La decisi¨®n m¨¢s dif¨ªcil: confinamiento o ingresos
?Las medidas sanitarias se dise?an pensando en los pa¨ªses ricos? Dos investigadores de Yale publican un estudio en el que plantean que el coste de la cuarentena en los territorios vulnerables podr¨ªa ser superior a los beneficios
?Est¨¢n las medidas sanitarias contra la covid-19 pensadas solo para los pa¨ªses ricos? Millones de ciudadanos en todo el mundo viven al d¨ªa y sin acceso a prestaciones sociales, como las que pueden permitirse Gobiernos como el espa?ol. Son lugares en los que los trabajos no est¨¢n regulados bajo ning¨²n contrato y, por tanto, tampoco se generan impuestos que permitan tener un Estado del bienestar. As¨ª de simple: si no sales de casa para ganar dinero, no hay comida. ?Qu¨¦ sentido tiene encerrarse para no contagiarse cuando la alternativa es morir de hambre?
A las muchas voces que han planteado este conflicto, se suman dos m¨¢s, la de dos profesores de econom¨ªa de la Universidad de Yale: "?Compensa el precio que hay que pagar por el par¨®n de la econom¨ªa y el desempleo masivo??La respuesta para pa¨ªses ricos es rotundamente afirmativa. El coste de no intervenir ser¨ªa la recesi¨®n econ¨®mica m¨¢s profunda imaginable. Es una medida abrumadoramente justificada en las sociedades de altos ingresos. Pero si hablamos de los pa¨ªses m¨¢s vulnerables la respuesta puede diferir". Zachary Barnett-Howell y Ahmed Mush Mobarak han comparado el coste y beneficio de aplicar estas medidas en pa¨ªses con diferente nivel de riqueza. Concluyen que mientras que pa¨ªses como Estados Unidos el ahorro a largo plazo ser¨¢ hasta del 59% de su Producto Interior Bruto, en otros lugares, como Banglad¨¦s, solo podr¨ªa ser del 14%.
"Se prev¨¦ que la pol¨ªtica de distanciamiento social salve 1,3 millones de vidas en Estados Unidos (de 328 millones de personas) y 426.000 en Alemania (83 millones). Pero esas mismas medidas solo salvar¨ªan a 182.000 personas en Pakist¨¢n (212 millones) y 102.000 en Nigeria (196 millones). La pregunta es cu¨¢ntas vidas pondr¨ªa en peligro esa pol¨ªtica en esos pa¨ªses pobres", interrogan los autores. "No deber¨ªa haber una ¨²nica pol¨ªtica en todo el mundo. Las diferencias en la estructura de edad de la poblaci¨®n y en la capacidad del sistema de salud implican que los beneficios del distanciamiento social son diferentes en los pa¨ªses ricos y pobres. Por otro lado, los costes son mucho m¨¢s altos en los pa¨ªses m¨¢s pobres, debido al sector informal, jornaleros cuyas familias dependen de sus ganancias semana a semana para comer", recalca Mobarak en un correo electr¨®nico.
Lo que cuenta ya es una realidad. Varios pa¨ªses africanos han dado ya marcha atr¨¢s en las medidas estrictas de cuarentena y comienzan a permitir actividades econ¨®micas. ¡°Ning¨²n pa¨ªs se puede permitir el impacto de un confinamiento total mientras espera el desarrollo de vacunas¡±, asegur¨® la semana pasada Muhamadu Buhari, presidente de Nigeria. Mobarak explica c¨®mo han recopilado datos de muestras representativas en zonas rurales de pa¨ªses como? Banglad¨¦s y Nepal. "Hemos hecho miles de entrevistas telef¨®nicas y hemos aprendido que la inseguridad alimentaria y el desempleo son sus principales preocupaciones, y no la salud", se?ala.
