¡®Copazos¡¯ para el confinamiento
Del martini seco al Manhattan, tragos con historia y nuevas versiones para brindar con conocimiento.
Amargos italianos
Se dice que el c¨®ctel Ame?ricano surgi¨® en el norte de Italia, a mediados del siglo XIX, como una ¨²til com?binaci¨®n mitad licor amargo (Campari) y mitad vermut dulce. Su nombre primigenio ven¨ªa marcado por las ciu?dades de origen de aquellos productos: Milano-Torino. Si se quiere complicar el original se puede a?adir ginebra, tres partes iguales de cada uno, y tendremos un Negroni. Y si lo que hay en casa es whisky, la alternativa es sustituir la ginebra por bourbon y el resultado ser¨¢ un Boulevardier, en honor a una revista hom¨®nima de los a?os veinte. Beber y leer nunca compartieron tanto.
Caf¨¦ & vodka
El londinense Dick Bradsell fue un adelantado a todo el boom que la cocteler¨ªa vive actualmente. Desde lugares como el Atlantic, el Zanzibar o el Fred¡¯s, marc¨® el camino a seguir para un sector que a principios de los ochenta se ve¨ªa como apolillado y viejuno. ?l reinvent¨® tragos cl¨¢sicos y supo dar visibilidad a otros nuevos, como el fant¨¢stico Espresso Martini, una mezcla hipervitaminada de vodka (60 ml), caf¨¦ reci¨¦n hecho (40 ml), sirope de az¨²car (15 ml) y una cucharada de Kahl¨²a. Se mezcla todo en coctelera con mucho hielo o en un bote de cristal.
Snoop Dogg recomienda
¡ª Un ingrediente que no suele ser bien visto por los puris?tas de la cocteler¨ªa son los zumos. El historiador David Wondrich recuerda en su imprescindible Imbibe! que nadie reaccion¨® cuando se empez¨® a conocer el c¨®ctel Bronx, un combinado a base de ginebra (30 ml), vermut seco (30 ml), vermut dulce (30 ml) y zumo de naranja (una cucharada). Unos a?os m¨¢s tarde se convirti¨® en el Cosmopolitan de principios de siglo, los a?os dorados previos a la prohibici¨®n. Chi?cote lo serv¨ªa en Madrid y le a?ad¨ªa una cucharada m¨¢s de naranja. Y unas d¨¦cadas m¨¢s tarde, ya en los noventa, era Snoop Dogg quien lo reivin?dica cantando aquello de Gin & Juice.
Martini mezclado, nunca agitado
Cl¨¢sico de cl¨¢sicos, el Dry Martini es uno de esos c¨®cte?les que siempre han causado pol¨¦mica por la cantidad de vermut seco que debe uti?lizarse. A Bu?uel le gustaba rociarlo con unas simples gotas, lleg¨® a decir que ¡°basta con dejar que un rayo de sol pase a trav¨¦s de una botella de Noilly Prat antes de dar en la copa de ginebra¡±. La receta original, aparecida en 1904, era muy diferente: 50% de ginebra, 50% de vermut. A partir de aqu¨ª se puede jugar con ingredientes y medidas, sin olvidar que debe servirse muy fr¨ªo y nunca debe agi?tarse para no aguarlo.
Un Manhattan escoc¨¦s
El reverso oscuro del Dry Martini ser¨ªa el Manhattan, una mezcla compuesta de whisky de centeno (60 ml), vermut rojo (30 ml) y dos golpes de angostura. Si lo que hay en la despensa es whisky escoc¨¦s y vermut, entonces el resultado es un Rob Roy. Y si a esa mezcla se le a?aden 15 ml de B¨¦n¨¦dictine, un brebaje patentado por unos monjes normandos a principios del siglo XVI, el c¨®ctel se con?vertir¨ªa en el Bobby Burns del Big Brass Rail, el m¨ªtico bar del hotel The Waldorf-Astoria de Nueva York, uno de los cl¨¢sicos del siglo XX.?
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