D¨ªa Mundial del Autismo: ¡°No voy a ponerle un lazo azul a mi hija, ser¨ªa marcarla como al ganado¡±

En tres semanas de confinamiento, Francisco T¨¦llez, de 43 a?os, ha pisado solo dos veces con su hijo la calle. No lo hace m¨¢s no porque su hijo no lo necesite, sino por verg¨¹enza: ¡°Me resulta muy violento salir¡±. En un recorrido a la manzana de 10 minutos, en repetidas ocasiones, varios vecinos de los edificios colindantes tienen por costumbre increparlos a ambos desde sus balcones, donde nada escapa a su f¨¦rrea vigilancia: ¡°?Por qu¨¦ sacas al ni?o! ?Dejad de pasear como si nada!¡±. T¨¦llez y su hijo Dar¨ªo, de tres a?os y con Trastorno Espectro del Autismo (TEA), eran en ese momento los ¨²nicos paseantes. Este tipo de comportamientos son una denuncia constante entre personas con TEA y sus familiares y en los que cabe incidir con m¨¢s ah¨ªnco este jueves 2 de abril, D¨ªa Mundial de la Concienciaci¨®n del Autismo. Denuncias de paseantes autorizados, pues el acompa?amiento y la asistencia de personas con discapacidad o dependientes fueron de las excepciones que el Gobierno a?adi¨® al Real Decreto del estado de alarma el pasado 19 de marzo.

A pesar de ello, los casos de acoso desde las ventanas hacia este colectivo son cada vez m¨¢s frecuentes. Han llegado a un punto en el que diferentes asociaciones y polic¨ªas preocupados por la situaci¨®n han sugerido a los padres con ni?os con TEA llevar un lazo azul en la mano para identificarse y calmar la ira de los guardianes dom¨¦sticos de la ley y el orden. Aunque esto pueda resolver el problema durante el confinamiento, los expertos advierten de que puede sentar un peligroso precedente a largo plazo.

Javier Tamarit, psic¨®logo de Plena Inclusi¨®n Espa?a y experto en autismo y discapacidad intelectual, explica que poner lazos a estos ni?os es aumentar el estigma que existe contra esta poblaci¨®n. ¡°Este tipo de situaciones hacen que pensemos que el problema son las personas que salen y no las que insultan¡±, dice Tamarit. ¡°Deber¨ªamos tener confianza en que los padres que salen lo hacen porque sus hijos lo necesitan, y no recurrir a lazos discriminatorios¡±, explica Tamarit, que cree que el problema subraya un problema de base: a la sociedad a¨²n le cuesta aceptar la diversidad.

¡°No voy a ponerle un lazo azul a mi hija, ser¨ªa marcarla como al ganado¡±, dice Susana D¨ªaz sobre su hija Luc¨ªa, de 14 a?os. Viven en M¨®stoles, y el primer d¨ªa que salieron, una se?ora les grit¨®, desde el balc¨®n, reclamando el porqu¨¦ de su breve paseo. ¡°Le expliqu¨¦ que ten¨ªamos que salir porque mi hija ten¨ªa una discapacidad, e incluso tuve que mostrar la tarjeta que lo prueba, como si ella fuera la misma polic¨ªa¡±, denuncia D¨ªaz, de 48 a?os.

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Al marido de Bel¨¦n Jurado, de 42 a?os, le amenazaron hace tres d¨ªas con matarlo por estar paseando con Luc¨ªa, su hija de 12, por el municipio madrile?o de Legan¨¦s. ¡°Mi hija no habla y no entiende lo que est¨¢ pasando. Tiene TEA y necesita tener una rutina¡±, explica Jurado, que ahora tiene miedo de salir con su hija, a pesar de que ella lo necesita y lo tiene permitido, porque ha escuchado que a personas en su misma situaci¨®n les han tirado huevos, lej¨ªa y hasta les han escupido. ¡°Salimos por necesidad, no por gusto¡±, denuncia Jurado.

Estas conductas se pueden deber a una ¡°mala gesti¨®n de las emociones¡±, seg¨²n la directora del centro de psicolog¨ªa y psicoterapia Elijo, Sonia Mu?oz. ¡°La distancia que nos proporciona el balc¨®n o la ventana nos da sensaci¨®n de poder. Nos enfada no poder salir a la calle y cuando vemos que otros lo hacen nos hace sentir empoderados para poder criticar y agredir verbalmente a los otros porque, en el fondo, nos sentimos inferiores¡±, explica Mu?oz.

Los encargados de gestionar estas situaciones son los agentes de la polic¨ªa, muchas veces m¨¢s comprensivos que los propios vecinos. Lo sabe Miguel ?ngel Ram¨®n, que hace d¨ªas caminaba por la calle con su hija Ares, de nueve a?os, con TEA y un 70% de discapacidad: tomar el aire fuera de casa brevemente, no m¨¢s de 10 minutos, es la ¨²nica manera de calmar sus nervios en mitad de la cuarentena. ¡°La polic¨ªa me par¨® en la calle y me pregunt¨® por qu¨¦ estaba paseando. Yo le mostr¨¦ el carn¨¦ de discapacidad de mi hija y me dejaron continuar. No necesitamos vecinos que creen una polic¨ªa paralela, ya tenemos a la autoridad para que controle la calle¡±, explica.

Ram¨®n, al igual que todos los testimonios de este reportaje, est¨¢ en contra de usar un lazo azul para identificar a su hija. Marcar a un ni?o por tener capacidades diferentes con un color no deber¨ªa ser la respuesta ante las personas intolerantes, opina. Lo mismo ha dicho la Confederaci¨®n de Autismo de Espa?a, que exige, adem¨¢s, el cese del hostigamiento de los polic¨ªas de balc¨®n