Horizonte de normalidad
El confinamiento obligatorio y exigido de manera individual debe respetar los principios del Estado de derecho
El Gobierno est¨¢ considerando habilitar espacios donde los portadores asintom¨¢ticos del coronavirus puedan quedar en cuarentena, si bien el Consejo de Ministros celebrado ayer no tom¨® decisi¨®n oficial al respecto. La medida vendr¨ªa a reforzar la estrategia general de contenci¨®n de la pandemia, y tendr¨ªa especial relevancia a la hora de facilitar un tr¨¢nsito con garant¨ªas sanitarias desde la situaci¨®n de confinamiento total de los ciudadanos a las fases sucesivas. La aplicaci¨®n de esta nueva iniciativa, en la que las comunidades aut¨®nomas participar¨¢n facilitando espacios para alojar a los portadores asintom¨¢ticos, depende, sobre todo, de que el Gobierno disponga de los test adquiridos en un desbordado mercado internacional.
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Pero depende, adem¨¢s, de que se habiliten los mecanismos jur¨ªdicos necesarios para que este confinamiento obligatorio y exigido de manera individual respete los principios del Estado de derecho, y, en particular, los derechos fundamentales de las personas. Una vez identificados los portadores asintom¨¢ticos, el Gobierno prev¨¦ poner a su disposici¨®n los espacios habilitados y depender¨¢ de los ciudadanos diagnosticados hacer o no uso de ellos, siempre en el entendimiento de que observar¨¢n rigurosamente la cuarentena. En estos supuestos, la medida aparece como una simple facilidad al servicio de quienes, por convivir con personas de riesgo o cualquier otro motivo, tengan dificultades para evitar convertirse en transmisores involuntarios.
El problema se suscitar¨ªa solo en el caso de aquellos ciudadanos que, aun siendo diagnosticados como portadores asintom¨¢ticos, rechazaran respetar la cuarentena obligatoria. Por m¨¢s que se trate ¨²nicamente de una hip¨®tesis, y que la invocaci¨®n del estado de necesidad parezca un argumento jur¨ªdico suficiente para amparar la actuaci¨®n de las autoridades, es necesario que la protecci¨®n de los derechos quede inequ¨ªvocamente delimitada y garantizada. Mucho m¨¢s cuando, como sucede ahora, el estado de alarma bajo el que vive el pa¨ªs desde hace varias semanas constituir¨¢ un inevitable precedente para situaciones semejantes en el futuro. En este sentido, la garant¨ªa m¨¢s eficaz residir¨ªa en el procedimiento general previsto por la Constituci¨®n y las leyes con respecto a los derechos: el control judicial de las decisiones que se apliquen a los casos en los que los ciudadanos rechacen expresamente observar la cuarentena exigida.
No es cierto que los sistemas autoritarios sean m¨¢s eficaces que los democr¨¢ticos en la gesti¨®n de situaciones excepcionales, ni tampoco que, declaradas estas situaciones, todos los sistemas sean iguales. Para los sistemas autoritarios, la excepcionalidad es la norma, mientras que para los democr¨¢ticos, la normalidad es el horizonte irrenunciable.
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