Horas bajas en el mercado del petr¨®leo
Los productores frenan las operaciones a la espera de la reactivaci¨®n econ¨®mica
Omnipresente es el petr¨®leo. Desde hace m¨¢s de siglo y medio se ha colado en nuestras vidas en distintas presentaciones: pl¨¢sticos, cosm¨¦ticos, prendas de vestir y hasta en los jabones. Sobre todo, se ha convertido en la pieza clave para que el mundo se mueva. El 56% de su producci¨®n termina en combustibles: un 12% sirve para mover aviones y barcos, mientras que el 44% va a los tanques de los autom¨®viles, seg¨²n la Agencia Internacional de la Energ¨ªa (AIE). Por eso, cuando el planeta ha metido el freno por la pandemia del coronavirus, el negocio ha entrado en convulsi¨®n. Grandes, medianas y peque?as empresas de los pa¨ªses productores han luchado contra viento y marea para mantenerse a flote; pero, ante una bajada de la demanda sin precedentes, se han visto forzadas a detener sus operaciones desde la ra¨ªz.
En abril, el mundo se deten¨ªa y una guerra de precios entre Arabia Saud¨ª y Rusia llevaba al crudo West Texas Intermediate (WTI) ¡ªde referencia en EE UU¡ª a terreno negativo por primera vez en la historia. El precio del brent, de referencia en Europa, retroced¨ªa a su nivel m¨¢s bajo en casi dos d¨¦cadas. En medio de este apocalipsis energ¨¦tico, un 23% de las plataformas de petr¨®leo y gas (tanto en agua como en tierra) de todo el mundo dejaron de operar, seg¨²n los datos de Baker Hughes, una consultora que hace un recuento de este tipo de infraestructuras desde 1940.
EE UU, muy perjudicado
El mazazo m¨¢s fuerte se lo est¨¢ llevando la industria estadounidense. En tan solo un mes, ha metido el freno a un 26,7% de sus plataformas. La ley de la oferta y la demanda se ha impuesto. De acuerdo con la AIE, el gasto global de capital en exploraci¨®n y producci¨®n se reducir¨¢ este a?o en un 32%, hasta llegar a los 335.000 millones de d¨®lares, el nivel m¨¢s bajo en 13 a?os. No es para menos. La pandemia ha eliminado de un plumazo casi un tercio del consumo mundial de crudo y las empresas est¨¢n sintiendo en carne viva el golpe.
Exxon (la mayor petrolera de EE UU) reducir¨¢ a lo largo de este a?o en un 75% el n¨²mero de sus plataformas activas en la cuenca P¨¦rmica, el epicentro del boom del fracking (fracturaci¨®n hidr¨¢ulica) y considerado como el mayor campo de petr¨®leo de ese pa¨ªs. Por su parte, la tambi¨¦n estadounidense Chevron solo mantiene cinco plataformas activas en la regi¨®n, un 71% menos, asegur¨® la compa?¨ªa a Bloomberg. En abril, solo 130 pozos estadounidenses se perforaron a trav¨¦s del fracking: casi un 75% menos con respecto a los niveles de principios de a?o, de acuerdo con las estimaciones de la consultora Rystad.
La industria estadounidense necesita precios de entre 40 y 45 d¨®lares por barril para evitar la bancarrota de un millar de firmas, destaca un estudio de Rystad. El motivo es que el endeudamiento de las compa?¨ªas ha crecido en la ¨²ltima d¨¦cada, debido al ¨¦xito que ha tenido la fracturaci¨®n hidr¨¢ulica. Esto ha posicionado a EE UU como el primer productor de la materia prima en el planeta. Pero si el precio del crudo oscila entre los 10 y 30 d¨®lares, las compa?¨ªas peque?as ya no tendr¨¢n suficiente flujo de efectivo para pagar su deuda. El resultado probable: una ola de quiebras.
Pero no todo est¨¢ perdido para estos titanes de los combustibles f¨®siles. "Las grandes empresas tienen capacidad financiera para hacer frente a esta crisis", comenta Juan Moscoso, director de asuntos globales en Deusto Business School. Ser¨¢n los participantes medianos y peque?os los m¨¢s perjudicados. "Los jugadores m¨¢s robustos pueden contener la reducci¨®n de los precios y actuar con agilidad ante un regreso de la demanda", afirma Alexandre Ramos-Pe¨®n, analista de Rystad. "Dependiendo de c¨®mo evolucione el mercado, tenemos la flexibilidad de volver a poner en funcionamiento muchos de esos pozos r¨¢pidamente", destac¨® a principios de mayo el presidente y consejero delegado de Exxon, Darren W. Woods, en una llamada telef¨®nica con analistas.
