Almeida, alcalde en primera l¨ªnea
Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida, alcalde de Madrid, levanta la vista de los papeles y pregunta: ¡°?C¨®mo se dice? ?greatest number? ?biggest number?¡±. Matilde Garc¨ªa Duarte, coordinadora general del Ayuntamiento, medita un instante la respuesta. Ella es quien ha redactado las notas para el discurso con bol¨ªgrafo azul, subrayando las palabras clave en rotulador rojo, con las manos enfundadas en todo momento en guantes de nitrilo sobre los que cada poco va dosificando gel hidroalcoh¨®lico. El ¡°flu-flu¡± lo llaman aqu¨ª, un l¨ªquido verdoso metido en un peque?o bote de limpiacristales. Garc¨ªa Duarte no quiere correr el riesgo de contaminar las cuartillas que redacta para el alcalde. Opina que suena mejor ¡°biggest¡±. El alcalde paladea la frase a ver c¨®mo queda: ¡°Here in Madrid we have the biggest number of people infected¡±. [Aqu¨ª en Madrid tenemos el mayor n¨²mero de personas infectadas]. Un post-it pegado en su escritorio, junto al ordenador port¨¢til, recuerda el volumen de la tragedia en estos momentos. Dice el papelito, tambi¨¦n en ingl¨¦s: ¡°Region of Madrid. 20.000 infected. 2.500 dead¡±.
Son cerca de las tres de la tarde del viernes 27 de marzo y la sensaci¨®n en el interior del colosal palacio de Cibeles es mortecina y solitaria. Pasillos vac¨ªos. Salas sin vida. Sonidos que rebotan por los recovecos de la monumental sede del Ayuntamiento de Madrid, la zona cero del coronavirus en Espa?a. Ya hace d¨ªas que los empleados fueron enviados a sus casas. Quedan unos pocos bedeles, un menguado personal de seguridad, una limpiadora que empuja su carrito cargado de botes de lej¨ªa y cuyo chirrido trepa por las suntuosas escalinatas de m¨¢rmol. Mientras el alcalde repasa el discurso, la ¨²ltima de las secretarias se asoma a la puerta del despacho de Mart¨ªnez-Almeida y se confiesa superada porque ha recibido cerca de 14.000 correos electr¨®nicos en la cuenta oficial del Ayuntamiento con una petici¨®n de la plataforma change.org para que las banderas ondeen a media asta. Mientras, Gerardo, el t¨¦cnico de inform¨¢tica de guardia, teclea con las manos enguantadas unos comandos en el port¨¢til del alcalde y lo deja todo listo para la videoconferencia.
Mart¨ªnez-Almeida toma un bal¨®n de rugby de la repisa, lo manosea para liberar tensi¨®n. Luego se sienta en su mesa. Viste un jersey verde de pico, unos chinos color caqui, zapatos castellanos. Se quita el reloj. Lo deja junto al port¨¢til. Ante ¨¦l se despliega, en la pantalla, una cuadr¨ªcula con decenas de rostros. Son alcaldes de las principales ciudades del mundo reunidos bajo el paraguas del grupo C40, una red de urbes que naci¨® para unir esfuerzos en la batalla contra el cambio clim¨¢tico. Esta vez han quedado para hablar de otra amenaza global, invisible, transfronteriza: la pandemia de coronavirus. Antes de saludar, Mart¨ªnez-Almeida le pide a la coordinadora general: ¡°Pon una bandera de Espa?a¡±. Y Garc¨ªa Duarte, siempre con los guantes bien rociados de ¡°flu-flu¡±, arrastra primero la ense?a de Espa?a y luego la de la ciudad de Madrid, hasta dejarlas a la espalda del alcalde. A continuaci¨®n, el regidor saluda a la pantalla: ¡°Hello, this is Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida, from Madrid. ?Can you hear me?¡±.