Se prev¨¦ que la pol¨ªtica de distanciamiento social salve 1,3 millones de vidas en Estados Unidos (con 328 millones de personas), pero esas mismas medidas solo salvar¨ªan a 182.000 personas en Pakist¨¢n (212 millones)
Seg¨²n datos del Banco Mundial, dos tercios de los habitantes de ?frica subsahariana viven con menos de tres d¨®lares al d¨ªa, un dato similar al del sureste asi¨¢tico. Berk Ozler, especialista en finanzas de esta instituci¨®n, se?ala que en estas regiones, la transferencia directa de dinero a las familias ni siquiera es una opci¨®n. "Muchos de estos pa¨ªses no tienen a los ciudadanos registrados en una base de datos y las campa?as de censo requieren que las personas visiten las oficinas gubernamentales, eso es exactamente el tipo de actividad que hay que evitar. Incluso para transferir dinero mediante el m¨®vil se necesitar¨¢ que las personas registren sus n¨²meros con el Gobierno o con los proveedores privados, lo que no ser¨¢ f¨¢cil", explica.
Esta misma situaci¨®n se da en Am¨¦rica Latina, donde la mitad de los hogares dependen del trabajo informal ¡ªque no es sin¨®nimo de ilegal¡ª. Mat¨ªas Busso, economista del Banco Interamericano de Desarrollo,?recuerda que menos del 15% de las familias m¨¢s vulnerables de la regi¨®n tienen ahorros en caso de emergencia: "Muchos trabajadores no tienen acceso a baja por enfermedad o beneficios de desempleo y sufren un acceso precario al sistema de salud".
Los investigadores de Yale proponen algunas alternativas. Las m¨¢scaras y los revestimientos faciales caseros es una de ellas. Otra, que el aislamiento social se limite a los ancianos y otros grupos en riesgo, mientras que se permita que las personas productivas con perfiles de bajo riesgo contin¨²en trabajando. "Esto requerir¨ªa que dentro del hogar haya separaci¨®n", puntualizan. Los economistas tambi¨¦n apuntan a la necesidad de extender el acceso a agua e higiene y destacan el importante papel de los l¨ªderes religiosos y comunitarios. "La evidencia sugiere que los mensajes individualizados de conocidos y l¨ªderes comunitarios son m¨¢s efectivos que las campa?as impersonales. Como se observ¨® durante la crisis del ¨¦bola en Sierra Leona y Liberia, la informaci¨®n es particularmente efectiva cuando proviene de personas influyentes en la comunidad. En Banglad¨¦s, Pakist¨¢n, Nigeria e Indonesia es imprescindible detener las reuniones religiosas en las mezquitas para detener la propagaci¨®n del virus", detalla Mobarak.
El abogado y trabajador humanitario de Zimbabue Karsten Noko lo advert¨ªa ya en un art¨ªculo en Al Jazeera a finales de marzo, cuando en el continente apenas se registraban unas decenas de casos: "Si tu ¨²nico medio de vida es vender tomates o ropa de segunda mano en un mercado informal en una gran ciudad, ?c¨®mo se hace eso con teletrabajo? La opci¨®n que hay es quedarse en casa y no tener nada que ofrecer de cena a tu familia. Si yo fuera esa persona que vende en un mercado, s¨¦ qu¨¦ elecci¨®n tomar¨ªa. No es distanciamiento social. La OMS ha dado consejos para que las personas no compartan ba?os, espacios de vida e incluso dormitorios. Pero, ?qu¨¦ pasa si vives en una casa donde el dormitorio es a la vez la cocina y todo eso lo compartes con una familia normalmente extensa?".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
M¨¢s informaci¨®n
Archivado En
- Desarrollo ?frica
- Confinamiento
- Agenda Post-2015
- ADI
- Desigualdad econ¨®mica
- Coronavirus Covid-19
- Aislamiento poblaci¨®n
- Indicadores sociales
- PNUD
- Cooperaci¨®n y desarrollo
- Pandemia
- Medidas contenci¨®n
- Programas ONU
- Pobreza
- ?frica
- Enfermedades infecciosas
- Enfermedades
- Desarrollo sostenible
- Medicina
- Econom¨ªa
- Sociedad
- Ciencia
- Planeta Futuro