Neurociencia para el bienestar (en casa)
Tiempos dif¨ªciles como los que ha generado la covid-19 tambi¨¦n son buenas oportunidades para incorporar h¨¢bitos saludables a nuestra vida diaria. Sentirse bien es importante, m¨¢s que nunca.
Los mandatarios m¨¢s ambiciosos han cedido a parar sus pa¨ªses, la industria ha frenado sus motores, la cultura ha bajado el tel¨®n y la poblaci¨®n mundial aprueba un severo confinamiento. ?El motivo? Todos reconocemos que la prioridad es estar bien. En estos d¨ªas la neurociencia puede aportar recetas para el bienestar, apoy¨¢ndose en la evidencia de que el estilo de vida esculpe nuestro cerebro d¨ªa a d¨ªa. Situaciones como las ahora vividas son una lupa para observar y medir c¨®mo es nuestro bienestar y una oportunidad para aprender rutinas que inseminan una buena calidad de vida. Algunas de las recetas neurocient¨ªficas del bienestar (en casa) son estas:
Cuida tu postura. Nuestro cuerpo escenifica nuestros estados mentales, pero la postura de nuestro cuerpo escribe tambi¨¦n el guion de nuestra mente. Diversos grupos de investigaci¨®n observaron que, cuando nuestra postura es inclinada, encorvada o encogida, nuestra capacidad de memoria y atenci¨®n es m¨¢s d¨¦bil, nos fijamos m¨¢s en lo negativo y somatizamos m¨¢s el estr¨¦s. T¨¦cnicas que nos pueden ayudar a dar cuenta de la postura y corregirla son las basadas en yoga, taichi o chi-kung. Recientes estudios cient¨ªficos han mostrado que realizar chi-kung mejora la comunicaci¨®n neuronal, activa las ¨¢reas cerebrales involucradas en las emociones y la idea de nosotros mismos, y regula el sistema neuroendocrino, clave para la gesti¨®n del estr¨¦s.
Consejo: para evitar que nuestro cerebro se fije m¨¢s en lo negativo y cree h¨¢bitos de miedo, se propone realizar al menos 15 minutos diarios de estiramientos o pr¨¢cticas de yoga, taichi o chi-kung.
Respira bien y lento. Nuestro cerebro sabe en cada momento c¨®mo estamos respirando, pero lo novedoso (para las neurociencias) es que esa informaci¨®n es utilizada por nuestras neuronas para potenciar o empobrecer nuestra atenci¨®n y memoria. La Universidad de Chicago mostr¨® que la respiraci¨®n nasal influye en la respuesta emocional del cerebro, poder que no tiene la respiraci¨®n bucal. Ralentizar la respiraci¨®n nos permite potenciar nuestras capacidades cognitivas y asentar el bienestar en nuestro cuerpo.
Consejo: para que nuestro cerebro no amplifique la sensaci¨®n de dolor, modere la respuesta emocional y se potencie la atenci¨®n y memoria, se propone respirar por la nariz (un truco para conseguirlo es acostumbrar a la lengua a descansar en el paladar) y realizar 10 minutos de respiraci¨®n nasal lenta (seis respiraciones por minuto).
Coraz¨®n contento. Recientemente se han publicado varios art¨ªculos cient¨ªficos que muestran que interpretamos la realidad seg¨²n sea el di¨¢logo entre el cerebro y el coraz¨®n, hasta el punto de influir en el sesgo racial, la percepci¨®n del dolor o la visualizaci¨®n de una escena. La m¨²sica del coraz¨®n hace bailar al cerebro. Pero ?interpreta siempre la m¨²sica deseable? Nuestro coraz¨®n escribe una sinfon¨ªa con cada pulso cardiaco, y cuanto m¨¢s flexible sea (mayor variabilidad cardiaca tenga, en lenguaje cient¨ªfico), mayor inteligencia cognitiva y emocional tendremos. Lo bello es que esta sinfon¨ªa es la adecuada cuando estamos contentos, o nos divertimos, seg¨²n muestra un estudio reciente. La neurociencia m¨¢s vanguardista nos sugiere, por tanto, que la alegr¨ªa armoniza el baile entre el coraz¨®n y el cerebro.
Consejo: para que nuestro cerebro interprete el mundo que nos rodea de forma m¨¢s saludable y siga a un coraz¨®n armonioso, se propone recrearse en las noticias alegres, buscar el lado positivo de cada situaci¨®n, re¨ªrse de uno mismo y divertirse un rato cada d¨ªa.
Silencio cerebral. Uno de los art¨ªculos m¨¢s c¨¦lebres de la ciencia moderna rezaba as¨ª: una mente divagante es una mente infeliz. La cantidad de recuerdos, imaginaciones y di¨¢logos que asaltan nuestra mente es incalculable. O al menos lo era hasta hace unas d¨¦cadas, cuando la Universidad de Washington midi¨® la disipaci¨®n de energ¨ªa que supone estar en dicha enso?aci¨®n, sin tener control sobre la atenci¨®n consciente. Rara vez estamos en el presente. Los beneficios de una vida presente se podr¨ªan resumir en una mejora del sistema nervioso, inmune, endocrino y cardiovascular. Es decir, en todo.
Consejo: para que nuestro cerebro est¨¦ m¨¢s calmado y nos sintamos m¨¢s satisfechos, sea consciente de algunos de los actos que componen su d¨ªa (la ducha, las sensaciones del cuerpo al estar sentado, asomarse a la ventana a aplaudir o cantar) y disfrute del silencio (prescindiendo un rato de la m¨²sica, televisi¨®n o el habla).
Estamos ante una situaci¨®n compleja que tiene un evidente lado dram¨¢tico, aunque es tambi¨¦n una oportunidad para adquirir h¨¢bitos saludables, para conocer y conocerse mejor, pero sobre todo para afianzar los pilares de lo que m¨¢s importa: estar bien.
Nazareth Castellanos es doctora en Neurociencia
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