Alguien al otro lado responde que s¨ª, y tras ¨¦l van saludando desde Roma y desde Ankara y de distintos lugares del globo hasta que el alcalde de Los ?ngeles, Eric Garcetti, que preside la reuni¨®n virtual, toma la palabra. ¡°Gracias, hermanos y hermanas alcaldes¡±, comienza. ¡°Tenemos a m¨¢s de 100 personas en esta llamada, es extraordinario. Nos apoyamos en la fuerza de esta red para hacer frente al mayor reto de nuestras vidas, el cambio clim¨¢tico. Pero en esta ocasi¨®n se trata de ver c¨®mo podemos salvar nuestras econom¨ªas, y a¨²n m¨¢s importante, la vida de la gente a la que representamos. Estos van a ser los d¨ªas m¨¢s dif¨ªciles como alcaldes. Muchas personas no solo se ver¨¢n afectadas por la Covid-19, sino que fallecer¨¢n. Y hay dos cosas que quiero decir. Una, que sabemos que esto no puede durar para siempre. Y dos, que estamos juntos en esto. No hay fronteras cuando hablamos del virus, ni cuando hablamos de compartir informaci¨®n. La informaci¨®n es conocimiento. Y el conocimiento es poder; poder para luchar y salvar cientos de miles, millones de vidas¡±.
Mart¨ªnez-Almeida: ¡°Creo que si la ciudad y los ciudadanos van juntos, luchan juntos, podremos derrotar al virus¡±
Acto seguido da paso a Park Won-soon, alcalde de Se¨²l, capital de Corea del Sur, uno de los pa¨ªses cuya tajante y eficaz respuesta a la pandemia es admirada en todo el mundo. ¡°Tras el estallido del virus MERS en 2015, nos hemos mantenido vigilantes¡±, dice Park. Habla de confinamiento, distancia social, tecnolog¨ªa ¡°puntera¡±. Y de test. Muchos test. Han desplegado 635 centros de detecci¨®n para practicar pruebas r¨¢pidas a ciudadanos (tipo ¡°drive thru¡± para coches; y tambi¨¦n para peatones). En el pa¨ªs, seg¨²n ha publicado la prensa internacional, se han practicado cerca de 300.000 test; produce sus propias pruebas PCR; las exporta ahora al resto del mundo.?
A continuaci¨®n, le llega el turno de palabra a Giuseppe Sala, alcalde de Mil¨¢n, ¡°uno de los puntos calientes del mundo, en el norte de Italia, de donde nos llegan angustiosas im¨¢genes¡±, le presenta el regidor de Los ?ngeles. ¡°Adelante, alcalde Sala¡±.
Pero el ordenador devuelve silencio.
-?Beppe?
De nuevo silencio.
-Beppe, no podemos o¨ªrte.
Finalmente Beppe (diminutivo de Giuseppe) solventa los fallos t¨¦cnicos. Y arranca proponiendo una actuaci¨®n en tres etapas: el confinamiento, la gesti¨®n de la crisis y la recuperaci¨®n ¡°porque pensamos en el d¨ªa en que llegue¡±. ¡°El confinamiento es una absoluta necesidad¡±, dice. ¡°Ha de ser impuesto; y para ser honestos, en Italia hemos cometido algunos errores¡±. Habla de la necesidad de adaptar servicios p¨²blicos como el transporte y de la important¨ªsima gesti¨®n de los residuos contaminados. ¡°Otra sugerencia¡±, dice. ¡°Crear lugares para aquellos en cuarentena. Han de ser separados de sus familias, especialmente cuando viven en hogares sin dos dormitorios¡±. Sobre el futuro, a?ade: ¡°Podemos empezar a proyectar la recuperaci¨®n pidiendo a los m¨¢s j¨®venes que est¨¦n listos para volver antes a su trabajo¡±. Concluye con un mensaje sobre la comunicaci¨®n, en la que tambi¨¦n cree que Italia ha cometido errores. ¡°En Mil¨¢n la situaci¨®n no es terrible, pero s¨ª dif¨ªcil. Todav¨ªa no vamos por la buena senda, los ciudadanos llevan 20 d¨ªas sin salir de sus casas. Est¨¢n cansados, pasan dificultades, pierden sus trabajos. Si no cambiamos el mensaje puede ser desastroso¡±.
