 140 metros de altura, m¨¢s alta que el famoso London Eye, con sus 135 metros de altura. Para ello ser¨ªa necesaria una inversi¨®n de entre 120 y 130 millones de euros que provendr¨ªan de "fondos privados", seg¨²n asegura la promotora Circular View, encargada del proyecto. Esta iniciativa no es ninguna novedad. El anterior consistorio recibi¨® ofertas similares y las rechaz¨®. El ¨²ltimo ayuntamiento en oponerse a este tipo de construcci¨®n ha sido el de Valencia por no considerarlo rentable ni interesante.
Nacho Padilla, director de creativo del ayuntamiento de Madrid durante los ¨²ltimos tres a?os tampoco apoya la iniciativa. "Si nos ponemos a jugar en el campo del city branding (t¨¦rmino horrible, jibarizante), este seguidismo de elementos ya identificables con otras ciudades te recoloca en un punto muy determinado de la escala", se?alaba el creativo en Twitter y confirmaba despu¨¦s su opini¨®n a ICON Design. "No se trata de imitar, debe consistir en ser. Ser Madrid, en concreto. Ese mantra de 'Madrid necesita un icono que la represente' ¨Cun ranciofact pero de libro¨C se ha convertido en la liebre tras la que correr si no entiendes esta ciudad ni qu¨¦ espacio ocupa ni d¨®nde se sit¨²a su factor diferenciador".
"En muchas ciudades se est¨¢ combatiendo el modelo de urbe homog¨¦nea y gen¨¦rica para darle car¨¢cter local. Algunas han accedido a construir un icono global como excusa de operaciones m¨¢s amplias de regeneraci¨®n urbana", explica Ardura. En los ¨²ltimos a?os se han barajado varios emplazamientos para la noria en Madrid. Originalmente, los promotores quer¨ªan alojarla en el parque del Retiro o el Bot¨¢nico ¨Ctambi¨¦n se estudi¨® la Casa de Campo¨C, zonas verdes en un sitio c¨¦ntrico y emblem¨¢tico. Pero no parec¨ªa el mejor sitio, porque ese elemento "entrar¨ªa en m¨¢xima contradicci¨®n con el proyecto de intentar declarar el Retiro y el Museo del Prado Patrimonio Mundial de la Unesco".
La nueva propuesta, Madrid R¨ªo, pero se encuentra con la oposici¨®n de los vecinos. Y un detalle nada peque?o: los t¨²neles de la M30 est¨¢n debajo. Adem¨¢s, necesitar¨ªa entre 3.000 y 7.000 metros cuadrados para albergar una zona de ocio y restauraci¨®n. "Parece que buscan una concesi¨®n de espacio p¨²blico pero esta zona verde tampoco es el lugar m¨¢s adecuado. Este distrito ya ha sido objeto de much¨ªsima inversi¨®n de dinero p¨²blico", explica Ardura. Adem¨¢s, una noria, a priori, es para conseguir unas vistas panor¨¢micas del skyline y no tiene sentido ponerla en el punto topogr¨¢ficamente m¨¢s bajo de la ciudad", concluye Ardura.
Y esto, sin considerar que Madrid ya tiene un elemento con esa funci¨®n: el telef¨¦rico que une el Parque del Oeste con la Casa de Campo, que pertenece a la empresa municipal de transportes y que ofrece unas vistas inigualables del Palacio Real y parte del skyline madirle?o y circula sobre Madrid R¨ªo.
La magia de lo ef¨ªmero
Hoy cualquier ciudad que quiera demostrar su virilidad municipal y sellar su estatus internacional construye, adem¨¢s de emblemas f¨¢licos en forma de rascacielos, su noria permanente, con g¨®ndolas con aire acondicionado y un centro comercial a nivel del suelo. "Es una pena que est¨¦ sucediendo esto", dice George Ferguson, expresidente del Royal Institute of British Architects, director de Acanthus Ferguson Mann Architects, y un hombre que ha pasado muchas horas felices a bordo de grandes norias por el mundo, porque "parte de su magia consist¨ªa en que eran ef¨ªmeras". Del mismo modo que los rascacielos, se est¨¢n convirtiendo en elementos fijos en nuestros paisajes urbanos. El London Eye, concebido como una estructura temporal, tuvo tanto ¨¦xito que se convirti¨® en permanente.
