As¨ª descubrimos un microbio que bloquea la transmisi¨®n de la malaria
Durante los ¨²ltimos a?os, el autor y su equipo han estado estudiando microorganismos que viven naturalmente en los mosquitos en Kenia y han descubierto que aquellos con un determinado hongo par¨¢sito no se infectan de paludismo. Una prometedora v¨ªa contra esta mort¨ªfera enfermedad
La malaria es una terrible enfermedad humana, presente desde antes del Neol¨ªtico hasta nuestros d¨ªas. Probablemente ha causado m¨¢s muertes humanas que cualquier otro agente infeccioso. Si se consigue, su erradicaci¨®n podr¨ªa estar entre los m¨¢s importantes logros de la humanidad.
La causa de la malaria se encuentra en par¨¢sitos del g¨¦nero plasmodium, de los cuales hay cinco especies diferentes que infectan a seres humanos. Estos par¨¢sitos se introducen en los mosquitos Anopheles hembra (los machos no pican a seres humanos) cuando se alimentan de la sangre de una persona infectada. El plasmodio debe atravesar el intestino del mosquito Anopheles y arraigarse en sus gl¨¢ndulas salivales, desde las cuales puede transmitirse a otra persona cuando el mosquito vuelve a alimentarse.
A nivel mundial, la carga de malaria ha disminuido a aproximadamente la mitad durante este siglo, pero en los ¨²ltimos a?os esa mejora se ha ralentizado y existe un grave riesgo. Por ejemplo, algunos mosquitos transmisores est¨¢n desarrollando resistencia a los insecticidas empleados en las mosquiteras. Las herramientas que se utilizan en la actualidad para combatir la malaria se desarrollaron el siglo pasado, hace m¨¢s de 40 a?os. Por ejemplo, la fumigaci¨®n de interiores se ha visto afectada por la resistencia de los mosquitos, debiendo repetirse a intervalos regulares, con un coste prohibitivo para muchos pa¨ªses africanos.
Se necesitan desesperadamente nuevos recursos. No me refiero a una bala de plata, solo a m¨¢s puntos de entrada que nos permitan ejercer presi¨®n sobre el ciclo de transmisi¨®n de la malaria desde diferentes ¨¢ngulos, simult¨¢neamente.
Durante los ¨²ltimos cinco a?os, mi equipo y yo hemos estado estudiando microbios, peque?os microorganismos que viven naturalmente en los mosquitos Anopheles en Kenia. Descubrimos que un microsporidio ¡ªun peque?o hongo parasitario¡ª llamado Microsporidia MB, puede frenar la transmisi¨®n de la malaria ¡ªPlasmodium falciparum¡ª a mosquitos. Ahora estamos investigando los mecanismos que hay detr¨¢s del efecto protector y hemos descubierto que los sistemas inmunes de los mosquitos con Microsporidia MB est¨¢n activos.
Creo que existe un gran potencial en aprovechar el poder de los microbios que bloquean la transmisi¨®n de enfermedades propagadas por insectos. Por ejemplo, la bacteria Wolbachia ha demostrado ser ¨²til en la batalla contra la fiebre del dengue, otra enfermedad transmitida por mosquitos. Las medidas de control basadas en Wolbachia son potencialmente tan efectivas porque la bacteria se propaga por s¨ª sola. Permanece en una poblaci¨®n siempre que beneficie al mosquito y se transmita a su descendencia.
Nuestro objetivo final es encontrar una estrategia rentable para aumentar los niveles de Microsporidia MB hasta tal punto que bloquee la transmisi¨®n de la malaria de los mosquitos Anopheles a seres humanos. Estamos investigando la forma de propagar el microbio por las poblaciones de mosquitos. Esencialmente buscamos descubrir todas las v¨ªas de transmisi¨®n para encontrar la mejor manera de ¡°ayudarlo¡± a convertirse en una ¡°pandemia¡± entre los mosquitos.
Camino al descubrimiento
Hace seis a?os, mi equipo comenz¨® a examinar mosquitos en busca de bacterias simbi¨®ticas que los protegieran de enfermedades, con la esperanza de encontrar una que pudiera frenar la transmisi¨®n de enfermedades humanas (como la malaria).