El alcalde de Delhi a?ade brevemente: ¡°Tomamos la decisi¨®n correcta el 22 de marzo: decidimos el confinamiento de la ciudad. Y afortunadamente dos d¨ªas despu¨¦s se declar¨® en todo el pa¨ªs¡±. Esto es: 1.300 millones de almas sin salir de sus casas. Mientras hablan desde Hong Kong y Yakarta, poco tocados a¨²n por la epidemia, suspira Mart¨ªnez-Almeida: ¡°No van a dar cr¨¦dito cuando diga que llevamos 2.500 muertos¡±. Desde la ventana de su despacho, que vierte a los primeros metros de la calle Alcal¨¢, se ve pasar un repartidor de comida y un autob¨²s espectral. De fondo se oye la sirena de una ambulancia. En el recipiente de los clips, sobre el escritorio, descansa un tee de golfista.
Ahora, en el ordenador, es el turno de Sadiq Khan, desde Londres, que explica que en esta crisis su ciudad va unas dos semanas por delante del resto del Reino Unido: en la urbe se concentran dos tercios de los infectados por coronavirus en el pa¨ªs. Le preocupan, dice, los problemas de los m¨¢s vulnerables durante el confinamiento, aquellos con empleos precarios y los aut¨®nomos: ¡°Si se quedan en casa no llevar¨¢n dinero a la mesa¡±. A?ade: ¡°Estamos pidiendo a polic¨ªas jubilados que vuelvan al servicio para ayudar en la pandemia global¡±. Y concluye: ¡°Tambi¨¦n estamos planificando nuestra capacidad mortuoria, respetando la fe de jud¨ªos, musulmanes, etc¨¦tera; pero tambi¨¦n asegur¨¢ndonos de tener lugares donde preservar los cuerpos¡±.
Desde Dubai no responde nadie de modo que salta la vez a Mart¨ªnez-Almeida. Resume la situaci¨®n de Madrid con un adjetivo: ¡°Horrific¡±. Contin¨²a: ¡°Tenemos el mayor n¨²mero de personas infectadas en Espa?a¡± (finalmente opta por la f¨®rmula ¡°biggest number¡±). Luego da la cifra de muertos e infectados escrita en el post-it. Y a?ade: ¡°No tenemos competencias en sanidad, que corresponden al Gobierno nacional y al regional. Pero siento que las ciudades tenemos una funci¨®n simb¨®lica muy importante. Somos el gobierno m¨¢s cercano a los ciudadanos; y debemos enviarles un mensaje de esperanza¡±. Explica alguna de las medidas que se han tomado: paralizaci¨®n de la movilidad, cierre de locales, suspensi¨®n del pago en vivienda p¨²blica, el confinamiento y las patrullas de polic¨ªa local para asegurarlo. ¡°Y se ha levantado en 72 horas el mayor hospital de Madrid en la feria de Ifema, con m¨¢s de 5.500 camas sanitarias¡±, a?ade. ¡°Creo que si la ciudad y los ciudadanos van juntos, luchan juntos, podremos derrotar al virus. Muchas gracias. Y espero veros y abrazaros pronto¡±.
