La esencia de un Ramad¨¢n confinado
La ruptura del ayuno sin invitados o el rezo en casa hacen del mes sagrado una celebraci¨®n at¨ªpica marcada por la pandemia. Nos adentramos en el d¨ªa a d¨ªa de la comunidad musulmana de Melilla
At¨ªpico, diferente, pero la esencia del Ramad¨¢n perdura en la espiritualidad y el comportamiento de la comunidad musulmana de Melilla, que en estos momentos est¨¢ en el ecuador de su mes sagrado, marcado por el confinamiento para prevenir posibles contagios de coronavirus. A pesar de ello, la pandemia no ha quitado la ilusi¨®n a los fieles, que han sabido adaptarse a las circunstancias del desaf¨ªo y sacrificio que representa esta crisis sanitaria.
Pr¨¢cticamente la mitad de la poblaci¨®n de la ciudad aut¨®noma est¨¢ inmersa en esta celebraci¨®n con unas condiciones fuera de lo com¨²n: la ruptura del ayuno re¨²ne ¨²nicamente a la unidad familiar, el rezo en la mezquita se ha sustituido por la oraci¨®n en casa y el cierre de la frontera terrestre con Marruecos, adem¨¢s de impedir visitas familiares, ha elevado el precio de productos t¨ªpicos para estas fechas que ahora llegan a la ciudad en barco desde la pen¨ªnsula.
¡°Antes nos reun¨ªamos toda la familia los fines de semana para celebrar unidos la ruptura del ayuno. Abuelos, padres, hermanos y sobrinos, nos junt¨¢bamos todos para disfrutar de una buena harera (sopa de carne o pescado con legumbres y verduras) y dulces, pero con el confinamiento no podemos hacerlo. Echo de menos estos encuentros familiares¡±, relata Yamila Hadd¨².
El hogar de esta joven melillense desprende el tradicional aroma de especias entre las que destaca el azafr¨¢n, la c¨²rcuma y el jengibre, pero la paralizaci¨®n del comercio transfronterizo ha hecho mella en los peque?os comerciantes que antes tra¨ªan productos del otro lado de la valla y ahora de la pen¨ªnsula. ¡°El pescado que llega no tiene el mismo sabor que el de Marruecos, adem¨¢s el precio ha subido. Hay productos que cuestan el doble. Si quiero hacer harera de gambas no compensa porque son m¨¢s caras al no haber tantas¡±, detalla.
La ruptura del ayuno siempre ha sido una excusa para que amigos y familias se reencuentren y disfruten de los mejores platos, sobre todo cuando hay una buena nueva: un nuevo beb¨¦ en camino. Este es el caso, de Marzok Mohamed, otro melillense que espera junto a su mujer la llegada de su segundo hijo, pero lamenta que los abuelos no puedan vivir en primera persona la evoluci¨®n del embarazo. Mohamed, que se prepara para afrontar los gastos que se le vienen encima, coincide con Hadd¨² en el encarecimiento de los productos de alimentaci¨®n: ¡°Las verduras de Marruecos eran m¨¢s frescas, baratas y ten¨ªan m¨¢s sabor. La cesta de la compra se ha encarecido a pesar del control de precios del Gobierno de la Ciudad¡±.
Sin embargo, Mohamed no renuncia a los dulces t¨ªpicos como la chebakia o los d¨¢tiles. ¡°Ramad¨¢n no ser¨ªa lo mismo sin ellos¡±, asegura este joven, pero lo que m¨¢s echa en falta es la posibilidad de reunirse con sus padres y hermanos. ¡°Con la entrada de la Fase 1 en Melilla, que permite encuentros de hasta 10 personas, esperamos poder romper el ayuno rodeando la mesa de mis padres, junto con mis hermanos, y los peque?os de la familia, cumpliendo siempre con las medidas de higiene y distancia¡±, apunta.
¡°La tradici¨®n de este mes es el intercambio de invitaciones para la cena de ruptura de ayuno entre amigos, familiares y vecinos. La labor social y la solidaridad tambi¨¦n son algo que va unido a Ramad¨¢n, y este a?o debido a la limitaci¨®n de movimientos y salidas, pues tambi¨¦n se ha visto afectado¡±, afirma el te¨®logo Abdelaziz Hammaoui, quien recalca que el mes sagrado va m¨¢s all¨¢ de estos encuentros y es la espiritualidad la que se convierte en la dimensi¨®n m¨¢s destacada.
Para Hammaoui, ¡°el Ramad¨¢n tiene una dimensi¨®n espiritual individual y otra dimensi¨®n familiar social. La primera dimensi¨®n es lo m¨¢s parecido a un ¡®retiro espiritual¡¯ en el que entra la persona para purificar su interior y conectar con el creador. En la segunda dimensi¨®n, tratamos de reconciliarnos con los dem¨¢s, acercarnos m¨¢s a nuestras familias y ser solidarios con los m¨¢s necesitados, pues un mes de hambre y sed nos aportan suficiente empat¨ªa para ponernos en su lugar¡±.
"La labor social y la solidaridad tambi¨¦n son algo que va unido a Ramad¨¢n, y este a?o debido a la limitaci¨®n de movimientos y salidas, pues tambi¨¦n se ha visto afectado"
Otros a?os, durante el mes de Ramad¨¢n, se llenaban las mezquitas durante los cinco rezos diarios y, en especial, durante el rezo nocturno del Tarawih, que se celebra exclusivamente durante este mes. Sin embargo, desde el inicio del estado de alarma las mezquitas permanecen cerradas y a¨²n pasando a la Fase 1, que permite la apertura de los templos religiosos hasta alcanzar un tercio de su aforo, la Comisi¨®n Isl¨¢mica de Melilla (CIM) ha optado por mantenerlas cerradas para prevenir posibles contagios.
¡°Hemos optado por no abrirlas durante todo el mes de Ramad¨¢n porque los fieles acudir¨ªan a rezar en masa y no tenemos formas de garantizar la separaci¨®n de espacio de las alfombras individuales o las condiciones higi¨¦nico-sanitarias de la sala de abluciones¡±, se?ala el representante legal de la CIM, Wariachi Mohamed. ¡°Somos conscientes del inconveniente que representa, pero los musulmanes somos solidarios y sabemos que este sacrificio es en beneficio de toda la comunidad¡±, asegura este melillense, y recuerda que los preceptos religiosos cumplen con las indicaciones de las autoridades sanitarias.
La Pascua es la celebraci¨®n que pone punto final al mes sagrado del Ramad¨¢n. Su celebraci¨®n est¨¢ prevista para el 25 de mayo, pero desde la CIM ya anuncian que dif¨ªcilmente podr¨¢n realizar el tradicional rezo colectivo en la explanada de La Legi¨®n si el estado de alarma sigue vigente. Desde esta entidad como cada uno de los melillenses que han compartido su testimonio en estas l¨ªneas ya ven la luz al final del t¨²nel y coinciden en la conclusi¨®n: que este sacrificio extraordinario nos permita volver a reunirnos con nuestros seres queridos, celebrar nuestra fe y compartir m¨¢s con nuestros vecinos.
Rosa Soto es periodista de Cadena SER en Melilla.
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