Confinadas y cautivas

Las pioneras del abolicionismo en Am¨¦rica Latina detestaban que los aztecas hubieran podido repudiar y vender a sus mujeres como esclavas, que la revoluci¨®n francesa guillotinara a feministas burguesas y que los encomenderos espa?oles pasaran por las armas a ind¨ªgenas insurrectas. Esa avanzadilla emancipadora concluy¨® que solo desde el anarquismo y la subversi¨®n ser¨ªa posible el derrocamiento del orden colonial europeo, la erradicaci¨®n de las costumbres y preceptos machistas, transgresores de la ¨¦tica y la moral. Las mujeres latinoamericanas contribuyeron a la creaci¨®n de naciones en el siglo XIX, sin recibir a cambio ciudadan¨ªa, pendiente de entrega en los millones de hogares con hombres de virilidad pat¨®gena, que no saben querer ni llorar y temen a la mujer instruida.

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Violencia de g¨¦nero en tiempos de coronavirus

Am¨¦rica Latina y la pandemia

El control del m¨®vil, el tortazo, la ebriedad, el apareo como d¨¦bito, el embarazo no deseado, son manifestaciones del agravamiento de la violencia de g¨¦nero durante el confinamiento familiar, denunciada por la Secretar¨ªa General de la ONU. El repunte de las afrentas padecidas por mujeres que no quieren ser dulces, abnegadas, maternales, obedientes y fieles remite a las vanguardias libertarias que hace un siglo demandaban paridad, educaci¨®n y universidad. Ese frente denunci¨® la opresi¨®n del matrimonio y el trabajo, la hipocres¨ªa del contrato sexual eclesi¨¢stico y las normas jur¨ªdicas de origen patriarcal. El creciente acceso de la mujer latina a los estudios superiores y a la direcci¨®n de equipos, y el progresivo equilibrio de los roles sociales en ambos g¨¦neros, chocan con el discurso testicular y la acumulaci¨®n de miedo, depresiones, asesinatos y huesos rotos en los cotos del machismo.

Los hombres que se bancan el sufrimiento y la ternura porque son machos confunden las emociones por un apalancamiento cultural gran¨ªtico, transmitido de padres a hijos. En Europa, el poder masculino cede, en Latinoam¨¦rica es contumaz. Trabados por imaginarios primitivos, casi el 70% de chavales de 15 a 19 a?os entrevistados por Oxfam est¨¢ convencido de que cuando las mujeres dicen no a una relaci¨®n sexual, en realidad quieren decir s¨ª; y la responsabilidad de ser manoseadas o acorraladas es suya por vestir como se visten. La integridad f¨ªsica y psicol¨®gica de miles de esposas y parejas confinadas corre peligro en sus propias casas. Callan, niegan o perdonan porque la historia de Am¨¦rica Latina es la historia de la mujer violada, la hija de la chingada, la visi¨®n masculina integrada en los referentes educativos, seg¨²n la acad¨¦mica feminista Alba Carosio, que culpa como precursor al colonialismo europeo patriarcal, racista y discriminador, asumido por criollos y mestizos.

La mayor¨ªa de las mujeres afronta un futuro angosto, casi invisible si son pobres, analfabetas y cuidan hijos. La soledad de dos en compa?¨ªa del poeta es menos espantosa que la orfandad de las mujeres aisladas con sus agresores, sin tel¨¦fonos ni comisar¨ªas cercanas, cautivas de la dependencia econ¨®mica y emocional, privadas de un Estado que las acompa?e y proteja.