Los estibadores de San Roque piden ayuda

En Quito, poco antes de las cinco de la ma?ana, cuando se levanta el toque de queda de 15 horas impuesto por el Gobierno para contener la expansi¨®n de la Covid-19, empiezan a moverse personas como Jaime Chiguano. ?l es parte del m¨²sculo del Mercado de San Roque, que abastece al 70% de la poblaci¨®n capitalina a trav¨¦s de puestos peque?os y tiendas de barrio. Jaime tiene 37 a?os y lleva media vida ech¨¢ndose a la espalda la comida de otros a cambio de unas pocas monedas. Desde hace unos meses preside la Asociaci¨®n de Estibadores Mixtos del mercado, que re¨²ne a 800 hombres y mujeres que ya ten¨ªan una situaci¨®n fr¨¢gil antes de la emergencia sanitaria y que ahora rozan la desesperaci¨®n. Como no hay transporte p¨²blico, el presidente de los estibadores camina cada d¨ªa unos 45 minutos para llegar al mercado y se pone en una fila para pasar el filtro de entrada. Un guardia de seguridad controla que los trabajadores lleven mascarillas y guantes, y a veces les pregunta si tienen fiebre o no.

¡ª?C¨®mo les ha afectado econ¨®micamente la emergencia sanitaria?

¡ªYa no hay tantos compradores, a lo mucho ahora se mueve una horita. Antes nosotros, en d¨ªa normal, gan¨¢bamos entre ocho y 10 dolaritos. Ahora unos tres o cuatro d¨®lares, pero seguimos aqu¨ª por la necesidad¡ª cuenta Jaime, y hace las preguntas que nadie puede contestar en estos d¨ªas¡ª. ?Cu¨¢ndo mismo se solucionar¨¢ esto? ?Cu¨¢ndo ser¨¢ de quedar de a buenas?

¡ªTodo es incierto ahora, ?ustedes ya han tenido casos en el mercado?

¡ªA¨²n no llega todav¨ªa. Est¨¢ guardando Diosito.

El imperativo ¡°qu¨¦date en casa¡± que impone la pandemia del coronavirus, no es una opci¨®n para buena parte de la poblaci¨®n en Latinoam¨¦rica y el Caribe que cada d¨ªa se lanza a las calles de las grandes ciudades para pellizcar unas cuantas monedas. La tasa de informalidad en la regi¨®n supera el 53% de los ocupados, un poco m¨¢s de 150 millones de personas, seg¨²n la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo.

La estad¨ªstica oficial en Ecuador dice que los informales representan un 46%, pero la cifra real puede ser mayor, seg¨²n el exdirector del Instituto Nacional de Estad¨ªsticas y Censos y actual investigador de la Universidad de Berkeley, Byron Villac¨ªs. Explica que la metodolog¨ªa de c¨¢lculo fue modificada y est¨¢ subestimada. ¡°En Ecuador hablamos de al menos un 60% de informalidad¡±, asegura. Esto equivale a 4,8 millones de ecuatorianos cuyos ingresos mensuales no superan los 400 d¨®lares, que es el salario m¨ªnimo en el pa¨ªs andino.

Estas personas se buscan la vida en las calles de un pa¨ªs que es el segundo con m¨¢s casos de Covid-19 en la regi¨®n despu¨¦s de Brasil: casi dos meses despu¨¦s del primer caso confirmado se super¨® la barrera de los 10.000 positivos y se reportaron m¨¢s de 500 muertos, sin contar a las decenas de personas que han fallecido en sus casas y que alimentan la estad¨ªstica de muertes probables por Covid-19.

?C¨®mo se cuida del coronavirus? "Si, ahorita que estamos con esas enfermedades, medio est¨¢ complicado. Toca cuidar. Yo estoy con mascarilla, guantes, tengo que lavar las manos para caf¨¦, almuerzo, merienda, tengo que tener alcohol", responde Juan Chimbo, otro estibador del mercado de San Roque, que tambi¨¦n empez¨® en la adolescencia y ya ronda los 60 a?os.

A la pregunta de qu¨¦ le motiva a seguir exponi¨¦ndose, Chimbo responde que sigue trabajando para pagar "su cuartito y su comida". Y para mandar algo a su mujer que vive en el campo. "Tambi¨¦n de repente les ayudo a mis cuatro hijos, aunque ya todos casados. As¨ª hasta que Diosito me de salud y vida".