Adem¨¢s, decidimos investigar unos simbiontes llamados microsporidios. Los microsporidios est¨¢n relacionados con los hongos, pero especializados en vivir dentro de las c¨¦lulas de sus hospedadores. Muchos causan enfermedades, pero otro significativo n¨²mero tiene tendencias simbi¨®ticas y protege a su hospedador.
Los mosquitos Anopheles albergan una serie de microsporidios ¡°conocidos¡± por su asociaci¨®n con mosquitos enfermos. Nos interesamos por el Microsporidia MB porque nunca antes se hab¨ªa encontrado en mosquitos, y sin embargo parec¨ªa el tipo m¨¢s com¨²n en nuestras zonas de muestreo. Se sabe que en una de las zonas de muestreo (Mwea) hay una gran cantidad de mosquitos Anopheles, pero una carga de malaria relativamente baja.
Presumimos que el Microsporidia MB podr¨ªa haberse pasado por alto porque no causa una enfermedad manifiesta en los mosquitos. Por experimentos previos sab¨ªamos que muchos de los Anopheles salvajes capturados en estas zonas no pod¨ªan infectarse con Plasmodium, y nos preguntamos si esto pod¨ªa atribuirse en parte al Microsporidia MB.
Las herramientas que se utilizan en la actualidad para combatir la malaria se desarrollaron hace m¨¢s de 40 a?os
Recogimos los vivos y los llevamos a cientos de kil¨®metros hasta nuestros laboratorios. All¨ª facilitamos que pusieran huevos para tener una mayor muestra de estudio, y porque el Microsporidia MB se transmite a la descendencia. Nos sorprendi¨® el hecho de que los mosquitos infectados por Microsporidia MB tuvieran cargas muy altas del simbionte, aunque parec¨ªan muy sanos.
El siguiente paso fue determinar si este simbionte podr¨ªa tener la capacidad de proteger a los mosquitos de la malaria. Comenzamos a observar una clara pauta: los que ten¨ªan Microsporidia MB no se infectaban con Plasmodium. Con suerte, futuros estudios nos permitir¨¢n comprender mejor c¨®mo funciona exactamente esta forma de protecci¨®n.
Estudios adicionales
Estos microbios no se han estudiado en profundidad antes porque suelen ser dif¨ªciles de encontrar y tienden a abandonar al hu¨¦sped en condiciones de laboratorio. En el Centro Internacional de Fisiolog¨ªa y Ecolog¨ªa de Insectos, mi equipo y yo estamos en situaci¨®n de superar algunos de estos obst¨¢culos. Esto se debe a que, para estudiar los simbiontes de los Anopheles, se requieren los mosquitos vivos, capturados en la naturaleza.
Para mantener intactas las relaciones microbianas, la cr¨ªa debe llevarse a cabo en laboratorios situados sobre el terreno o cerca de ¨¦l. La adaptaci¨®n de los mosquitos para su cr¨ªa masiva en condiciones est¨¦riles generalmente elimina microbios relevantes antes de haberlos podido investigar en profundidad.
Estos microbios no se han estudiado en profundidad antes porque suelen ser dif¨ªciles de encontrar y tienden a abandonar al hu¨¦sped en condiciones de laboratorio
Nuestro pr¨®ximo paso es descubrir c¨®mo propagar el microbio por las poblaciones de mosquitos. Creo que podr¨ªamos producirlo en masa en la etapa de esporas y liberarlas al medio justo antes de las lluvias, cuando las poblaciones de ellos est¨¢n m¨¢s bajas.
Adem¨¢s, hemos encontrado evidencia de que el microbio se puede transmitir por v¨ªa sexual, por lo que podr¨ªamos liberar mosquitos machos infectados (que no pican a los seres humanos), que infectar¨ªan a las hembras. Y las hembras luego infectar¨ªan a su descendencia. Para que la estrategia sea efectiva, no necesitar¨ªamos que todos los mosquitos contrajeran el Microsporidia MB, ¨²nicamente los suficientes como para detener el ciclo de transmisi¨®n y que el n¨²mero de casos disminuya paulatinamente.
Todav¨ªa queda mucho trabajo por hacer antes de dar con una estrategia viable para incrementar la presencia del Microsporidia MB, pero esta investigaci¨®n es prometedora.
Jeremy Herren es cient¨ªfico en el International Centre of Insect Physiology and Ecology
Este art¨ªculo ha sido traducido con la colaboraci¨®n de Casa ?frica y fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
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