El Salvador: verdad, justicia y esperanza para un pueblo
80.000 v¨ªctimas cubren tr¨¢gicamente la historia de El Salvador entre 1981 y 1992. Entre ellos cinco jesuitas espa?oles de los que se intenta hoy esclarecer su muerte
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La semana pasada comenzaba el juicio en la Audiencia Nacional por el asesinato de cinco jesuitas espa?oles en El Salvador hace casi 31 a?os. En aquella ocasi¨®n, el 16 de noviembre de 1989 fueron masacrados en la Universidad Centroamericana Jos¨¦ Sime¨®n Ca?as (UCA), seis compa?eros jesuitas, entre ellos Ignacio Ellacur¨ªa, rector de la universidad, y dos mujeres, Elba Ramos y su hija Celina.
Las tres sesiones retoman tres momentos del proceso contra 17 militares salvadore?os se?alados como presuntos autores intelectuales y materiales de la masacre. Por un lado, el lunes se produjo el paso del teniente Ren¨¦ Yusshy Mendoza de acusado a testigo. Mendoza fue miembro del batall¨®n Atl¨¢catl que perpetr¨® el crimen. Arrepentido, ha colaborado en la causa. Por otro lado, el mi¨¦rcoles el plato fuerte del juicio fue la declaraci¨®n del excoronel Inocente Montano. En tercer lugar, el jueves se tom¨® declaraci¨®n a los primeros testigos, miembros de dos delegaciones que el Congreso de los Diputados de Espa?a envi¨® a El Salvador en noviembre de 1990 y septiembre de 1991. Ellos describieron las deficiencias del primer juicio en El Salvador y la convicci¨®n de que los aut¨¦nticos responsables de los cr¨ªmenes quedaban protegidos por ¡°un pacto de silencio del ej¨¦rcito¡±.
Montano, acusado de participar en la decisi¨®n, dise?o y ejecuci¨®n del asesinato y que se enfrenta a 150 a?os de c¨¢rcel, neg¨® todas las acusaciones que se le imputan. El entonces viceministro de Seguridad P¨²blica neg¨® haber participado en la reuni¨®n que el presidente Alfredo Cristiani hab¨ªa tenido con los miembros del Alto Mando y los comandantes de las fuerzas armadas y asegur¨® que ¨¦l siempre pens¨® que el crimen hab¨ªa sido cometido por los rebeldes del FMLN y no por los militares. Montalvo afirm¨® que militarmente no hubo nunca pretensiones de hacerle da?o a Ellacur¨ªa, a la Iglesia o a la universidad.
?Qu¨¦ piensa de este proceso el pueblo salvadore?o?
Seg¨²n Jos¨¦ Mar¨ªa Tojeira, director del IDHUCA, la apertura del caso en Espa?a es recibida con esperanza, apoyando que ¡°masacres de campesinos m¨¢s graves que el crimen contra los jesuitas, puedan llegar a los tribunales¡±. Para Tojeira, el gran drama vivido en El Salvador es que primero una ley de amnist¨ªa y despu¨¦s el alegato de prescripci¨®n impidieron darle continuidad judicial al informe de la Comisi¨®n de la Verdad. Esto a pesar del intento de reabrir el caso contra los autores intelectuales en el a?o 2000, tras la recomendaci¨®n de reapertura de la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos.
Teresa Miranda, miembro de las comunidades eclesiales de base en El Salvador, explica que el juicio representa un valor moral, una deuda con familiares y el pueblo salvadore?o. M¨¢s que un valor jur¨ªdico, este representa un ¡°basta ya a la impunidad¡±, porque los jesuitas al igual que muchas personas que fueron asesinadas en este pa¨ªs merecen justicia. Es el derecho a la verdad: ¡°un signo de esperanza, adem¨¢s del fruto de una lucha ardua, lenta y silenciosa de personas que nunca se dieron por vencidas hasta buscar justicia, para dignificar la vida y el trabajo de los seis jesuitas y las dos mujeres cobardemente asesinadas. Que esto sea un ejemplo de justicia y esperanza para el mundo¡±.
?Qu¨¦ raz¨®n pudo causar estas muertes? ?Por qu¨¦ esos jesuitas y en la universidad?
M¨¢s que un valor jur¨ªdico, [el juicio] representa un ¡°basta ya a la impunidad¡±, porque los jesuitas al igual que muchas personas que fueron asesinadas en este pa¨ªs merecen justicia.
Esta pregunta la contesta Francisco Mena Sandoval, un militar del ej¨¦rcito de El Salvador, buen conocedor de Montano, Mendoza y del resto de altos cargos que dieron la orden de asesinar a los jesuitas. Durante el transcurso de la guerra se cambi¨® de bando, trastocado por la vulneraci¨®n de derechos ejercida por el ej¨¦rcito al que pertenec¨ªa y ante el mandato de asesinar al pueblo de civiles campesinos ¡°Villa El Rosario¡±, neg¨¢ndose a acatar la orden.
¡°Cuando recib¨ª la noticia del asesinato me negaba a creerlo. Record¨¦ las denuncias que el padre Ellacur¨ªa hizo en varias oportunidades, en nuestro pa¨ªs y alrededor del mundo, tratando de hacer comprender la tr¨¢gica realidad en cuanto a violaciones a los derechos humanos en nuestro pa¨ªs¡±, describe.