¡°Te deseamos lo mejor en este momento tan dif¨ªcil¡±, le responde el alcalde de Los ?ngeles. Y Mart¨ªnez-Almeida respira aliviado y confiesa: ¡°Es que al hablar tan r¨¢pido te vas comiendo palabras¡±. Se le ve el rostro cansado. A lo largo de la jornada que nos permite pasar a su lado, y que comienza a las 10.30 en un parque de bomberos al sur de la ciudad, su gesto se ir¨¢ agrietando poco a poco. En el parque de bomberos, adonde acude ataviado tras una escueta mascarilla y con guantes, el gimnasio ha sido reconvertido en un almac¨¦n. En su interior un pu?ado de efectivos de bomberos, agentes de polic¨ªa local y personal del Samur, apilan y repasan las mercanc¨ªas: hay mascarillas quir¨²rgicas, gel hidroalcoh¨®lico, guantes¡ Tampoco parece demasiado. Mucho proviene de donaciones. En el lomo de las cajas de guantes (hechos en Malasia) se lee: ¡°Asociaci¨®n de apoyo al pueblo Sirio¡±. Para esta jornada, el Ayuntamiento espera la llegada de dos aviones cargados con material sanitario comprado en los mercados internacionales; uno de ellos deber¨ªa haber aterrizado a tiempo para la visita del alcalde en el almac¨¦n, pero no lo ha hecho. Y a lo largo del d¨ªa, entre mensajes contradictorios sobre su posible aterrizaje en Barajas, la melena pajiza de Mart¨ªnez-Almeida, m¨¢s larga que de costumbre, ir¨¢ revolvi¨¦ndose de forma an¨¢rquica.
El alcalde confiesa, con humor, que el cierre de las peluquer¨ªas ha sido ¡°una putada¡± para ¨¦l. Tiene 44 a?os y vi¨¦ndose en una de las videoconferencias que ahora le toca hacer de forma asidua, se ha descubierto una cana. Dice que trata de pasar m¨¢s horas laborables en su casa que en la alcald¨ªa. Y, al ser soltero, el confinamiento le est¨¢ obligando a pasar tiempo en soledad. Recibe unos 1.000 mensajes de WhatsApp diarios. El d¨ªa anterior, cuenta en su iPhone, mantuvo 32 conversaciones telef¨®nicas. Le llaman a menudo sus hermanas, preocupadas por su salud. Cuenta que se le ha recomendado que haga algo de ejercicio para dormir mejor por las noches. Le estaba costando, por ¡°la incertidumbre¡±, porque tiene ¡°muchas cosas en la cabeza¡±. Y por la ausencia de movimiento. As¨ª que desempolv¨® la m¨¢quina de remo que guardaba ¡°arrumbada¡±. Dice medio en broma que en m¨¢s de una ocasi¨®n ha sentido los s¨ªntomas del virus (probablemente como muchos estos d¨ªas) y la v¨ªspera, durante su visita junto al Rey el nuevo hospital de campa?a de Ifema, a medida que los m¨¦dicos explicaban el desarrollo de la enfermedad casi le entraron ganas de quedarse ingresado.
En su opini¨®n, estamos ante ¡°el mayor desaf¨ªo al que nos hemos enfrentado en generaciones¡±. En lo pol¨ªtico, se ha elogiado su posici¨®n de apoyo (aunque no exento de cr¨ªticas) a las medidas que adopta el Gobierno de Pedro S¨¢nchez. Su papel institucional, m¨¢s all¨¢ de ideolog¨ªas. Tal y como explica en una entrevista que concede a una televisi¨®n mientras seguimos sus pasos durante la jornada: ¡°Toca arrimar el hombro, colaborar [...] Si estamos todos juntos, todos ganamos¡±. Para ¨¦l, Madrid es estos d¨ªas una ciudad ¡°expectante y triste¡±, aunque tambi¨¦n ¡°esperanzada¡±. Y cuenta que muchas de las decisiones han sido dif¨ªciles, sobre todo las primeras, porque se tomaron sin tener ¡°todos los datos sobre la mesa¡±. Hoy, con la ciudad convertida en uno de los epicentros de la pandemia, a?ade: ¡°De lo que siempre hemos presumido en Madrid, que es la esperanza de vida, es ahora nuestro punto flaco¡±.
