Diabel Cissokho, el ¡®griot¡¯ cosmopolita que vuelve a casa
Hijo, nieto y sobrino de juglares africanos, el m¨²sico senegal¨¦s regresa a las ra¨ªces con su ¨²ltimo disco e incorpora a su estilo todo lo que ha conocido en sus viajes por el mundo
La m¨²sica es fruto de viajes. Viajes a lo largo del tiempo, a trav¨¦s de distintos espacios, de distintas personas compartiendo, intercambiando, expresando y comunicando saberes, talentos y valores de generaci¨®n en generaci¨®n. En ?frica Occidental, a esa figura transmisora de la historia a trav¨¦s de la palabra y la m¨²sica, a esos contadores orales, se les conoce como jeli, en lengua mandiga, g¨¦w?l, en wolof, o griot, una transcripci¨®n francesa de guiriot, la palabra que creyeron escuchar por primera vez los extranjeros y que escribieron en el siglo XVIII.
La sociedad occidental suele etiquetar a estos m¨²sicos como inmigrantes. Sin embargo, este fen¨®meno, cultural y social, es m¨¢s bien lo que el fil¨®sofo brit¨¢nico-ghan¨¦s Kwame Appiah denomina ¡°cosmopolitismo enraizado¡±. Un recorrido por la trayectoria musical de Diabel Cissokho, con motivo de su ¨²ltimo ¨¢lbum, Rhythm of the Griot (ritmo del griot), lanzado ya de vuelta a casa, permite entender este concepto y tambi¨¦n el modo en el que esa movilidad, tan a?orada ahora en tiempos de pandemia, es enriquecedora tanto para los lugares de origen como para los de destino y acogida.
El investigador y explorador marroqu¨ª Ibn Battuta ya escribi¨® sobre los griots cuando visit¨® las cortes de Mal¨ª en el siglo XIV. Asist¨ªan al rey y a la nobleza, les aconsejaban y acompa?aban cuando se dirig¨ªan a la poblaci¨®n. Ahora (hasta ahora) que las fronteras se vuelven m¨¢s permeables y renacen nuevas formas de nomadismo, su figura resulta m¨¢s emblem¨¢tica que nunca, como v¨ªnculo de uni¨®n de comunidades transfronterizas.
Diabel Cissokho naci¨® en una popular familia de griots mandingas en Tambacounda, en el este de Senegal. No solo su padre, Ibrahima Bana Cissokho, ejerc¨ªa esta profesi¨®n; tambi¨¦n lo eran sus abuelos, bisabuelos, tatarabuelos, as¨ª como su madre, sus t¨ªas¡ Y el talento se fue transmitiendo de generaci¨®n en generaci¨®n. Hoy ese patrimonio cultural se refleja en su rico y polifac¨¦tico repertorio musical, con la kora como principal instrumento, aunque tambi¨¦n toca la guitarra ac¨²stica, el ngoni, y el tama. La kora es el icono de los griots mandingas, un complejo instrumento con 21 cuerdas, y formado por media calabaza forrada con piel de vaca o cabra atravesada por tres palos. ¡°La primera canci¨®n que aprend¨ª fue Alalake, que significa Dios lo hizo¡±, recuerda Cissokho. ¡°Me la ense?¨® mi padre. Crec¨ª entre m¨²sica, escuchando cantar a mis abuelas, t¨ªas, mi madre¡ Hoy, salvo un par de hermanos que tengo carpinteros, toda mi familia se dedica a ello¡±.
Desde entonces, el repertorio no ha hecho m¨¢s que crecer. Cinco ¨¢lbumes, desde Niayele (Abre los ojos), en 2007; seguido por Mansana Blues, en 2010, Kanabory Siyama (No huyas de tus ra¨ªces), en 2012, Tambacounda Express, en 2016; para terminar con Rhythm of the Griot (Ritmo del griot), lanzado el pasado noviembre, grabado entre Senegal, Reino Unido y Francia, y producido por la discogr¨¢fica de Kafou Music. A esto se suman un centenar de colaboraciones con grandes figuras de la m¨²sica senegalesa, desde Baaba Maal hasta Omar Pene, pasando por Youssou N¡¯Dour, entre otros. Afincado en Reino Unido desde 2012, Cissokho ha compartido escenario con m¨²sicos de la talla del reci¨¦n fallecido camerun¨¦s Manu Dibanngo, el nigeriano Femi Kuti y el senegal¨¦s Cheikh L?.
En su repertorio, hay una referencia constante: las ra¨ªces. Esto se hac¨ªa evidente en el t¨ªtulo de su tercer disco, Kanabory Siyama, pero a¨²n m¨¢s desde la grabaci¨®n de Tambacounda Express. Este disco est¨¢ dedicado a su lugar de origen y a aquellos tiempos coloniales en que lo atravesaban unas v¨ªas del tren y se desaconsejaba el paso a los ni?os, ya que muchos desaparec¨ªan, no se sabe bien si raptados o atropellados. ¡°Lleva a Tambacounda a todo el mundo, y que la pongan en radio y televisi¨®n resulta una fuente de orgullo para sus gentes¡±.
