Tarea esencial

El gobernador del Banco de Espa?a, Pablo Hern¨¢ndez de Cos, public¨® esta semana en EL PA?S una inquietante tribuna advirtiendo del impacto sin precedentes que provocar¨¢ la crisis del coronavirus en todos los sectores econ¨®micos del pa¨ªs. Por primera vez en la historia, los Gobiernos se enfrentan a un dram¨¢tico dilema entre la salud de los ciudadanos y el normal funcionamiento de la econom¨ªa. Las medidas para evitar los contagios afectan, inexorablemente, al coraz¨®n del tejido productivo, tanto por el confinamiento de las personas como por la imposibilidad de producci¨®n y de intercambios.

Desde el momento en que la vida de la gente est¨¢ en peligro, la salud p¨²blica es la prioridad absoluta, y por ello nadie debe sustraerse a sus respectivos deberes. En el caso de los medios privados de comunicaci¨®n, la paradoja reside en que cumplir con la responsabilidad de informar a los ciudadanos compromete, simplemente, su subsistencia. De las dos fuentes de financiaci¨®n que hacen posible difundir noticias contrastadas y elaboradas con criterios de ese servicio p¨²blico, una, la publicidad, se ha contra¨ªdo en apenas unas semanas hasta una quinta parte de su volumen anterior. Y en cuanto a la otra fuente, la distribuci¨®n y venta en quioscos, las necesarias medidas de confinamiento se han traducido en la ca¨ªda de la difusi¨®n.

El decreto por el que el Gobierno declar¨® el estado de alarma dispuso que los puntos de distribuci¨®n de prensa permanecieran abiertos junto a otros establecimientos de primera necesidad, entendiendo que en estas circunstancias de excepci¨®n la informaci¨®n veraz es un bien esencial para afrontar la crisis. Para ponerla a disposici¨®n de los ciudadanos, las empresas de medios informativos han tenido que realizar inversiones de urgencia para permitir que el trabajo de las Redacciones se realice en su pr¨¢ctica totalidad mediante sistemas telem¨¢ticos, para evitar contagios. Adem¨¢s, la totalidad de una cadena de profesionales, desde periodistas hasta t¨¦cnicos, distribuidores y quiosqueros, han honrado el compromiso de dar a conocer la realidad de cuanto sucede, no dejando espacio para los rumores y contribuyendo a difundir las directrices sanitarias y dem¨¢s informaciones imprescindibles para contener la pandemia. En esta situaci¨®n excepcional, los medios en general se sienten obligados a un extraordinario esfuerzo profesional para aumentar la oferta informativa y atender la demanda de informaci¨®n y su contexto y, adem¨¢s, para cooperar con las instituciones p¨²blicas sanitarias contribuyendo a la pedagog¨ªa y transparencia necesarias en la lucha contra la pandemia. En pocas ocasiones como en esta los medios de comunicaci¨®n han ejercido su papel de servicio p¨²blico para la comunidad.

En una sociedad democr¨¢tica e igualitaria, y bajo situaciones de normalidad, las tareas esenciales para el funcionamiento de un pa¨ªs se reducen a unas pocas, sobre cuya continuidad vela el Estado. En situaciones de excepci¨®n como las actuales, el c¨ªrculo se ampl¨ªa. Reivindicar la informaci¨®n como tarea esencial en estos momentos no significa reclamar un privilegio para los medios de comunicaci¨®n sino volver a manifestar su imprescindible compromiso con la sociedad. Un compromiso que, de prolongarse estos tiempos dif¨ªciles, no se estar¨ªa en condiciones de seguir manteniendo, frustrando la voluntad de servicio que gu¨ªa el trabajo de los periodistas.