¡°Abuelo me alejan de ti y estoy enfadado¡±
Carta de un nieto aislado por la crisis del coronavirus a su abuelo con demencia que est¨¢ en una residencia
El avance del coronavirus copa todos los espacios informativos y conversaciones entre personas. La devastadora Covid-19 se extiende sin descanso por cada rinc¨®n del mundo. Y a los ni?os les afecta mucho emocionalmente. Los peque?os deben obedecer a sus familias por prescripci¨®n de organismos estatales en sus momentos de aprendizaje, ocio y contacto con las personas que m¨¢s quieren, como son sus abuelos y cuyas relaciones se ven alteradas del modo m¨¢s brusco y determinante posible. Y "todo esto tiene efectos, especialmente en los ni?os y ni?as, anticipando procesos de duelo por p¨¦rdida de la persona querida¡±, manifiesta Antoni Jim¨¦nez Massana, psic¨®logo y educador social.
Ninguno hubi¨¦semos deseado jam¨¢s un aislamiento de estas caracter¨ªsticas. A Pablo M¨ªguez de 12 a?os, no solo se le ha roto su rutina de visitar tres veces a la semana a su abuelo con demencia en una residencia, tambi¨¦n se le ha roto el coraz¨®n al no poder compartir esos momentos tan ¨²nicos. Su madre le ha animado a escribirle una carta que ha titulado:? "Abuelo, me alejan de ti y estoy enfadado".
La misiva dice lo siguiente:
¡°Hola, abuelo. Los pap¨¢s no me dejan salir de casa. Dicen que hay un virus en la calle y nadie sale porque puede ponerse enfermo. No puedo ir al cole ni jugar con mis amigos.
Abuelo, me alejan de ti y estoy enfadado. Puede ser que haya hecho algo malo y me est¨¦n castigando sin verte. Siento que te estoy fallando.
Anoche escuch¨¦ a mam¨¢ decirle a una amiga por tel¨¦fono que se sent¨ªa agobiada y triste por lo que viene, por m¨ª... Dec¨ªa que su jefe probablemente la despedir¨¢. Pap¨¢ sigue trabajando repartiendo comida al s¨²per. Lleva una mascarilla.
A mam¨¢ le duele que est¨¦s solo. Ayer le prohibieron verte. Asegura que eres fuerte y estar¨¢s bien atendido.
Abuelo, no podemos abrazarte y acariciarte la cara. Te gustaba, sonre¨ªas al verme y sentirme. Me gustaba ense?arte las tareas que hago en el cole y contarte chistes.
Conf¨ªo en la gente que est¨¢ buscando una vacuna. M¨¦dicos y enfermeros nos ayudan y curan. Esto es como una prueba, como un juego de la Play. Hay que pasar diferentes fases hasta que ganas la partida.
Ahora me siento un poco como t¨², abuelo, encerrado en m¨ª mismo y entre cuatro paredes. No podemos hacer lo que queramos. Deseamos huir con fuerza, aunque no es lo correcto y nos frenan. Solo pienso en el momento de reencontrarnos y volver a abrazarte y besarte. Eso s¨ª cura cualquier pena. Esp¨¦rame, ?vale?, no te olvido¡±.
Debemos tener a los mayores muy presentes
La norma esencial es: quedarse en casa y tranquilizarse. ¡°Hay que impedir que las medidas vulneren a los ni?os y cuando no se pueda romper la distancia f¨ªsica, es importante hablar en t¨¦rminos presentes. Cuando volvamos a ver a nuestros seres queridos les abrazaremos fuertemente. Con esto nuestros menores se sentir¨¢n m¨¢s seguros¡±, afirma Maite D¨ªaz Alonso, orientadora de un colegio en Vigo.? Los ni?os est¨¢n con sus padres, mientras los abuelos no pueden traspasar las puertas de su casa. Debemos apoyar a la poblaci¨®n mayor, escuchar y dar importancia al estado psicol¨®gico de nuestros menores, poniendo de nuestra parte para que esta etapa transcurra positivamente.
Es conveniente buscar otros m¨¦todos para comunicarse. ¡°Hay que introducir a las personas ausentes en las conversaciones, revisar fotograf¨ªas donde aparezcan y facilitar que se produzcan llamadas, videollamadas y mensajes entre ellos. Vale m¨¢s que sepan c¨®mo est¨¢n que cualquier razonamiento¡±, a?ade Antoni Jim¨¦nez Massana.
El ni?o necesita sentirse protegido
Necesitamos aprender a vivir temporalmente sin muestras de afecto y contacto con los m¨¢s allegados. El ni?o vive entre barreras, frialdad y distancia entre personas. Resulta desolador. Les queda a los padres el duro trabajo de explicarle, hacerle sentir protegido, c¨®modo en su refugio y con el pensamiento puesto en mejoras futuras.
El amor mejora todo y estamos limitados para darlo. No obstante, hay que tener fe e ilusi¨®n por recuperar la vida que ten¨ªamos. ¡°Lo que vemos cambia lo que sabemos. Lo que sabemos cambia lo que vemos¡± (J. Piaget). El ser humano debe abrirse al mundo y llenarse de ense?anzas que le permitan conocer, madurar y enfrentarse a lo que venga. Sin alarmar al ni?o el padre facilitar¨¢ que sobrelleve la situaci¨®n.
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