Un sector en concentraci¨®n
Ya al cierre de 2019, el n¨²mero de operadores en EE UU se hab¨ªa reducido en un 20%, ante las continuas fusiones del sector. Hoy son 10 las grandes empresas que controlan el 32% de la oferta, seg¨²n Rystad. "La industria petrolera est¨¢ en vilo, pero no est¨¢ muerta", arguye Jorge Pi?¨®n, expresidente de la petrolera Amoco en Am¨¦rica Latina y ahora investigador en la Universidad de Texas. "Las grandes compa?¨ªas saben que este negocio es a largo plazo y los accionistas est¨¢n pensando en el futuro y no en el presente", destaca Mark Lewis, jefe mundial de investigaci¨®n sobre sostenibilidad de BNP Paribas Asset Management. "Todas est¨¢n a la espera de que se reabran las econom¨ªas", comenta.
Pero eso no va a ocurrir pronto. La demanda de petr¨®leo se dirige hacia el mayor colapso anual de la historia. Este a?o se prev¨¦ que caiga un 9%, seg¨²n las estimaciones de la AIE. El organismo internacional prev¨¦ que las compras de la materia prima lleguen a su punto m¨¢s bajo antes del verano y que se vayan recuperando gradualmente. Los analistas de Goldman ?Sachs afirman que el hambre de crudo se mantendr¨¢ d¨¦bil tambi¨¦n a lo largo del pr¨®ximo a?o, debido a una posible segunda ola de contagios de covid-19 (como ya ocurre en China y en Corea) y al modesto aumento que se espera de los viajes a¨¦reos. "El queroseno para aviones se ve como un punto particularmente d¨¦bil", comenta Ed Crooks, vicepresidente para Am¨¦rica en Wood Mackenzie, consultora internacional de energ¨ªa. El experto indica que a medida que el transporte por carretera se ha restablecido en China, donde surgi¨® la pandemia, la recuperaci¨®n en los viajes a¨¦reos ha sido mucho m¨¢s t¨ªmida. "El gigante asi¨¢tico marcar¨¢ la ruta que podr¨ªa seguir el resto del mundo", asegura.
La crisis est¨¢ haciendo mella en todo el mundo. Por ejemplo, en Oriente Pr¨®ximo se han cerrado 8 plataformas, quedando en operaci¨®n un total de 420, seg¨²n las cifras de Baker ?Hughes. "Los pa¨ªses de la zona, sobre todo Arabia Saud¨ª, son muy resistentes a los precios d¨¦biles", dice Pi?¨®n, investigador en la Universidad de Texas. Su fortaleza est¨¢ en el bajo coste de producci¨®n (nueve d¨®lares el barril, en promedio, en el caso saud¨ª) y las reservas de divisas extranjeras que utilizan para paliar en momentos de crisis. "Arabia Saud¨ª puede presumir de su costo de extracci¨®n, pero su equilibrio fiscal [el coste por barril que necesitan los pa¨ªses productores para financiar sus presupuestos] es de alrededor de los 80 d¨®lares", asefrgura en un an¨¢lisis Michael Liebreich, experto en BloombergNEF.
El Reino del Desierto est¨¢ con el agua al cuello. "En mi opini¨®n, Arabia Saud¨ª puede durar solo dos o tres a?os", agrega Liebreich. El pasado lunes, su Ministerio de Energ¨ªa solicit¨® al gigante petrolero Aramco (del que tiene la mayor¨ªa de las acciones) reducir un mill¨®n de barriles diarios su producci¨®n a partir de junio. Dicho recorte se suma al acordado con los pa¨ªses de la OPEP (los del cartel internacional m¨¢s otros 10 pa¨ªses, incluidos Rusia y M¨¦xico) el pasado 12 de abril, que comenz¨® a realizarse este mes. De esa forma, Riad pondr¨¢ en el mercado solo 7,4 millones de barriles, la cifra m¨¢s baja en 18 a?os.
Rusia se posiciona bien
Rusia, el tercer productor de crudo en el planeta, tiene un equilibrio fiscal de 40 d¨®lares por barril ¡ªcon un coste de producci¨®n entre 10 y 30 d¨®lares¡ª y una econom¨ªa mucho m¨¢s diversificada. "Puede sobrevivir a los bajos precios del petr¨®leo durante una d¨¦cada", afirma Liebreich. En pa¨ªses como Venezuela (con las mayores reservas probadas del globo), Angola y Nigeria, la situaci¨®n es complicada. "Dif¨ªcilmente podr¨ªan superar los pr¨®ximos 24 meses sin dolor extremo", destaca el experto de la consultora.
