Receta para que la covid-19 no se convierta en una epidemia de corrupci¨®n
Una organizaci¨®n de defensa de los llamados 'alertadores' en ?frica advierte que las medidas de alarma y excepci¨®n pueden generar m¨¢s delitos por parte de las instituciones p¨²blicas
Donaciones, cr¨¦ditos y fondos de emergencias; compras de urgencia, ayudas extraordinarias y modificaciones presupuestarias. La excepcionalidad de la epidemia de la covid-19 suspende muchos de los mecanismos pensados para garantizar la transparencia de las cuentas p¨²blicas. En este caso, el r¨ªo revuelto propicia la ganancia de los malversadores. Por eso, un organismo llamado Plataforma de Protecci¨®n de Filtradores de ?frica (PPLAAF por sus siglas en franc¨¦s) ha vuelto a lanzar una llamada de atenci¨®n para proteger a los alertadores, es decir, a aquellos ciudadanos que en sus trabajos puedan ser testigos de corrupci¨®n o cualquier otro tipo de irregularidades de la Administraci¨®n y tienen que saber que existen los mecanismos para hacerlas p¨²blicas con seguridad.
Para los responsables de esta organizaci¨®n que ha dado apoyo a filtradores de informaci¨®n en la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo, Argelia, Sud¨¢frica o Angola, entre otros pa¨ªses, la pandemia del nuevo coronavirus genera una especie de tormenta perfecta para la corrupci¨®n. Por un lado, la opacidad en las operaciones econ¨®micas, desde la recaudaci¨®n hasta el gasto. Por otro lado, la acumulaci¨®n de poderes en las manos de los presidentes en virtud de los estados de emergencia y f¨®rmulas similares. Y, finalmente, una interpretaci¨®n interesada del patriotismo que le pone las cosas muy dif¨ªciles a una sociedad civil cr¨ªtica.
¡°La contestaci¨®n es percibida como un acto de antipatriotismo¡±, advierte Fadel Barro, un veterano activista y actual coordinador de PPLAAF en ?frica Occidental, ¡°y es verdad que en esta situaci¨®n es muy dif¨ªcil organizar la cr¨ªtica. Pero hay que adaptarse, siempre hay un espacio para desarrollar el trabajo de los alertadores y, precisamente, ahora es cuando m¨¢s necesidad tenemos, en el momento en el que todo est¨¢ organizado para que no haya transparencia, para que haya una opacidad total¡±. La sombra de la sospecha no ha tardado en extenderse sobre las medidas excepcionales en diferentes pa¨ªses.
En Senegal, la oposici¨®n, algunos medios y activistas ciudadanos llamaron la atenci¨®n sobre el esc¨¢ndalo de la compra de arroz en el marco de la Force covid-19, el programa de ayuda de emergencia del Gobierno que inclu¨ªa ayuda alimentaria para las familias. Varios de los contratos de adquisici¨®n valorados en m¨¢s de 18.000 millones de francos CFA (unos 27,23 millones de euros) han abierto la brecha de la duda. En Gab¨®n, la llegada de la donaci¨®n del magnate chino Jack Ma y el encargo de material sanitario realizado por el estado se han mezclado en un confuso baile de fechas y n¨²meros, generando un considerable malestar en las redes. En Zimbabue, el gobierno declar¨® haber gastado a principios de mayo un mill¨®n de d¨®lares en materiales de protecci¨®n. La factura inclu¨ªa 5.040 m¨¢scaras pagadas a 28 d¨®lares la unidad. Algunos medios advirtieron de la vinculaci¨®n entre la empresa adjudicataria y el hijo del presidente, aunque el Gobierno neg¨® cualquier relaci¨®n y aprovech¨® para lanzar un recado a los periodistas. En la Rep¨²blica de Guinea, en medio de un clima enrarecido por la confrontaci¨®n pol¨ªtica, el presidente Alpha Cond¨¦ ha anunciado unas confusas donaciones selectivas de material sanitario y alimentos.
¡°En los pa¨ªses en los que la separaci¨®n de poderes es un espejismo o en los que el Estado es d¨¦bil y los contrapoderes est¨¢n mal estructurados, hay un riesgo real de desv¨ªo de fondos¡±, advierte Henri Thulliez, director de la organizaci¨®n de protecci¨®n de alertadores. ¡°Hay que agradecer la movilizaci¨®n de fondos de las ¨¦lites econ¨®micas para luchar contra la pandemia, sobre todo en algunos pa¨ªses de ?frica Occidental. Pero hay que poder exigir a los Gobiernos transparencia total en la gesti¨®n de esa contribuci¨®n colectiva¡±, reclama este abogado. La advertencia del responsable de PPLAAF es contundente: ¡°Los recursos obtenidos para la lucha contra la epidemia son m¨¢s susceptibles de ser desviados o mal utilizados en los pa¨ªses en los que la corrupci¨®n es una amenaza m¨¢s seria¡±.
En los pa¨ªses en los que la separaci¨®n de poderes es un espejismo o en los que el Estado es d¨¦bil y los contrapoderes est¨¢n mal estructurados, hay un riesgo real de desv¨ªo de fondos
Thulliez advierte que la amenaza de la situaci¨®n actual sobre los derechos fundamentales y el aumento de la corrupci¨®n no es exclusiva del continente africano. ¡°Las condiciones que se est¨¢n produciendo ahora son propicias para las irregularidades en todo el mundo. Cuando se impone el miedo en los medios y en la opini¨®n p¨²blica, y la urgencia es la constante de las decisiones pol¨ªticas, los ciudadanos deben estar especialmente atentos para conservar el Estado de Derecho. Durante este confinamiento global se han tomado medidas restrictivas de derechos ante la indiferencia general, incluso se han limitado libertades de contestaci¨®n pol¨ªtica, como la de manifestaci¨®n. Cuanto m¨¢s se concentra el poder en las manos de unos pocos, m¨¢s vigilantes deben estar los ciudadanos¡±, advierte Thulliez.