En el despacho sigue la videoconferencia con los alcaldes del mundo y Anne Hidalgo, colega de Par¨ªs, capta su atenci¨®n. ¡°Aqu¨ª estamos a punto de empezar nuestra tercera semana de confinamiento¡±, dice la alcaldesa francesa, de origen espa?ol. ¡°Hoy he estado hablando con los doctores y en los pr¨®ximos d¨ªas llegaremos al pico de la epidemia, as¨ª que dejadme compartir con vosotros sus palabras: ¡®Hemos de pedir a nuestros Gobiernos que se centren en producir el material y las medicinas que tanto necesitan nuestros sistemas sanitarios¡±. Tras ella no da tiempo a mucho m¨¢s, y cierra la reuni¨®n el alcalde de Los ?ngeles con una arenga: ¡°Los l¨ªderes lideran, y estoy orgulloso de que todos vosotros se¨¢is l¨ªderes. No esper¨¦is a pedir permiso. Los Gobiernos nacionales y regionales est¨¢n bajo presi¨®n. Tenemos que liderar nosotros. No importa la fe que teng¨¢is. Espero que se¨¢is guiados con sabidur¨ªa y coraje¡±.
La videoconferencia concluye en torno a las cuatro y la siguiente cita del alcalde hace pensar en una expresi¨®n habitual en la batalla por el clima: ¡°Piensa global, act¨²a local¡±. A las 17:30 tiene la reuni¨®n con los coordinadores de los equipos de emergencias. ¡°Es un resumen del estado de la ciudad¡±, describe el alcalde. Estaba previsto que fuera presencial en el Centro Integrado de Seguridad y Emergencias, una de esas salas de vigilancia 24 horas con enormes pantallas. Pero el alcalde cambia de planes en el ¨²ltimo minuto. Uno de los miembros ha dado positivo por Covid-19 y prefieren ¡°no arriesgar¡±: se celebrar¨¢ tambi¨¦n por videoconferencia.
As¨ª que entra de nuevo en juego Gerardo, el inform¨¢tico de guardia, y tras poner a punto el port¨¢til, esta vez hay un peque?o l¨ªo:
-Te tiene que llegar al correo la convocatoria de Zoom.
-?Reuni¨®n de CISEM! ¡ªresponde el alcalde gritando, porque se ha colocado los auriculares¡ª ?debe de ser esto, pero me llega por el m¨®vil!.
-?Te ha entrado por Microsoft Teams o por Zoom?
-Es por Teams ¡ªexclama la secretaria desde la otra punta del despacho.
-?S¨ª, pero ha entrado por el tel¨¦fono! ¡ªreitera el alcalde.
Finalmente, cuando logran conectarse, se interesan por la salud:
-?C¨®mo est¨¢is?
-Yo bien por ahora.
-De momento, ning¨²n s¨ªntoma
En el m¨®vil de Mart¨ªnez-Almeida aparecen Inmaculada Sanz, delegada de Seguridad y Emergencias; Enrique L¨®pez Ventura, director general de Emergencias; Pablo Enrique Rodr¨ªguez, director general de Polic¨ªa Municipal; Rafael Ferr¨¢ndiz, jefe de Bomberos; Carmen Camacho, subdirectora del SAMUR y Teodoro P¨¦rez Garc¨ªa, comisario Principal de la Polic¨ªa Municipal. Prosigue la conversaci¨®n con el asunto de los aviones:
Alcalde: ?De las mercanc¨ªas sabemos algo?
Inmaculada Sanz: Yo lo ¨²ltimo que he hablado hace una hora es que sal¨ªa hoy seguro. Bueno, seguro no. Todo lo seguro que es esto. Pero no sab¨ªan la hora. En principio nuestras mercanc¨ªas no se van a ver afectadas por las requisas que va a hacer Londres a partir de ahora, porque estaban ah¨ª desde antes. Pero yo hasta que no las vea aqu¨ª¡
Alcalde: ?Pero sabemos si ha salido o no? ?C¨®mo vamos a saber si ha salido si es que sale?
Inmaculada Sanz: Nos lo dice el intermediario, que est¨¢ hablando continuamente con ellos. Est¨¢n teniendo problemas burocr¨¢ticos en el aeropuerto.