"Est¨¢n surgiendo en todo el mundo. Al igual que los teatros de ¨®pera, las galer¨ªas provinciales de dise?o o las gigantescas esculturas en nuestras plazas p¨²blicas, se han convertido en un elemento imprescindible para cualquier ciudad con m¨¢s ambici¨®n que imaginaci¨®n", apostilla el cr¨ªtico londinense Stuart Jeffries. "Espero que alguien, en alguna parte, est¨¦ creando algo nuevo que reemplace las norias, porque seguramente ya tenemos suficientes", a?ade Ferguson.
La primera noria se elev¨® sobre Chicago en 1893. George Washington Gale Ferris dise?¨® una rueda de 80 metros como respuesta a la Torre Eiffel, construida cuatro a?os antes. Sin saberlo cre¨® algo m¨¢s f¨¢cilmente reproducible que el milagro del aire y el acero de Gustave Eiffel. Pronto se sumaron ciudades de toda Europa y Am¨¦rica: Blackpool, Viena, Earls Court, Ocean City e incluso Par¨ªs.
Aunque los inicios fueron dif¨ªciles. Seg¨²n Norman Anderson, profesor retirado de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, que escribi¨® el libro Ferris Wheels: An Illustrated History, ni Disneyland (que se abri¨® en 1955) ni Walt Disney World (1971) se dignaron a incluir una. Y a medida que los parques tem¨¢ticos cada vez fueron m¨¢s espectaculares las atracciones tradicionales como las norias y los carruseles cayeron en desgracia.
Las norias espaciales que se reproducen por el mundo
Ahora se est¨¢ produciendo un revival de esta atracci¨®n t¨ªpica de feria que nada tiene que ver con las que conocimos cuando ¨¦ramos ni?os. Hoy son como naves espaciales con cabinas aisladas donde dif¨ªcilmente llega el olor de algod¨®n de az¨²car y el humo de los petardos. La noria m¨¢s grande del mundo mide 167,6 metros y est¨¢ en Las Vegas. Tard¨® tres a?os en construirse y si lo deseas puedes hasta casarte en una de sus g¨®ndolas. Le sigue la de Singapur, con 165 metros de altura. En tercera posici¨®n, c¨®mo no, se encuentra una construida en China, la Estrella de Nanchang, con 160 metros de altura.
A pesar de todo el alboroto que est¨¢n generando estas estructuras ic¨®nicas es significativo que Shangh¨¢i, una de las ciudades de mayor crecimiento en el mundo y el centro comercial de China, decidiera desechar en 2002 sus planes de construir la noria m¨¢s grande del mundo. La idea era abrirla en 2008 y que fuera uno de los proyectos que har¨ªa de la Exposici¨®n Universal de Shangh¨¢i un triunfo. Pero nunca sucedi¨®. En 2005, el nuevo alcalde Han Zheng dijo que era un proyecto "pol¨ªticamente incorrecto" y prescindible.
Las grandes norias pueden ser un gran negocio. En promedio, unas 10.000 personas al d¨ªa pagan 28 euros o m¨¢s por una vuelta de media hora en el London Eye. El Singapore Flyer puede transportar a 27.000 pasajeros por d¨ªa, y cada viaje cuesta alrededor de 20 euros, o m¨¢s para opciones como el abordaje expr¨¦s o Champagne. Pero no todos los pa¨ªses han concebido la noria como un elemento de diversi¨®n. En Jap¨®n fueron consideradas un s¨ªmbolo de recuperaci¨®n econ¨®mica, sobre todo despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial.
El escritor Yuko Fukui public¨® un libro sobre la historia de estas atracciones y apunt¨® que mientras "en los pa¨ªses occidentales son algo emocionante, como una monta?a rusa, en Jap¨®n siempre han sido consideradas como un templo para la observaci¨®n". Para Bego?a Villac¨ªs, es el s¨ªmbolo de que "Madrid es el refugio de lo que el populismo expulsa".
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