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Que las ciudades est¨¦n en la primera l¨ªnea de la pandemia de hoy no es sorprendente. Su densidad las convierte en los principales frentes de batalla de la enfermedad. Aparte de otras muchas cosas, este confinamiento ha puesto en evidencia la desigualdad y las grandes disparidades existentes, tanto a nivel de vulnerabilidad econ¨®mica, como en el acceso al espacio p¨²blico, a las condiciones de vivienda e incluso en la brecha digital.

Mientras los gobiernos se centran en definir sus planes de emergencia y las medidas que adoptar¨¢n a corto plazo para definir el levantamiento del confinamiento, algunas iniciativas ya empiezan a dibujar las respuestas a largo plazo, que tendr¨¢n que concretar los cambios anticipados en las ciudades y como cambiar¨¢n nuestra vida urbana.

La Penn IUR sobre Ciudades y Contagio, por ejemplo, est¨¢ desarrollando una lista de modelos urbanos posibles para el Post-COVID bajo el lema Las ciudades del futuro. La iniciativa re¨²ne a expertos de todas las disciplinas acad¨¦micas que puedan ayudar a interpretar las implicaciones de la pandemia para la urbanizaci¨®n y las respuestas posteriores a sus dimensiones humanas y econ¨®micas.

Obviamente, a¨²n hay m¨¢s preguntas que respuestas. Entre ellas:

• ?Qu¨¦ suceder¨¢ con el auge de los precios de la vivienda en los centros urbanos a medida que las ciudades empiecen a planificar la gesti¨®n de pandemias?
• ?Y qu¨¦ efectos tendr¨¢ en la tendencia de gentrificaci¨®n que ya estaba transformando los barrios?
• O, por otro lado, ?c¨®mo afectar¨¢ la prevenci¨®n urbana de pandemias a los flujos migratorios, que es uno de los principales motores de crecimiento de las ciudades?

Es incuestionable que todos estos cambios van a generar una transformaci¨®n radical sobre el papel que juegan las ciudades en nuestra sociedad, y se?alar¨¢n los cambios sist¨¦micos necesarios de reorganizaci¨®n entre la ciudadan¨ªa y sus gobiernos representativos.

Por un lado, las urbes del futuro deber¨¢n tener sistemas de salud m¨¢s sofisticados, que deber¨¢n incluir un redise?o de sus instalaciones, de sus residencias y sus hospitales primarios, as¨ª como sistemas de telemedicina m¨¢s avanzados. Tambi¨¦n deber¨¢n incluir un mejor sistema de vigilancia y monitoreo de contagios y s¨ªntomas, as¨ª como un seguimiento de contactos y gesti¨®n de an¨¢lisis de big data m¨¢s integral.

Adem¨¢s, necesitar¨¢n dotarse de m¨¢s espacio p¨²blico y hacer que est¨¦ mejor integrado con otros espacios urbanos. Seguramente tendr¨¢n menos tiendas minoristas y m¨¢s establecimientos para almacenes y centros de recogida para distribuci¨®n a domicilio. Los barrios tender¨¢n tambi¨¦n a ser m¨¢s diversos, con vecindarios mixtos, especialmente a medida que cada vez m¨¢s se asienta el teletrabajo y los trabajadores exijan restaurantes y servicios personales m¨¢s cercanos.

Por otro lado, las ciudades del futuro necesitar¨¢n fortalecer sus sistemas de infraestructura urbanos, para que sean m¨¢s resistentes y resilientes respondiendo a emergencias, epidemias o desastres naturales. Ello implicar¨¢ reformular centros como guarder¨ªas o instituciones educativas y asegurar que centros de convenciones y utilidad p¨²blica sean aptos para eventos multitudinarios. Aunque uno de los mayores retos en este frente seguir¨¢ siendo asegurar el funcionamiento de servicios b¨¢sicos como el agua, la electricidad y el alcantarillado en asentamientos informales.

Otro aspecto que ser¨¢ determinante para el futuro de las ciudades ser¨¢n sus edificios. Es inevitable que se redise?en las estructuras de los edificios y se replantee el propio concepto de vivienda saludable y sostenible. Edificios con mejores sistemas de ventilaci¨®n y sistemas de circulaci¨®n revisados, con m¨¢s ventanas y balcones y ordenanzas de zonificaci¨®n que permitan altas densidades residenciales, pero con mayor dispersi¨®n de sus habitantes.

Asimismo, tambi¨¦n ser¨¢ determinante la movilidad. Aunque parece que a corto plazo los veh¨ªculos privados puedan aumentar ligeramente, ya que el transporte p¨²blico tendr¨¢ dificultades en recuperar la confianza de sus pasajeros, la tendencia ir¨¢ claramente a sistemas de transporte m¨¢s diversos e integrados. Las ciudades del futuro deber¨¢n tener un sistema de movilidad sostenible, diverso y que favorezca los desplazamientos a pie y en bicicleta.

A diferencia de otras ¨¦pocas, por primera vez en la historia, hoy la tecnolog¨ªa y el trabajo remoto permiten una nueva forma de vida fuera de las urbes. Algunos se preguntan si ello podr¨ªa llegar incluso a reducir su poblaci¨®n, quiz¨¢s en favor de zonas periurbanas o rurales. Es dif¨ªcil imaginar que pueda haber un sustituto actual al creciente atractivo que tienen las ciudades, uniendo gente y sirviendo como catalizadoras de creatividad, colaboraci¨®n e innovaci¨®n entre la poblaci¨®n. Pero en una nueva era de pandemias, una clara dimensi¨®n adicional por la que las ciudades tendr¨¢n que competir para convencer a sus habitantes a que se queden, ser¨¢ ofrecer las virtudes de la densidad, pero con seguridad y confianza.