El Consistorio ha comprado? material sanitario por valor de 19 millones de euros. No sin dificultades, pues el mercado de mascarillas, EPI o respiradores se ha recrudecido. Cada vez son m¨¢s caros y escasos estos productos
La situaci¨®n, seg¨²n se desprende de la conversaci¨®n y explican miembros del Consistorio despu¨¦s, es la siguiente. El Ayuntamiento ha comprado por su cuenta cerca de un mill¨®n y medio de mascarillas quir¨²rgicas (las m¨¢s finas) y de las tipo FFP2 (las de mayor seguridad) y tambi¨¦n EPIs (equipos de protecci¨®n individual) y otros art¨ªculos sanitarios. En el momento de la conversaci¨®n, una remesa de mascarillas adquiridas en Dubai se encontraban en un aeropuerto en Londres, esperando a ser cargadas para salir rumbo a Barajas. Los EPI [equipos de protecci¨®n individual], procedentes de Ucrania, ten¨ªan previsto llegar a Espa?a v¨ªa Turqu¨ªa. Problemas ¡°burocr¨¢ticos¡± impiden su desplazamiento. Los miembros del Ayuntamiento, que han cerrado acuerdos estos d¨ªas para la compra de material sanitario por valor de 19 millones de euros?(que incluye la carga de los aviones y otras partidas)?describen un mundo hostil ah¨ª fuera, poblado por intermediarios y oportunistas, ¨¢vidos de hacer dinero. Seg¨²n cuenta el alcalde, les ofrecieron PRC [pruebas diagn¨®sticas] enseguida, pero siempre que compraran un lote de un mill¨®n a 17 euros cada uno, una cifra inasumible. A los responsables del Consistorio les han escrito multitud de personas ofreci¨¦ndose para importar material con celeridad. El mercadeo recuerda a un gran bazar, donde no valen los pagar¨¦s de las instituciones p¨²blicas, y quienes llegan con d¨®lares al contado se llevan la mercanc¨ªa primero (el Ayuntamiento ha tenido que recurrir a la funeraria municipal para realizar las operaciones), se aplican elevados porcentajes, y antes de que uno se d¨¦ cuenta, la remesa ya se la ha llevado un mejor postor dispuesto a asumir un sobreprecio.
Al poco, se conecta la vicealcaldesa, Bego?a Villac¨ªs; vibra su imagen y solo se la ve de nariz para abajo. Entre los participantes, algunos est¨¢n en su casa; otros en sus puestos de mando. La reuni¨®n la interrumpe en una ocasi¨®n una ni?a que entra llorando en escena, detr¨¢s de la delegada de Seguridad. ¡°Esto es lo que se llama conciliar¡±, dice Mart¨ªnez-Almeida, que a lo largo de la conversaci¨®n se saca un zapato y lo hace bailar con la punta del pie enfundado en un calcet¨ªn granate. En otro momento, el alcalde pide con urgencia un cargador: ¡°Esto chupa lo que no est¨¢ escrito¡±. Y la reuni¨®n avanza a medida que los ponentes van desgranando la situaci¨®n de sus departamentos: comentan el n¨²mero de ingresos en Ifema (390, y 60 pendientes de ingresar; el Ej¨¦rcito del Aire ultima la UCI en el pabell¨®n 9), la colaboraci¨®n que empieza a rodar mejor entre los distintos servicios de emergencias municipales y regionales, las dotaciones de polic¨ªa en la morgue habilitada en el Palacio de Hielo, el n¨²mero de nichos (algo m¨¢s de 200) en la nueva morgue que se valora abrir en la ciudad de la Justicia, las actuaciones por el incumplimiento del confinamiento (49.000 controles a veh¨ªculos y 39.000 a personas; 7.441 denuncias; varios de ellos en una org¨ªa) y la posibilidad de realizar incineraciones fuera de Madrid (porque la ciudad ya no da abasto).