En Europa, la mayor¨ªa de las grandes compa?¨ªas ha hecho los deberes de manera razonable para blindarse financieramente ante cualquier eventualidad, pero la situaci¨®n tampoco es halag¨¹e?a, comenta Moscoso. Por ejemplo, la industria de petr¨®leo y gas en el Reino Unido podr¨ªa perder hasta 30.000 empleos (un tercio del total) en los pr¨®ximos meses. "Se espera que la reducci¨®n de gastos e inversiones de capital sea generalizada entre la mayor¨ªa de los participantes de la industria", afirma Diego Mor¨ªn, analista de la consultora IG.
En Espa?a, algunas empresas ya han dado el golpe de tim¨®n. "La combinaci¨®n de bajos precios y ca¨ªda del consumo ha provocado un cambio radical de estrategia", explica Alberto Mart¨ªn, socio responsable de Management Consulting y del sector de energ¨ªa y recursos naturales de KPMG en Espa?a. "La primera reacci¨®n ha sido un recorte en los presupuestos de inversi¨®n, particularmente en exploraci¨®n y producci¨®n", destaca.
La demanda ha cambiado
Pero otro de los efectos adicionales est¨¢ siendo la reconfiguraci¨®n de las refiner¨ªas debido al impacto asim¨¦trico del confinamiento sobre la demanda, que se ha reducido mucho m¨¢s, por ejemplo, en gasolinas para uso par?ticu?lar y queroseno de aviaci¨®n que en gas¨®leo para transporte industrial. La reducci¨®n de inversiones y la par¨¢lisis de algunas plataformas de extracci¨®n ser¨¢n el combustible que podr¨ªa volver a catapultar el precio del barril.
"Cuando las econom¨ªas est¨¦n en funcionamiento, no habr¨¢ suficiente petr¨®leo para satisfacer la demanda", indica Pi?¨®n. De esta manera, se?ala el experto, los precios pueden llegar a los 100 d¨®lares nuevamente en los pr¨®ximos 18 meses. Es por ello por lo que muchas empresas se resisten a desactivar sus plataformas. Tal y como reconoci¨® Mat¨ªas Kulfas, ministro de Desarrollo Productivo de Argentina: "Si dejamos caer la inversi¨®n, corremos el riesgo de que cuando los precios [internacionales] aumenten nuevamente, no produzcamos suficiente petr¨®leo y gas", seg¨²n recoge el Financial Times. "Cerrar un pozo es muy complicado, pero todav¨ªa m¨¢s volverlo a activar, indica Miriam Grunstein, acad¨¦mica asociada al Centro M¨¦xico de la Universidad de Rice (EE UU). "Es costoso y el proceso tarda meses", subraya. Pero todo est¨¢ por verse. Mientras las empresas de todo el planeta se aferran a seguir produciendo, el mundo a¨²n puede quedarse sin espacio para almacenar.
Cae la demanda de gas y carb¨®n
No hay ninguna duda: la covid-19 dejar¨¢ una impronta en la historia contempor¨¢nea. La paralizaci¨®n del mundo representa el mayor shock para el sistema energ¨¦tico mundial en m¨¢s de siete d¨¦cadas, desde la Segunda Guerra Mundial, de acuerdo con la Agencia Internacional de la Energ¨ªa (AIE). ¡°Todav¨ªa es demasiado pronto para determinar los impactos a m¨¢s largo plazo, pero la industria energ¨¦tica que emerger¨¢ de esta crisis ser¨¢ significativamente diferente de la anterior¡±, reconoci¨® en abril Fatih Birol, director ejecutivo de la AIE. Para este a?o, la ca¨ªda de la demanda energ¨¦tica total ser¨¢ de un 6%, siete veces mayor a la registrada con la crisis financiera mundial de 2008. En t¨¦rminos absolutos, la disminuci¨®n no tiene precedentes: ser¨ªa el equivalente a perder todo el consumo de la India, el tercer mayor fagocitador de energ¨ªa del mundo.
El gas natural y el carb¨®n no estar¨¢n exentos del varapalo. Su participaci¨®n combinada en el total de energ¨ªa global se reducir¨¢ a un nivel nunca visto desde 2001. El carb¨®n se ve particularmente afectado, y se proyecta que la demanda mundial caiga un 8%, el mayor descenso desde la Segunda Guerra Mundial. Por su parte, el gas natural, despu¨¦s de 10 a?os de crecimiento ininterrumpido, tendr¨¢ una disminuci¨®n del 5% en su demanda.
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