Diabel Cissokho vivi¨® cinco a?os en Reino Unido. "Era una segunda casa. En 2017, sent¨ª que era el momento de volver y compartir mi m¨²sica con la familia, conectar con la gente", asegura el m¨²sico. Gracias a ese continuo v¨ªnculo Diabel Cissokho fue poco a poco recuperando su espacio en la escena musical del pa¨ªs, desde Dakar, tocando en hoteles y restaurantes como l¡¯Endro?t, o en festivales como el c¨¦lebre Festival Internacional de Jazz de Saint-Louis, en 2019, donde toc¨® en la programaci¨®n del Hotel Keur Dada. ¡°Aqu¨ª la cosa es diferente, pero resulta f¨¢cil adaptarse, porque conozco la mentalidad senegalesa. Adem¨¢s, cuando la m¨²sica comienza, es como si todos fu¨¦ramos en la misma direcci¨®n¡±, comparte.
Lo cierto es que siempre tuvo un pie en Reino Unido y otro en Senegal. Nada m¨¢s volver, rod¨® un videoclip en un lugar simb¨®lico, la isla de Gor¨¦e, aquella isla desde la que africanos esclavizados cruzar¨ªan el Atl¨¢ntico, y que se ha convertido en s¨ªmbolo de reapropiaci¨®n y reconciliaci¨®n. En casa grab¨® Rhythm of the Griot. ¡°Estoy muy contento con el ¨¢lbum por la cantidad de colaboradores con los que he podido trabajar, entre ellos, muchos familiares, como mi hermana Nama. Como griots, viajamos por todo el mundo, as¨ª que el ¨¢lbum es precisamente sobre lo que vemos en esos viajes. Somos como bibliotecas. Vemos, grabamos y despu¨¦s, compartimos y comunicamos el mensaje¡±, cuenta. Canciones sobre la familia, las cortes reales en las que en tiempos pasados el griot era confidente y consejero, sobre los profesores, los l¨ªderes espirituales y sobre la m¨²sica misma, con un predominio del blues que acompa?a su discograf¨ªa todos estos a?os.
Pero el proyecto de vuelta no queda ah¨ª. Diabel Cissokho no es tan solo un m¨²sico cosmopolita, sino un cosmopolita enraizado. Y es precisamente ese v¨ªnculo el que da lugar a un compromiso, a una intenci¨®n de devolver, de contribuir a hacer de ese lugar, un lugar mejor. La escena cultural senegalesa es un extraordinario ejemplo del papel que desempe?an m¨²sicos como ¨¦l, organizando festivales, actuando como embajadores, poniendo sus ra¨ªces en el mapa a trav¨¦s de la cultura.
Nada m¨¢s volver a Senegal, rod¨® un videoclip en un lugar simb¨®lico, la isla de Gor¨¦e, aquella isla desde la que africanos esclavizados cruzar¨ªan el atl¨¢ntico
Sin embargo, el proyecto de vuelta no termina ah¨ª: ¡°Me gustar¨ªa organizar una jornada cultural en Tambacounda, con una actuaci¨®n m¨ªa como cabeza de cartel, pero tambi¨¦n, con otros m¨²sicos, artesanos, y puestos de todo aquello que sea cultural. Coordinarme con los colegios y ver si puedo contribuir a mejorar los materiales de las aulas, como las sillas, bol¨ªgrafos y dem¨¢s. Aunque poco a poco. A largo plazo, me gustar¨ªa tambi¨¦n montar un estudio en Tamba, y que los j¨®venes m¨²sicos puedan ir all¨ª a grabar sus discos y formarse¡±.
El ¨²ltimo tema de su ¨¢lbum se titula Fasso, que significa lugar de origen, referencia constante y recurrente de todo cosmopolita enraizado. En sus d¨ªas de confinamiento en casa, Diabel Cissokho prepara una canci¨®n para sensibilizar a la poblaci¨®n mandinga y fulani sobre el coronavirus, sum¨¢ndose as¨ª a la iniciativa de otros m¨²sicos, tales como los raperos del movimiento Y¡¯en A Marre, que sacaron el 19 de marzo Fagaru Ci Coronavirus.
Wiriko es una asociaci¨®n cultural dedicada a la difusi¨®n del arte y la cultura africanas contempor¨¢neas. Desarrolla actividades de divulgaci¨®n a trav¨¦s de un magac¨ªn digital y de formaci¨®n mediante un Aula Virtual.
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M¨¢s informaci¨®n
Los juglares africanos se llaman ¡®griots¡¯ y a¨²n ejercen un oficio milenario
¡°Nac¨ª ¡®griot¡¯ y as¨ª morir¨¦. Cada uno tiene su misi¨®n¡±
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