Por su parte, Fadel Barro refuerza esa percepci¨®n desde Senegal: ¡°Todos los poderes se parecen. Ya sea aqu¨ª en los pa¨ªses pobres o a los que muchas veces se etiqueta como antidemocr¨¢ticos, pero tambi¨¦n en los pa¨ªses ricos, aparentemente democr¨¢ticos, constatamos que quienes tienen el poder intentan aprovecharse del estado de alarma para restringir las libertades. No es un problema de pa¨ªses pobres o antidemocr¨¢ticos, sino de restricciones de libertades organizadas por los poderes que se aprovechan de la crisis para hacer pasar cosas que en condiciones normales no pasar¨ªan¡±. El veterano activista, que fue uno de los fundadores y coordinador de Y¡¯en a Marre, uno de los movimientos ciudadanos m¨¢s respetados del continente, recuerda que ¡°la democracia es una conquista permanente, nunca est¨¢ garantizada, no es un derecho adquirido definitivo, siempre tenemos que estar al acecho, vigilantes, combativos, en cualquier situaci¨®n y en cualquier pa¨ªs¡±. ¡°Son humanos los que est¨¢n en la cabeza de las instituciones y si no hay un control ciudadano fuerte, tienden a tomar decisiones que pueden no ser conformes al inter¨¦s general¡±, sentencia.
Para Barro, la combinaci¨®n de lanzadores de alertas y activistas de la sociedad civil es fundamental para preservar la calidad democr¨¢tica: ¡°Estamos siempre potencialmente en conflicto con los poderes organizados. Tenemos que continuar haciendo el trabajo de investigaci¨®n, de presi¨®n, de informaci¨®n, para que la opini¨®n p¨²blica comprenda lo que ocurre. Da igual que sea en tiempos de crisis, en un pa¨ªs pobre o en uno rico, democr¨¢tico o antidemocr¨¢tico. En los pa¨ªses en los que la democracia no es fuerte, la opini¨®n p¨²blica es d¨¦bil y la labor es m¨¢s dif¨ªcil, porque adem¨¢s de restricciones hay una represi¨®n terrible sobre los activistas y los alertadores. Pero en estos pa¨ªses hay que redoblar el coraje, ser creativos para seguir haciendo ese trabajo de control que es necesario y para adaptarse a esas condiciones¡±.
En PPLAAF conocen bien la importancia de garantizar la seguridad a los testigos de los actos de corrupci¨®n. Han acompa?ado a las responsables de las filtraciones que sacudieron el r¨¦gimen de Jacob Zuma en Sud¨¢frica antes de que se viese desplazado de la presidencia por los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n; han dado cobertura a los empleados de banca que destaparon casos de malversaci¨®n de fondos en el entorno del antiguo presidente congole?o Joseph Kabila; y m¨¢s recientemente han estado en el origen del Luanda Leaks, una filtraci¨®n masiva de documentos que alertaba del origen opaco y sospecho de una parte de la fortuna de la mujer m¨¢s rica de ?frica, Isabel Dos Santos.
La amenaza de la situaci¨®n actual sobre los derechos fundamentales y el aumento de la corrupci¨®n no es exclusiva del continente africano
¡°Para reducir el riesgo de malversaciones o de ataques a las libertades fundamentales, hay que exigir a nuestros dirigentes mecanismos de control ciudadano¡±, se?ala Thulliez que se refiere tanto al uso de datos personales de las aplicaciones de lucha contra la epidemia, como a la gesti¨®n de los fondos especiales. Pero tambi¨¦n recuerda que es necesario que se garanticen los mecanismos de denuncia, la figura y el papel de los filtradores. ¡°Los alertadores tienen que poder contribuir a esclarecer la verdad estando protegidos. Los Estados tiene que adoptar leyes que den protecci¨®n jur¨ªdica a los alertadores. Cuanto m¨¢s puedan desvelar las actividades ilegales o contrarias al inter¨¦s general estando a salvo de represalias, los y las que toman decisiones se sabr¨¢n menos impunes por las posibilidades de revelaciones¡±, exige este abogado franc¨¦s.
El coordinador de PPLAAF en ?frica Occidental recuerda que en este momento de excepcionalidad ¡°los lanzadores de alertas son especialmente necesarios, en un contexto en el que es dif¨ªcil organizar reuniones p¨²blicas, manifestaciones o encuentros para denunciar debido a las normas de distanciamiento social¡± impuestas por las medidas contra la covid-19. Por eso, para Fadel Barro en este momento, m¨¢s que nunca se impone la estrategia de la organizaci¨®n en la regi¨®n que coordina: ¡°Los actores de las sociedades civiles necesitan hablarse mejor. Cada uno hace un trabajo buen¨ªsimo en su ¨¢mbito, pero creo que necesitamos establecer redes. Intentamos es poner a los lanzadores de alerta juntos. Una comunidad fuerte defiende mucho mejor a sus miembros que cuando estamos aislados. Necesitamos continuar poni¨¦ndonos juntos para ser m¨¢s efectivos y avanzar porque individualmente somos d¨¦biles. Pretendemos crear redes fuertes, tanto para la denuncia p¨²blica, como para la presi¨®n, o para mejorar el marco legal y para la formaci¨®n de la opini¨®n. Si la opini¨®n p¨²blica es fuerte, si est¨¢ bien informada de lo que pasa, ella misma es capaz de auto organizarse y de convertirse en una muralla ciudadana contra el mal Gobierno, contra la corrupci¨®n, contra el desv¨ªo de bienes p¨²blicos¡±.
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