Una preocupaci¨®n recurrente sobrevuela la conversaci¨®n: el estado de salud del personal y las medidas de protecci¨®n, que no terminan de llegar de forma holgada. Pasan revista a un cuadro con el material que tienen y lo que han repartido. De momento, ante la escasez, ¡°toca entender que hay servicios prioritarios y otros importantes, pero no prioritarios¡±, dice el director general de Emergencias. El Ayuntamiento tambi¨¦n ha empezado a hacer pruebas de Covid-19 a la plantilla. El director general de polic¨ªa, dice: ¡°Hemos hecho 120 pruebas; 21 han resultado positivas¡±. Y destaca un detalle curioso: 16 de los positivos han sido entre personas asintom¨¢ticas, de las que no se ten¨ªa sospecha. El alcalde responde: ¡°Es que esa es la clave¡±. El jefe de bomberos tambi¨¦n habla de una plantilla bajo presi¨®n, con 106 bajas por posible coronavirus, y que ha empezado a colaborar con la Unidad Militar de Emergencias en la desinfecci¨®n de residencias de ancianos (¡°debemos de haber hecho ya unas 10; la m¨¢s fuerte de todas fue la primera, Monte Hermoso; un n¨²cleo absolutamente contaminado¡±) y es posible que empiecen a echar una mano en el traslado de cad¨¢veres. ¡°Estamos en m¨ªnimos, pero podemos pasar a situaci¨®n cr¨ªtica la semana que viene¡±, a?ade.
Al pico de la curva a¨²n le faltan unos d¨ªas, quiz¨¢ llegue al final de la presente semana, asegura Carmen Camacho, subdirectora del SAMUR
De pronto, interrumpe el director general de Emergencias: ¡°Oye, una buena noticia. Me dice Elena Collado [coordinadora general de Presupuesto y Recursos Humanos] que en media hora sale el avi¨®n de Londres. ¡°?Cojonudo!¡±, responde el alcalde. ¡°?Qu¨¦ trae el avi¨®n?¡±. ¡°En principio tra¨ªa un mill¨®n de mascarillas. Y el segundo eran 500.000. Entre quir¨²rgicas y FFP2¡±. Alcalde: ¡°?Qu¨¦ bueno!¡±. Director de Emergencias: ¡°De las que necesitan Samur y los hospitales. O sea que eso, bienvenido¡±.
Hacia las seis y media, la delegada de Seguridad comienza a cerrar: ¡°Carmen, ?alguna buena noticia sanitaria?¡±. La subdirectora del Samur responde que ¡°al famoso pico¡± de la curva a¨²n le faltan unos d¨ªas, quiz¨¢ llegue al final de la presente semana, ¡°pero nadie est¨¢ seguro todav¨ªa¡±. Concluye: ¡°La buena noticia es que estamos en un n¨²mero de altas que supera al n¨²mero de fallecidos ampliamente¡±. Otro de los ponentes, sin embargo, aporta el dato negro: ¡°Hoy en Italia han fallecido cerca de 1.000 personas¡±. A lo que el alcalde responde: ¡°Joder...¡±. Porque Italia es el espejo en el que todos nos miramos.Y la delegada de Seguridad a?ade: ¡°Bueno, nos quedamos con las buenas noticias que son las altas y el material¡±. ¡°Qued¨¦monos con eso¡±, remata el alcalde. ¡°Bueno se?ores, muchas gracias a todos. No hag¨¢is locuras este fin de semana que os conozco. Hasta ahora¡±.
Y cuando levanta la vista del m¨®vil, exhausto y despeinado, exhala un sonoro: ¡°?Madre de Dios!¡±. Abandona el palacio de Cibeles a las 18.52, de camino a la soledad del confinamiento en un coche oficial. Ha quedado para tomar una copa (virtual) con concejales, no por trabajo, sino ¡°para descomprimir¡±. ¡°Vamos a descubrir que no somos bebedores sociales¡±, se despide. Cinco d¨ªas despu¨¦s, al cierre de este reportaje, los aviones con el material adquirido en el gran bazar sanitario a¨²n no hab¨ªan aterrizado en Madrid.
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