Muchos de los trabajadores de San Roque son ind¨ªgenas que han emigrado a la capital con sus familias. No por nada el mercado es considerado como el guardi¨¢n de la lengua quechua y de otros saberes ancestrales. La Asociaci¨®n de Estibadores ¡ªque tambi¨¦n agrupa a las personas que separan los granos y a las que recorren el mercado vendiendo bolsas de frutas o verduras¡ª persigue una m¨ªnima seguridad laboral para todos sus socios y la regulaci¨®n de sus tarifas que se han desplomado por la llegada de los migrantes venezolanos. Pero por ahora, el colectivo est¨¢ enfocado en subsistir durante el par¨®n por el coronavirus y para explicar su situaci¨®n grabaron un video con apoyo de un grupo de documentalistas. ¡°Los trabajadores ind¨ªgenas en la ciudad se est¨¢n quedando fuera del rango de las ayudas y quer¨ªamos poner una alarma sobre eso¡±, dice Luis Herrera, uno de los realizadores del video.

Las ayudas que ofrece el Gobierno, entre las que figura un bono de 60 d¨®lares que se entregar¨¢ en abril y mayo, no est¨¢n llegando a todas las clases populares. En teor¨ªa es el Estado quien selecciona a los beneficiarios y les env¨ªa un mensaje de texto. Sin embargo, ninguno de los estibadores consultados para este reportaje hab¨ªa recibido el mensaje. "No se sabe c¨®mo ser¨¢n [las ayudas], nosotros no recibimos ninguna informaci¨®n. Una vez llamamos al Patronato San Jos¨¦, pero no nos contestaron", cuenta el presidente de los estibadores. El patronato del que habla es uno de los operadores de la ayuda social que entrega el Ayuntamiento de Quito y que en estos d¨ªas reparte alimentos.

4,8 millones de ecuatorianos no superan los 400 d¨®lares de ingresos mensuales

Rommel Rosero, coordinador de la Agencia de Comercio que controla los mercados de la capital, dice que ha entregado al Patronato San Jos¨¦ un listado de 5.000 personas que se dedican al comercio aut¨®nomo y tienen un permiso para trabajar en la calle, pero reconoce que por fuera se han quedado al menos otras 9.000 personas. ¡°Los estibadores, las personas que trabajan en los patios de comida, los que cuidan los carros aparcados en las calles... Todos ellos son parte de ese grupo vulnerable, pero muchos de ellos perciben otras ayudas sociales del Gobierno, entonces hay que filtrar la informaci¨®n¡±, se?ala el funcionario. ?Pero qui¨¦n se encargar¨¢ de hacerlo? Para esta pregunta no hay respuesta.

"Desde que est¨¢ esta situaci¨®n, estamos muy bajos de trabajito, no nos alcanza. Nosotros vivimos con toda la familia, pagamos arriendo, alimentaci¨®n¡­ Por esas cosas de la enfermedad, quisiera que cualquier autoridad ayude" dice Ernesto Chiguano, de 51 a?os. Este hombre, que sostiene con su trabajo a su familia de siete miembros, dice que este es el mensaje que dar¨ªa a las autoridades.

?No tiene miedo de enfermar? "Estamos trabajando con mascarilla y guantes, porque si no salimos a trabajar, qui¨¦n va a venir a darnos de comer. Quiz¨¢s Diosito no permita, no quisiera que esa enfermedad nos contagie", asevera.

Pero mientras Ernesto, Juan, Jaime y otros tantos trabajadores invisibles en Ecuador se encomiendan a Dios, su situaci¨®n de futuro se avizora m¨¢s inestable. El exdirector del Instituto Nacional de Estad¨ªsticas y Censos calcula que el nivel de pobreza en el pa¨ªs aumentar¨¢ entre 10 y 20 puntos. ¡°Y en ese escenario los estratos populares, que ya est¨¢n excluidos por la estructura de desigualdad, van a tener menos capacidad de generar ingresos y hasta de curarse o acceder a la vacuna cuando esta est¨¦ disponible¡±, se?ala Villac¨ªs.

En la regi¨®n los pron¨®sticos tampoco son buenos. La pobreza aumentar¨¢ tras la crisis sanitaria. La Comisi¨®n Econ¨®mica para Am¨¦rica Latina y el Caribe (Cepal) indica que la desaceleraci¨®n econ¨®mica podr¨ªa aumentar la cantidad de pobres de 185 millones a 220 millones, en una poblaci¨®n de 620 millones. Y las personas con pobreza extrema podr¨ªan pasar de 67,4 millones a 90 millones. ?Qu¨¦ har¨¢n los Gobiernos de la regi¨®n para acortar esa brecha? De momento no hay respuestas. La lucha contra la pandemia absorbe toda la atenci¨®n gubernamental.

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