Mena Sandoval esgrime que la raz¨®n del asesinato la encontr¨® ¨²nicamente en el adoctrinamiento que recib¨ªan los militares dentro de la preparaci¨®n militar. ¡°La doctrina salvadore?a quedaba corta, era la doctrina de Seguridad Nacional de los EE UU la que imperaba y de all¨ª se impon¨ªa una guerra en que la primera v¨ªctima era el pueblo salvadore?o. En s¨ªntesis, la doctrina anticomunista. Todo opositor era comunista y cualquier amenaza era un peligro de seguridad nacional; pero los miles de muertos en El Salvador asesinados por las Fuerzas Armadas no eran comunistas, sino gente que se organizaba para luchar por la vida¡±, afirma.
?C¨®mo viven este proceso los propios jesuitas en la actualidad? ?C¨®mo imaginaba Ellacur¨ªa la funci¨®n de la universidad?
Para los jesuitas centroamericanos y la UCA El Salvador ¡°conocer la verdad de lo que pas¨® en este y otros casos ser¨¢ un bien para El Salvador, contribuir¨¢ a la justicia para las v¨ªctimas, constituir¨¢ un paso trascendental en el proceso de reconciliaci¨®n y dar¨¢ paz incluso a los mismos victimarios¡±. El padre Antonio Espa?a, SJ superior de los jesuitas en Espa?a apunta en la misma direcci¨®n resalt¨®: ¡°nuestra prioridad era y es la reconciliaci¨®n del pa¨ªs desde la verdad, la justicia y el perd¨®n.¡± El proceso iniciado en este juicio es el resultado del tes¨®n de varios familiares de los jesuitas asesinados, de la Asociaci¨®n Pro Derechos Humanos de Espa?a y del Center for Justice & Accountability de Estados Unidos.
"Nuestra prioridad era y es la reconciliaci¨®n del pa¨ªs desde la verdad, la justicia y el perd¨®n."
Las universidades jesuitas a lo largo de la historia y a trav¨¦s de la formaci¨®n e investigaci¨®n han alineado sus recursos para promover una aut¨¦ntica transformaci¨®n social. El propio Ellacur¨ªa repens¨® completamente la funci¨®n social de la universidad, afirmando que la universidad deb¨ªa ser una instituci¨®n que entrara decididamente en el interior de los procesos hist¨®ricos de transformaci¨®n y que aportase elementos para entender la realidad y para transformarla.
?C¨®mo viven este proceso las otras v¨ªctimas?
Son muchas las familias que esperan que se haga justicia en El Salvador. Mavel Rivera, salvadore?a que perdi¨® a su padre y diversos familiares y amigos durante este tiempo, se?ala c¨®mo con la firma de los Acuerdos de Paz naci¨® la esperanza para las v¨ªctimas del conflicto armado de poner un alto a la impunidad en El Salvador: ¡°cre¨ªmos que se investigar¨ªan los cr¨ªmenes de la guerra, prevalecer¨ªan la justicia y la reparaci¨®n y avanzar¨ªamos hacia un pa¨ªs con verdadera paz y reconciliaci¨®n. Sin embargo, ocurri¨® todo lo contrario, se decret¨® una ley de amnist¨ªa general que protegi¨® a los victimarios y nos dej¨® a las v¨ªctimas en el olvido y sin la posibilidad de acceso al derecho a la verdad y la justicia.¡±
Mavel siente mucha esperanza y alegr¨ªa ante el juicio en Espa?a. ¡°Esperanza por conocer la verdad y que por fin se haga justicia. Deseo conocer la verdad de lo que ocurri¨®, saber qui¨¦nes lo hicieron y porqu¨¦ lo hicieron, porque ese tambi¨¦n es mi deseo de lo que ocurri¨® a mi familia y a mi padre. Lo que m¨¢s quisiera es conocer la verdad de lo que ocurri¨® con mi pap¨¢, que me digan d¨®nde est¨¢; encontrar sus restos, poder llorarlo, poder despedirme de ¨¦l y agradecerle por dejar un pedacito de su vida en la m¨ªa. Solo quiero eso y que ning¨²n otro ni?o o ni?a del mundo tengan que vivir en medio de tanto dolor y preguntas sin respuesta. Solo quiero conocer la verdad, porque para m¨ª ese es el verdadero camino para la paz y reconciliaci¨®n que tanto necesita este pa¨ªs.¡±
Las vistas del juicio se retomar¨¢n el 8 de julio, comenzando con la declaraci¨®n del teniente Mendoza. El proceso en la Audiencia Nacional est¨¢ previsto que concluya el 16 de julio. Sin duda una fecha como nos presenta el mismo Sandoval para recordar y hacer presente la vida de unas personas y todo un pueblo, ejemplo de compromiso y sacrificio por la justicia: ¡°Ver en el banquillo a esos militares corruptos y asesinos, ensalza a los otros honrados y valientes que se jugaron la vida por la verdad y la justicia poniendo en pr¨¢ctica la dignidad de la desobediencia. En el banquillo est¨¢n ellos, pero a la vez, en los altares de la historia, de la verdad y la justicia est¨¢n ustedes mi querido Ellacur¨ªa, compa?eros, compa?eras y todos los m¨¢rtires salvadore?os¡±.
Alberto Ares es director del Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones de la Universidad Pontificia Comillas.
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