?Por qu¨¦ las Air Jordan son las zapatillas m¨¢s importantes de la historia?
Michael Jordan no solo cambi¨® el baloncesto para siempre, sino que convirti¨® las deportivas en una mezcla perfecta de complemento de moda e instrumento de precisi¨®n
A mediados de los ochenta, la industria de la zapatilla estaba en ebullici¨®n. Adidas hab¨ªa empezado a coquetear con el hip hop y la cultura de calle (idilio que culmin¨® con aquel hit de RUN-DMC llamado My adidas), Converse presum¨ªa de dominar las canchas de baloncesto con sus cl¨¢sicos de siempre y Nike trataba de dar el golpe en la mesa que cambiara de una vez su suerte. Por aquel entonces, unos pocos sneakerheads (fans de las zapatillas por encima de todas las cosas) empezaban a juguetear con la customizaci¨®n de las zapas, el m¨¢s famoso era Bobbito Garcia. ?l escribir¨ªa a?os m¨¢s trde, ya en 2003, un bestseller llamado Where¡¯d you get those (D¨®nde conseguiste esas) y est¨¢ un¨¢nimamente considerado como el primer gran sabio del sector: tambi¨¦n fue el primero en a?adir color a las ic¨®nicas Air Force 1s. En aquella ¨¦poca, mucho antes de la llegada de Mark Parker a la direcci¨®n de la marca, Nike no entend¨ªa muy bien el peso que estaba adquiriendo el street wear en las grandes ciudades de ambas costas.
La irrupci¨®n de Michael Jordan a la NBA, la necesidad de Nike de darle la vuelta a la tortilla y la privilegiada mente de los dise?adores Peter Moore, Bruce Kilgore y Tinker Hatfield obr¨® el milagro. Hatfield se har¨ªa famoso a posteriori por el legendario patr¨®n llamado Elephant print. El artista (en may¨²sculas) tiene su propio episodio en la serie de Netflix, Abstract: The art of design, en el que aparece el propio Michael Jordan. La bestial influencia de su trabajo no se entender¨ªa sin su labor en aquellos tiempos. El color, la osad¨ªa, la propia campa?a de marketing de la zapatilla y el hecho de que violara las reglas de la NBA por lo que respectaba al calzado, la convirtieron en la zapa m¨¢s famosa de todos los tiempos. De hecho, sigue si¨¦ndolo, m¨¢s de tres d¨¦cadas despu¨¦s.
El gran m¨¦rito de las primeras Jordan, m¨¢s all¨¢ de lo inteligente de su dise?o, el patr¨®n o la idea de perder la cabeza con el color, es la pol¨ªtica que gener¨® en t¨¦rminos conceptuales y que conectaba el agitad¨ªsimo universo de la cultura pop. Por fin deporte y calle estaban conectados directamente y no jugaban en campos distintos. Phil Knight, presidente de Nike en aquellos tiempos, vio claro que se hab¨ªa acabado el jugar al conservadurismo, que el futuro de la marca estaba en las apuestas por un producto m¨¢s radical, m¨¢s cercano al perfil de consumidor que influencia a los dem¨¢s. Era una ¨¦poca en que la ¨²nica manera de saber qu¨¦ se llevaba era mirar los pies de los que te rodeaban. Nada de internet, nada de youtubers, nada de instagramers: las canchas callejeras, los clubes, las tiendas de tu barrio.
Hatfield se encarg¨® en 1988 de dise?ar en solitario la que muchos consideran la zapatilla que lo cambi¨® todo: la Jordan III. La zapa lleg¨® con el m¨ªtico elephant print, una piel suave que permit¨ªa pon¨¦rsela nueva y sentirla abrazando el pie y el famoso logo de la Jordan Brand: el jumpman. Adem¨¢s, lleg¨® con una l¨ªnea de ropa complementaria y una recordada campa?a de Spike Lee con el propio Michael Jordan. El propio Hatfield recuerda que ese modelo sea ¡®probablemente, la zapatilla salv¨® a Nike'. El jugador de los Chicago Bulls planeaba irse de la marca y hasta se hab¨ªan producido conversaciones con Adidas. La irrupci¨®n de Hatfield, su relaci¨®n con Jordan y la sagacidad e inteligencia de sus dise?os, cambiaron la historia de las sneakers para siempre.
En 1985 y 1986, uno pod¨ªa hacerse con unas Jordan por unos 70 euros. Se vend¨ªan a decenas de miles y las llevaban todos los tipos con influencia en el mundo de la cultura callejera. En 2020, si uno quiere unas Jordan originales, con su caja, sin usar, va a necesitar entre 5.000 y 7.000 euros. No solo eso, si uno desea hacerse con algunas de las colaboraciones entre Nike y Off White, deber¨¢ preparar entre 1.400 y 2.800 euros (dependiendo de la talla y del color), y si lo que le gusta son las colaboraciones con Spike Lee, o Hiroshi Fujiwara (el cerebro de HeadPorter o Fragment) tendr¨¢ que preparar una saca de dinero.
Basta con echar un ojo a Flight Club, la tienda referente para la venta y reventa de zapatillas, la que tiene el dedo puesto en el pulso de una escena que mueve millones. Nada compite con los precios de Jordan. Solo algunas dunks, especialmente toda la segunda oleada de SBs, pensadas para patinar, despu¨¦s del fracaso de la primera: las What the Dunk, las Freddy Krugger, las De La Soul o las Tiffany son zapas amadas por cualquier amante de la cultura de calle. Todas las dunks de corte cl¨¢sico, junto con los proyectos de Jeff Stapple como la Pidgeon o la zapatilla con base de madera de Michael Lau, el dise?ador de juguetes de vinilo de Hong Kong, entran siempre en el ranking de modelos cuyo precio de reventa se dibuja con tres ceros. Pero solo las Jordan han llegado a las cuatro. Con dos excepciones: la primera es la colecci¨®n de Kanye West para Nike, antes de pasarse a Adidas. Las Yeezy Red October cuestan entre 121y 22.000 euros; el resto no bajan de los 3.500. La segunda es las Air Mag Back to the future: si encuentra unas c¨®mprelas, m¨¦talas en un armario, y en cinco a?os ya tendr¨¢ la pensi¨®n asegurada.
Las Jordans son hoy en d¨ªa una religi¨®n, hay coleccionistas que solo se dedican a ellas, la marca ha evolucionado sin perder su esencia y es capaz de vestir a clubes como el Paris Sant Germain, de lanzar algunas de las colaboraciones m¨¢s buscadas del momento o de seguir reivindicando un legado glorioso, basado en atreverse a ir donde nadie hab¨ªa ido antes y se puede decir ¨Csin temor a equivocarse- que Nike, el mundo de la zapa o el universo del street wear, no ser¨ªan lo que son sin ellas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.